El héroe de Sean Penn, un asesino de la Libertad de Expresión
Por Mary Theroux
Junto a aquellos que recientemente guardaban luto por la muerte de Hugo Chávez en Venezuela, Sean Penn le llamó “un gran héroe para la mayoría de su pueblo”.
Pero, ¿cómo habría de saberlo?
El último clavo fue clavado en el ataúd del periodismo independiente en Venezuela la semana pasada con la venta forzosa de la última cadena de televisión crítica del gobierno que quedaba, Globovisión. Guillermo Zuloaga, el verdaderamente
heroico propietario de Globovisión, explicó que la estación se tornó
inviable después de una campaña de hostigamiento en su contra, que
incluyó la imposición de millones de dólares en multas:
Globovisión está “del lado equivocado de un gobierno omnipotente que quiere vernos fracasar”, escribió el Sr. Zuloaga. “Por el contrario, estamos acosados por las instituciones del Estado, respaldadas por un Tribunal Supremo que es su cómplice y colabora en todo lo que pueda perjudicarnos”.
Su licencia de Globovisión debería ser
renovada dentro de dos años, así que el Sr. Zuloaga se enfrenta también
al fantasma de ser dueño de un canal de televisión sin licencia:
Como presidente, el Sr. Chávez se movió agresivamente para tomar el control de las ondas radiofónicas, abriendo una vasta cantidad de canales estatales que le brindaron cobertura de apoyo. En 2007, el gobierno fue tras las cadenas privadas, ordenando que la licencia de la televisora más grande y más frontal, RCTV, no fuese renovada. La medida la obligó a salir del aire. Luego, el gobierno forzó también el cierre del canal de televisión por cable.
El Sr. Zuloaga se vio obligado a
abandonar Venezuela en 2010, después de su arresto por “expresar en un
programa de televisión que Venezuela carecía de libertad de expresión”.
Bueno, es cierto, ser arrestado por
decir que hay falta de libertad de expresión podría ser un signo de la
veracidad de su declaración.
La “venta” se hará a un individuo del
cual se cree es un testaferro del gobierno, y hace deslizarse un
escalofrío por la espina dorsal de todos los aquellos que valoran el
periodismo independiente.
Un valor que uno habría asumido que aquellos como el Sr. Penn apreciarían.
Si el señor Penn está manteniendo una
postura estrictamente utilitarista—“el fin justifica los medios”, “uno
debe aceptar la pérdida de un poco de libertad a cambio de los
beneficios que se prestan a los oprimidos”, etc.—podría estar interesado
también en algunos hechos al respecto:
El Banco Central admite que en los últimos 10 años la inflación de los alimentos y bebidas no alcohólicas fue del 1.284%, y que la escasez de alimentos es cada vez más frecuente.
Dado que los alimentos comprenden una
parte desproporcionadamente alta de los gastos de los pobres, uno podría
pensar que esto sería visto como algo que daña de manera
desproporcionada a los pobres. Pero supongo que no lo es para el señor
Penn.
Además:
Las dificultades económicas no son el único lastre pesado que los constituyentes de Chávez padecen. La tasa oficial de homicidios en 2012 fue de 73 por cada 100.000 habitantes y los asesinatos están teniendo lugar mayormente en las barriadas de bajos ingresos. Las familias de las víctimas de delitos no tienen esperanza de que se haga justicia para sus seres queridos.
Por el contrario, la tasa de homicidios en los Estados Unidos—la violencia armada “epidémica”—es de 4,2 por cada 100.000 habitantes.
No estoy segura de cuál es la definición
de “héroe” del Sr. Penn, pero probablemente incluso en Hollywood sea
una exageración calificar así a un hombre que amordaza a la prensa, pone
fuera del alcance aquellas cosas necesarias para la vida, y aumenta
enormemente las posibilidades de los pobres de morir víctimas de la
violencia.
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