18 abril, 2013

Chavismo, el espejo para México



Pablo Hiriart

Entre el pacto con la oposición o la dictadura, el gobierno venezolano parece haber elegido la segunda opción. Maduro ha endurecido el régimen ante la presión popular y anuncia la radicalización del movimiento bolivariano.

Para México lo que ocurre en Venezuela no sólo es importante en términos geopolíticos, sino también para conocer el perfil real de los enemigos de la democracia.

Aquí hay chavismo, nucleado tras la figura de López Obrador, y tras él están Morena y un sector del PRD.


La ex secretaria general de ese partido, y actual vicecoordinadora del PRD en el Senado, Dolores Padierna, ha fungido como vocera del chavismo nativo: eso queremos para México, dijo en Caracas.


A pesar de su apretado triunfo, Maduro fue declarado Presidente electo al día siguiente de la elección.


En Venezuela no se recontó un solo voto, como lo solicitó la oposición, que representa casi el 50 por ciento del electorado.


Aquí, por exigencia del candidato López Obrador (un tercio de la votación), se abrieron paquetes impugnados en la elección de 2006 y más del cincuenta por ciento de los votos de los comicios de 2012 se volvió a contar.


Ellos no permiten el recuento de sufragios. Su reacción ante la presión política es cerrarse, en lugar de abrir: un rasgo típico de los regímenes autoritarios.


En Venezuela, después de la elección, hubo grandes manifestaciones de la oposición, en protesta por lo que consideraron una elección fraudulenta.


Y en lugar de tender puentes, el chavismo optó por disparar contra manifestantes; mataron a seis, y el gobierno le tiene guardada la orden de aprehensión al candidato opositor.


Aquí en México López Obrador pudo hacer los eventos públicos que le vinieron en gana. Tomó Reforma (donde se ponían grabaciones con discursos de Chávez, por cierto) y ante sus partidarios en el Zócalo rindió protesta como “presidente legítimo”.


Aquí lo pudo hacer sin tener que lamentar un solo muerto, un solo garrotazo, porque hay democracia. En Venezuela la tendencia es hacia la dictadura.


La gran manifestación opositora en Venezuela, prevista para el martes, fue prohibida por el gobierno.


Aquí nunca se les prohibió una manifestación, porque hay democracia. Y hay democracia porque no gobiernan ellos.


El presidente del Congreso venezolano, Diosdado Cabello, le negó la palabra a los diputados de oposición porque no reconocen a Maduro.


“Como yo soy el presidente de la Asamblea Nacional, no tendrá derecho de palabra quien no reconozca a Nicolás Maduro como Presidente, ni a las instituciones”, dijo.


Venezuela se encamina a la dictadura. Hacia allá habríamos ido de haber ganado López Obrador en México.


Que no se nos olvide nunca.



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