Por Gabriel Boragina ©
Las continuas
tergiversaciones sobre el término democracia han obligado a autores muy
importantes a aclarar repetidamente su significado. Vamos a examinar ahora
someramente algunas pocas pero substanciales aclaraciones de tan distinguidos
escritores. Por supuesto, el análisis de la democracia puede hacerse desde diversos
ángulos: político, filosófico, económico, jurídico, etc.
El insigne
profesor L. v. Mises explica el origen de la democracia política como derivado
de la democracia económica con estas palabras:
"En efecto,
los consumidores determinan no sólo los precios de los bienes de consumo, sino
también los precios de todos los factores de producción, fijando los ingresos
de cuantos operan en el ámbito de la economía de mercado: Son ellos, no los
empresarios, quienes, en definitiva, pagan a cada trabajador su salario, lo
mismo a la famosa estrella cinematográfica que a la mísera fregona. Con cada
centavo que gastan ordenan el proceso productivo y, hasta en los más mínimos
detalles, la organización de los entes mercantiles. Por eso se ha podido decir
que el mercado constituye una democracia, en la cual cada centavo da derecho a
un voto. Más exacto sería decir que, mediante las constituciones democráticas,
se aspira a conceder a los ciudadanos, en la esfera política, aquella misma
supremacía que, como consumidores, el mercado les confiere. Aun así, el símil
no es del todo exacto. En las democracias, sólo los votos depositados en favor
del candidato triunfante gozan de efectiva trascendencia política. Los votos
minoritarios carecen de influjo. En el mercado, por el contrario, ningún voto
resulta vano. Cada céntimo gastado tiene capacidad específica para influir en
el proceso productivo. Las editoriales atienden los deseos de la mayoría
publicando novelas policiacas; pero también imprimen tratados filosóficos y
poesía lírica, de acuerdo con minoritarias apetencias. Las panaderías producen
no sólo los tipos de pan que prefieren las personas sanas, sino también
aquellos otros que consumen quienes siguen especiales regímenes dietéticos. La
elección del consumidor cobra virtualidad tan pronto como el interesado se
decide a gastar el dinero preciso en la consecución de su objetivo.”[1]
A veces, el
verdadero significado de la democracia se deduce por exclusión, como lo
hace el Dr. C. Sabino al definir al fascismo de este modo:
"fascismo. Movimiento político de gran importancia
entre las dos grandes Guerras Mundiales que surgió en Italia, en 1922, bajo el
liderazgo de Benito Mussolini. El fascismo se caracterizó por su oposición a la
democracia liberal y al comunismo, por su nacionalismo, su culto a la
violencia""[2]
Desde otro
ángulo, nuestro tocayo, el
profesor Zanotti, en el contexto de su respuesta a católicos que rechazan el
liberalismo, echa luz en cuanto a que el liberalismo incluye a la democracia
constitucional dentro de sí, con estas palabras:
"el
liberalismo condenado por León XIII en la Libertas no hace referencia
ni a la democracia constitucional ni a la defensa de los derechos humanos
fundamentales frente al despotismo del Estado". Y más adelante: "La
cuestión pasa por reafirmar, como hemos hecho muchas veces, que el liberalismo
político, como un modo concreto de limitar el poder político (democracia constitucional,
división de poderes, control de constitucionalidad, etc.) es una opción
temporal totalmente opinable en relación a la Fe, y por ello mismo
legítima para cualquier católico que por razones no derivadas
directamente del depositum fidei opte por dicha postura." [3]
El profesor
Alberto Benegas Lynch (h) alerta sobre la llamada "democracia de los
números" de esta manera: "El eje central del cuento [de Nozick] alude
a la degradación de la idea de la democracia, lo cual vemos ocurre en muy
diversos lares hoy en día. Es decir, una grotesca burla al espíritu de un
sistema establecido para asegurar la alternancia en los cargos de gobierno y
cuyo aspecto medular reside en el respeto a las minorías tal como
contemporáneamente lo señala Giovanni Sartori en su tratado sobre la
materia....Sin embargo, observamos con alarma y estupor que en nombre de la
democracia no solo no se renuevan los cargos ya que las reelecciones son
frecuentemente indefinidas, sino que se atropellan los derechos de las
minorías. He repetido muchas veces la sabia ilustración que hace de esta
degradación Juan González Calderón en cuanto a que los llamados “demócratas de
los números” ni de números saben puesto que se basan en dos ecuaciones falsas:
50% más 1% = 100% y 50% menos 1% = 0%."[4]
Esta
degradación alcanza también a la Argentina de los Kirchner, quienes se han
amparado en la misma para cometer toda clase de tropelías, desfalcos y
trapisondas contra el orden constitucional a lo largo de tres dilatados
periodos de gobierno, con miras a perpetuarse en forma indefinida.
Con razón
enseña al Dr. A. Benegas Lynch (h):
"En realidad ¿qué importa que la
prepotencia, la invasión a la privacidad y el desmembramiento de los derechos
provengan de uno o de muchos? ¿Acaso la dignidad del ser humano depende de la
aritmética? El derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad son anteriores
y superiores a cualquier construcción, diseño y disposición de los hombres.
Constituyen parte de las propiedades, características y naturaleza de un ser
humano que no pueden ser borrados por ningún decreto." [5]
Sin embargo, y
con toda la verdad que entrañan las palabras antes citadas, no es un dato menor
que los modernos autoritarismos que se escudan en la "democracia"
echan mano recurrentemente al fraude electoral -como lo viene advirtiendo la
prensa-, con lo que hasta se torna harto dudosa la falsa "mayoría"
(probablemente inexistente) a la que tan ardorosa y sospechosamente apelan.
[1] Ludwig von Mises, La acción humana, tratado
de economía. Unión Editorial, S.A., cuarta edición. Pág., 417
[2] Carlos Sabino, Diccionario de Economía y Finanzas,
Ed. Panapo, Caracas. Venezuela, 1991. Voz "fascismo".
[3] Gabriel J. Zanotti. "BENEDICTO
XVI, PECADOR". Para Instituto Acton. Diciembre de 2008.
www.institutoacton.com.ar
[4] Alberto Benegas Lynch (h)."NOZICK Y EL
CUENTO DEL ESCLAVO". Diario de América. New York, marzo 17 de 2009.
[5] Alberto Benegas Lynch (h)."NOZICK Y EL
CUENTO DEL ESCLAVO". Diario de América. New York, marzo 17 de 2009.
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