Los hackers derrotarán a los carteles: Bitcoins en Silk Road, el eBay de las drogas
En Internet puede comprarse lo que sea, pero la verdadera
revolución que está por venir no será la de la disponibilidad de
productos (o drogas) al alcance de un click, sino la moneda virtual que
revolucionará nuestras transacciones económicas.
Antes hemos hablado en Pijama Surf sobre Silk Road,
un mercado online que funciona de manera semejante a eBay, pero con
algunas diferencias importantes: se trata de una tienda virtual con más
de 10 mil artículos enlistados, 7 mil de los cuales son drogas.
Ni los compradores ni
los vendedores se conocen nunca, y es poco probable que alguna vez se
vean. MDMA, cannabis, cocaína y medicamentos de prescripción se
comercian diariamente en el “Camino de la Seda”, otrora el nombre de la
ruta de comercio destinada a traer los más exóticos productos de Oriente
hacia Europa. Hoy en día, la ruta de la seda opera con cerca de $1.7
millones de dólares al mes.
Además de drogas, la
tienda ofrece objetos eróticos, libros e identificaciones ilegales.
Comerciar con todo tipo de armas está prohibidas (el año pasado cerró
una tienda online dedicada a eso, por falta de clientes), así como con
pornografía infantil. Pero aunque las autoridades han sabido de la
existencia de Silk Road desde su fundación, en febrero de 2011, su
propia estructura hace muy difícil que haya algún responsable legal.
El doctor Nicolas
Christin ha investigado el funcionamiento del sitio desde hace tiempo.
Hasta julio del 2012, Christin tenía conocimiento de que más de 600
vendedores de drogas operan cada mes. Los estándares de calidad también
son mayores en cuanto a las sustancias, y un eficiente servicio de
entregas promueven tanto la confiabilidad entre los consumidores como el
anonimato de todos los involucrados. Algunos involucrados incluso
afirman que los compradores no son propiamente “adictos” o junkies, pues
el acceso a las sustancias no es inmediato, y el proceso tiene
suficiente complejidad (muchas confirmaciones sucesivas se aseguran de
que en verdad quieras comprar ese gotero de LSD) como para que los
compradores tengan que hacerlo estando en sus cinco sentidos.
Acceder a Silk Road requiere saber navegar con Tor,
un programa que permite mantener anónima la IP y la localización del
usuario. Tor ha servido para que los usuarios de países bajo regímenes
totalitarios (como China, Irán o Siria) pudieran pasar sobre las
prohibiciones gubernamentales sobre acceso a Internet, por lo que
criminalizar el acceso a Tor sería injusto. Además, debido a su uso
político, Tor es financiado en parte por el Departamento de Estado de
Estados Unidos.
Como si esto no fuera suficiente, la
moneda de cambio en Sulk Road no son simplemente dólares: es anónima, no
está bajo la jurisdicción de ningún pais, de ninguna empresa, y se
encuentra cifrada, lo que regula automáticamente su economía. Se llama Bitcoin
y en el 2010 cada unidad valía menos que una goma de mascar –hoy, un
bitcoin se cotiza en $70 dólares, haciéndola el tipo de cambio de más
rápido crecimiento en el mundo.
Sitios como WordPress, Reddit y
Wikileaks aceptan ya el uso de bitcoins para transacciones o donaciones,
y se cree que Silk Road es el sitio donde más se comercia con bitcoins,
seguido del sitio de apuestas Satoshidice. El valor de todas las bitcoins del mundo se estima en uno $800 millones de dólares.
Amir Taaki, uno de los desarrolladores
de las bitcoins y activista, niega que el uso de esta moneda virtual sea
necesariamente inmoral: “La gente quiere drogas. La guerra contra las
drogas probablemente es una guerra fallida”, explica. “Quiero deshacerme
de los carteles. La manera de hacerlo es que la gente compre sus drogas directamente del productor. Es lo que es genial de cosas como Silk Road, que puedes evitar las pandillas [para comprar drogas].”
Taaki incluso iguala la libertad de
consumo a la libertad de expresión: “¿Puedes imaginarte que no
tuviéramos libertad de expresión, o un Estado de vigilancia, hace 400
años? No habríamos tenido la Reforma [protestante], o la Ilustración, o
la Revolución Industrial. Nunca habrían ocurrido. Y hoy estamos teniendo
otro tipo de revoluciones.”
Los bitcoins son más que una manera
sencilla de comprar drogas: son un reto contra el mainstream financiero,
contra los cargos por transferencias, aportando un control mayor al
usuario de lo que hace con su dinero.
El valor de las bitcoins creció mucho en
los últimos dos años probablemente a causa del pánico causado por las
depresiones económicas en Chipre y España, con la gente buscando un tipo
de cambio seguro para que su dinero no perdiera valor, o simplemente el
resultado de gente que quiere comprar drogas, sea con monedas virtuales
o normales.
Para Mihai Alisie, editor de la Bitcoin
Magazine, ese no es el problema: “En este punto no importa que los
políticos digan ‘sí, vamos a prohibir las bitcoins, pueden comprar
drogas en línea así que vamos a prohibirlas.’ Si los políticos
prohibieran las bitcoins por eso, sería el equivalente a quemar una
aldea para cocinar un cerdo. Es como apagar el Internet porque la gente
está posteando pornografía.”
El entusiasmo de Alisie por las bitcoins
no conoce límites: “Las bitcoins son mucho más grandes que una forma
para volverse ricos. Creo que es la siguiente gran tecnología que
revolucionará nuestra sociedad. Es tan grande como el Internet, o tal vez mayor.“
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