15 mayo, 2013

La Hacienda de Obama reconoce haber perseguido al Tea Party

Escándalo en EEUU

Presionaron más a fondo a las organizaciones con "Tea Party" o "Patriota" en el nombre. Algunos demócratas ya han comparado a Obama con Nixon.

El edificio de la Agencia Tributaria de EEUU (IRS) en Washington. | Cordon Press
El Internal Revenue Service (IRS), el organismo equivalente a la Agencia Tributaria en Estados Unidos, investigó desde 2010 de forma especialmente exigente a organizaciones que tuvieran en sus nombres las palabras "Tea Party", "patriota" o "proyecto 9/12" –un grupo organizado por el periodista conservador Glenn Beck–, que criticaran al Gobierno o que tuvieran como objetivo educar a los norteamericanos sobre su Constitución y la Carta de Derechos. Es decir, a las asociaciones de derechas.


Desde que el Washington Post diera los primeros detalles sobre este asunto el pasado viernes, la polémica está provocando un gran escándalo en Washington que podría acabar estallándole al presidente Obama, quien bromeó un año antes de que comenzaran estas prácticas con que el rector y el consejo de la Universidad del Estado de Arizona, que le había denegado un doctorado honoris causa, pronto serían inspeccionados por Hacienda. Aunque al principio el IRS intentó limitar las prácticas a un pequeño grupo de empleados, pronto se averiguó que al menos parte de la dirección sabía lo que estaba sucediendo desde 2011.
Las revelaciones no han sorprendido a los afectados, muchos de los cuales ya habían denunciado lo que estaba sucediendo sin que la opinión pública ni publicada se lo tomara demasiado en serio, dada la gravedad de la acusación y que no tenían más pruebas que la severidad con que a ellos les estaba tratando el IRS. La cantidad de datos que les exigían los funcionarios ha llevado a algunos a denunciar que el objetivo era facilitar al Partido Demócrata una base de datos de organizaciones, donantes y activistas políticos de derechas.
En 2010, un fallo del Tribunal Supremo abrió la puerta a que muchas más organizaciones políticas pudieran acceder a un estatus que permite deducirse impuestos, lo que provocó que desde esa fecha aumentaran mucho las peticiones. El grupo encargado de examinarlas seleccionó a 298 grupos para una vigilancia especial, de los que 72 tenían al movimiento "Tea Party" en su título, 13 tenían la palabra "patriota" y otros 11 mencionaban "9/12".

Condenas de todo el arco político

Las críticas al IRS han arreciado desde la derecha y la izquierda. Desde el senador demócrata Tim Kaine, quien ha calificado las prácticas como "discriminación ideológica", al congresista republicano Darrell Issa, presidente del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara Baja, quien ha exigido que se "rindan cuentas", numerosos políticos han condenado esta discriminación política.
"De ninguna manera voy a defender esto. Pasé mi juventud vilipendiando a la administración Nixon por hacer lo mismo. Si lo hicieron tendrán que pagar", ha asegurado Michael Capuano, congresista demócrata por Massachusetts. "No sólo es mal gobierno y malo para la sociedad, políticamente es horrendo. La peor cosa que puedas hacer es dar un martillo tan fácil a tus oponentes para que te den con él".
El propio Obama ha optado por liderar el pelotón de linchamiento, declarándose "indignado" y afirmando que no tiene "paciencia para esto" y no lo va "a tolerar". Si se confirma que el personal del IRS "se implicó en el tipo de prácticas que se han reportado y se concentraron intencionalmente en esos grupos, eso es indignante y no hay cabida para ello, y tienen que rendir cuentas", ha asegurado el presidente.

El FBI investigará el caso

El secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, ha anunciado este martes que ha ordenado al FBI que abra una investigación penal. "He ordenado una investigación. El FBI está coordinándose con el Departamento de Justicia para determinar si se violaron las leyes en relación con esos asuntos", dijo en rueda de prensa Holder, quien precisó que los agentes estudian si hay "violaciones penales". "Fuesen o no penales, (esas violaciones) fueron indignantes e inaceptables", insistió Holder, que no especificó qué leyes podría haber violado el IRS.
Por su parte, el director del IRS, Steven Miller, ha admitido que "se cometieron errores", pero insiste en que en "ningún caso" se debió a "una motivación política o partidista". Una explicación que, cuando menos, causa perplejidad dado el claro sesgo político empleado por el servicio.

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