04 abril, 2013

Las medias tintas de América Latina


REFLEXIONES LIBERTARIAS

Las medias tintas de América Latina

Ricardo Valenzuela


Ante una avanzado mundial del estatismo encabezada por Barak Obama en los EU, vale la pena revisar la obra que retratara América Latina hace unos años. La historia de una seria transformación política y económica al sur de los EU, fue narrada en el libro; La Revolución Capitalista en América Latina, escrito por el economista Paul Craig Roberts y Karen Araujo. El Dr. Roberts es un elocuente defensor de las libertades económicas e individuales.


La tragedia de América Latina, explican, es que durante los últimos 500 años los países en esta parte del mundo han vivido solo bajo el mercantilismo, planeación central,  autoritarismo, y la influencia de una medieval iglesia católica que se ha manifestado con movimientos como el de la teología de la liberación. Durante los siglos de dominación española, las autoridades de Madrid impusieron estrictos controles en la vida económica de sus colonias. Cada fase de la producción, distribución, consumo e intercambio, ha estado monopolizada y regulada por el Estado o a través de privilegios políticos depositados en los diferentes individuos o grupos. Por lo mismo, la carga fiscal era opresiva e insoportable, el saqueo incontrolable.



Las recompensas del control político sobre las diferentes actividades económicas de la sociedad fueron tan grandes, que era muy popular el tener subastas publicas para comprar esa posiciones regulatorias e impositivas de la corona de España (como en años recientes los policías de la ciudad de México también compraban sus cuadras, los boleros sus esquinas etc.). Corrupción, mordidas, y robo eran los medios más rápidos y lucrativos de adquirir riqueza. Las únicas avenidas para enriquecerse eran la Iglesia Católica, el mercado negro, o el servicio publico.



El espíritu individualista, la libre empresa y la competencia abierta, eran totalmente desconocidos. Aun cuando hubo algunos intentos para limitar el poder del estado sobre las actividades económicas en el Siglo XIX y la primera década del Siglo XX—con el más notable éxito cuando menos temporal en Argentina—el Siglo XX se distinguió por el reforzamiento de la herencia política y económica colectivista. América Latina ha sido dominada por socialismo, estatismo, mercantilismo, fascismo, corrupción, intervencionismo, y sobre todo “el Estado benefactor.”



Usando a México como ejemplo, los autores explican las diferentes formas en que los países de América Latina funcionan en lo que ellos llaman “sociedades cerradas.” Una sociedad cerrada es aquella en la cual los mercados están cerrados, regulados, o monopolizados por el Estado, sin dejar así lugar para la actividad empresarial del individuo, creatividad, capacidad para tomar riesgos, innovación mercantil etc.. La sobrevivencia en las sociedades cerradas, o economías cerradas, requiere conexiones, mordidas, pagos regulatorios, licencias; permisos, “honorarios” para poder accesar a los mercados. El costo de operar en este tipo de economías cerradas es mucho mas alto que en los mercados libres, deteniendo así la innovación, el desarrollo de productos, incrementando de esa forma el precio de bienes y servicios, haciéndolos realmente escasos y sumamente caros para el consumidor común, bloqueando y saboteando la prosperidad de una sociedad.



Cada sector de la economía mexicana ha sido concesionado como un privilegio a un determinado “cartel empresarial,” a un sindicato monopolico corrupto y controlado, o a la burocracia del Estado—algunas veces a una combinación de los tres. Grandes cantidades de dinero son “ordeñadas” en cada fase de los diferentes procesos productivos en todos los campos de control de esos carteles como “ganancias políticas.” Políticos de alto nivel, de nivel medio, líderes sindicales y hombres de negocios privilegiados (empresarios estatistas), viven nadando en su riqueza mientras que el resto de la población vive en la miseria. El status social no se basa en el mérito, el trabajo, productividad, el éxito compitiendo justamente, sino en el número de conexiones familiares o personales con aquellos en las altas esferas del control político y el poder (la familia revolucionaria).   



Los autores describen brillantemente la ideología de la planeación central, intervencionismo, ingeniería social en la que racionalmente se basaron los esquemas de los gobiernos para controlar el desarrollo de sus países. Especialmente bajo la influencia del socialista sueco, Gunnar Myrdal, quien por muchos años fue la cabeza de la conferencia sobre intercambio y desarrollo de las Naciones Unidas, economistas en los EU y Europa cocinaron una tras otra falacia económica para justificar por qué no se debía confiar en los mercados. En su lugar, de acuerdo con esos “expertos,” solamente la planeación central y los funcionarios gubernamentales podrían sacar al continente Latinoamericano de su pobreza.



En nuestra región establecieron su base mas importante en la persona de Raúl Pelbrich a la cabeza de la OEA, economista de extracción marxista que por muchos años promovió con éxito sus teorías en toda América Latina y produjo retoños como el fatal Alan García en su primera versión, y en México el orgullo revolucionario, Luis Echeverría (héroe del Valle del Yaqui), y en prospecto tenemos a El Peje que promete “mejorar” las hazañas de su ídolo Hugo Chávez.



El Dr. Roberts afirma que a pesar de los grandes cambios que se han implementado en  Chile, Perú, Colombia y México en años recientes, de ninguna manera estos países se han convertido en bastión del capitalismo laissez-faire. Por el contrario. El claramente enumera una serie de radicales cambios que todavía se tienen que implementar si nuestros países quieren realmente ser sociedades libres algún día.



Los autores afirman también que, constitucionalmente, cultural e ideológicamente, las premisas del estado benefactor intervencionista están todavía profundamente arraigadas en toda América Latina. La prueba mas clara de esta afirmación, es la lucha de las facciones de izquierda en México para revertir todas las reformas que se han implementado en los últimos, lo cual ha ya iniciado nerviosismo en los mercados internacionales en el sentido de que el congreso controlado por hordas de Mao Maos, ha bloqueado las reformas pro mercado que se pretende seguir implementando.



Finalmente el Dr. Roberts cierra el capitulo de su libre relativo a México con un popular chiste en los círculos políticos de los EU. Al asumir la presidencia Don Miguel de la Madrid, encuentra en las arcas de la nación solo $70,000 pesos, molesto le llama a José López Portillo, de inmediato le reclama que encontró ese dinero, le pregunta: que sucedió? López Portillo le responde: “Creo que se nos olvidaron, pero al rato mando por ellos”. Yo le agregaría la famosa frase del Gral. Obregón: “No hay revolucionario que aguante un cañonazo de $50,000 pesos”, ¿tal vez dólares?……

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