Los drones podrían hacer realidad el Estado de vigilancia en los próximos años
¿Cuánto control están dispuestos a dejar los ciudadanos en manos
del gobierno con el fin de “vigilarlos”? Los vehículos aéreos no
tripulados son de todos tamaños y están aquí para quedarse.
No se trata de la descabellada
afirmación de un teórico de la conspiración: el alcalde de Nueva York,
Michael Bloomberg, afirmó en una reciente entrevista que los vehículos
aéreos no tripulados (VANT o drones como se les conoce
popularmente) serán parte del futuro inmediato de las ciudades tal como
las cámaras de vigilancia lo son en la actualidad. “No es una cuestión
de que esté bien o mal”, declaró el mandatario, “sino que simplemente no
veo cómo pueda detenerse.”
La diferencia, en realidad, radica en
que un drone puede identificar un rostro y seguirlo –una cámara de
vigilancia no. Y es que a través de la coartada de la seguridad el mundo
sigue permitiendo que el Estado asuma una posición de arbitraje y
supervisión cada vez más prevalente: la Administración Federal de
Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) afirma que
durante los próximos 10 años el gobierno de Estados Unidos gastará unos
94 mil millones de dólares en drones.
La FAA deberá entregar un reporte al
Congreso estadunidense a respecto de las regulaciones a las que se verá
sujeto el acceso a la tecnología de drones antes del 2015, previendo que
al menos 10 mil de estos artefactos surcarán los cielos de EU en el
2020.
El gobierno no será el único usuario de
estas cámaras con alas: además de las fuerzas policiacas, los usos
civiles de los drones podrían sustituir a los helicópteros para
supervisar las cosechas en los campos, los incendios u otros desastres
naturales, hacer reportes de tránsito o incluso del clima. En EU, más de
50 empresas privadas, universidades y otros organismos desarrollan y
producen unas 155 variedades de drones, cuyos tamaños varian desde los
pequeños como un avión a escala, hasta enormes como un Boeing 737.
Gobiernos como el de Dilma Roussef en
Brasil también integran cada vez más drones en la vigilancia fronteriza
así como en la lucha contra el narcotráfico, e Israel comercializa
drones desde hace años. ¿Será que el Estado de vigilancia se volverá una
realidad tangible y aceptada según la inercia de los tiempos, dejando
el concepto de privacidad como un anacronismo del pasado?
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