Los casos de China, Rusia y Venezuela son los que más espacio ocupan en ‘The Dictator‘s Learning Curve‘, de William J. Dobson. “Lo que ha cambiado es la naturaleza de la dictadura”, asegura este autor estadounidense. “Los dictadores y autoritarios de hoy (…) han aprendido y se han adaptado.
Para decenas de regímenes autoritarios, el reto puesto por el avance de la democracia les ha llevado a experimentación, creatividad y astucia”. “Los dictadores de hoy entienden que en un mundo globalizado las formas más brutales de intimidación –arrestos masivos, escuadrones, violentas represiones– deben mejor ser reemplazadas por formas sutiles de coerción”. “Nos gusta creer que los regímenes autoritarios son un dinosaurio”, como el totalitarismo del siglo XX, argumenta Dobson, pero hoy el autoritarismo es ágil y ha adoptado en muchos casos la carcasa democrática, con constituciones que supuestamente garantizan la división de poderes y la celebración de elecciones.
Tras esta tesis de partida en su introducción, el libro da paso a amplios reportajes sobre el terreno, con testimonios directos de quienes en sus respectivos países combaten por los derechos civiles y la democracia. Probablemente la mayor aportación, aparte de servir de catalizador del fenómeno de la ‘normalidad‘ adquirida por las democracias ficticias o autoritarismos, es el espacio dedicado a ‘profesionalidad‘ de los movimientos juveniles que han venido retando a diferentes regímenes. Dobson presenta a los jóvenes que lideraron la revuelta de Belgrado contra Milosevic como los ideólogos de los métodos luego imitados en otros lugares: por las sesiones de trabajo de su Centre for Applied Non Violent Action and Strategies (Canvas) han pasado los impulsores de muchas revueltas. Algunos consejos: no dispersión de mensajes, ningún representante debe decir nada odioso contra nadie, necesidad de paciencia, crear lazos con la policía local para que pueda haber chivatazos de acciones de cuerpos policiales superiores, llevar siempre la iniciativa, crear dilemas al adversario…
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