22 marzo, 2013

México: El Plan Nacional de Desarrollo – por Isaac Katz

“El Plan Nacional de Desarrollo sin duda es el ejercicio más inútil que un gobierno pueda realizar”
Resulta por demás irónico que el primer presidente mexicano a quién se le denominó como “neoliberal”, hay sido el que introdujo en la Constitución elementos de planificación centralizada que recuerdan los años del sistema socialista soviético. Miguel de la Madrid, con las reformas a los artículos 25 y 26 constitucionales el 3 de febrero de 1983 dio pie, de jure, a la abierta intromisión del gobierno en asuntos que no le competen. Paradójico que dos artículos que van en contra de la libertad individual para elegir como asignar los recursos de su propiedad, se encuentren en el capítulo de “De Los Derechos Humanos y sus Garantías”.
Y ahora, con el inicio del nuevo sexenio, como ha ocurrido durante los pasados cinco gobiernos, dio inicio formalmente la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo, el que sin duda es el ejercicio más inútil que un gobierno pueda realizar. Miles de horas laborales, miles de ponencias, millones de hojas de papel gastadas fútilmente en un documento que no es más que un conjunto de buenas intenciones.
El artículo 25 Constitucional establece:


“Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable, que fortalezca la soberanía de la Nación y su régimen democrático y que, mediante el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta Constitución.
“El Estado planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad económica nacional, y llevará a cabo la regulación en fomento de de las actividades que demande el interés general en el marco de libertades que otorga esta Constitución”.
Por otra parte, el artículo 26 establece en su primer párrafo:
“El Estado organizará un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, cultural  social de la Nación”.
Dos artículos que son una belleza pero que no tienen el mínimo sentido. El gobierno, en su intento de conducir, coordinar y orientar la actividad económica, simple y sencillamente lo hará mal y los resultados de tal intento serán claramente negativos, con una menor tasa de crecimiento económico, menor bienestar general y una impresionante repartición de rentas. El gobierno, cuando intenta conducir, coordinar y orientar la actividad económica, solo deriva en la introducción de distorsiones por el puro simple hecho de que un conjunto de burócratas iluminados, sentados en su escritorio, no tienen toda la información relevante sobre la escasez de recursos y precios relativos así como las preferencias de cada uno de los individuos que componen la sociedad y, por lo mismo, en su intento de planear, conducir, coordinar y orientar la actividad económica, no toman en consideración la escasez de recursos.
Pero ya que están eso, porque la ley exige al gobierno elaborar el PND, éste podría contener solo lo siguiente:
a).- El gobierno, en sus tres niveles, garantizará que todos los mercados operen en un contexto de competencia, eliminando toda aquella regulación que se constituya como una barrera de entrada. El gobierno solo intervendrá en los mercados cuando se trate de proveer bienes públicos, la corrección de externalidades y para evitar situaciones de riesgo moral.
b).- El gobierno garantizará la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda.
Y ya. Cualquier otra cosa que se ponga en el documento es redundante o no tiene sentido.

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