28 abril, 2013

Argentina: Democratizar

Argentina: Democratizar


Por Irene Vélez Froment
El Expreso de Guayaquil
Democratizar la justicia. Ese es el objetivo principal que utiliza Cristina Fernández para defender el plan de reforma judicial que el gobierno presentó al Congreso. La finalidad de este proyecto de ley, suena muy bien: ¿Quién podría oponerse a democratizar un poder del Estado? Si algo he aprendido como estudiante de Ciencias Políticas es que todo lo que tenga la palabra "democracia" como adjetivo, aparentemente es bueno por naturaleza. 

Sin embargo, la situación no es tan simple. Tan sólo preguntémonos, ¿las mayorías deberían decidirlo todo? Pongamos un ejemplo: mañana más del 50% de la población decide en consulta popular que las mujeres no deberían de votar. Esto demuestra dos puntos muy importantes: (1) l o que la mayoría de las personas piensa no es necesariamente lo correcto o justo y (2) los mecanismos democráticos tienen que estar sujetos a instituciones lo suficientemente sólidas que aseguren la protección de los derechos.
Según el reconocido ensayista Juan José Sebreli, si se aprueba la reforma judicial, Argentina estaría "a un paso del totalitarismo". La razón es muy simple: el proyecto oficialista, propone que las personas que conforman el Consejo de la Magistratura no sean designados, sino escogidos por voto popular, para así garantizar su independencia. Este Consejo, tiene la capacidad ni más ni menos, de elegir y destituir los jueces según crea conveniente.
El problema está en que las mayorías pueden equivocarse. Según Sebreli, este riesgo se agudiza en un país marcado por el populismo. Lo más probable es que la gente elija para la formación del Consejo, candidatos de la fuerza política actual: el kirchnerismo. Si esto ocurre, adiós a la independencia de poderes.
Pero no crean que estas sean puras conjeturas. El ministro de Justicia argentino, Julio Alak, afirmó que "en el futuro otros partidos políticos serán los que tendrán la mayoría electoral y por ende, el control del Consejo de la Magistratura". Los peligros y sus intenciones son evidentes.
Si Mafalda viera la dirección que toma su país probablemente se preguntaría: "¿Justicia independiente o justicia in-the-pendiente?".

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