por Mary Anastasia O'Grady
Mary Anastasia O’Grady es editora de la columna de las Américas del Wall Street Journal.
Los estudiantes mexicanos conocidos como "normalistas"
liberaron a un rehén el miércoles en el municipio de Nahuatzen debido a
preocupaciones sobre su salud. Pero siguen reteniendo a otros cinco.
Estos estudiantes de docencia son respaldados por la Organización de Normales Oficiales del Estado de Michoacán,
que advirtió que los demás retenidos, que son policías estatales, no
serán liberados hasta que se cumpla la demanda de crear 1.200 puestos
automáticos para maestros.
El enfrentamiento mexicano, que ya lleva una semana, es apenas el
ejemplo más reciente de una rebelión de un sindicato de maestros contra
recientes enmiendas a la Constitución mexicana para mejorar la educación pública.
Maestros encapuchados protestan frente a la legislatura de
Chilpancingo, en México, el 24 de abril, contra una reforma educativa
que, entre otras cosas, los obligaría a ser evaluados.
El presidente del país, Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI),
se ha fijado como prioridad mejorar el quebrantado sistema educativo
público. Pero con frecuencia, las intenciones de los reformadores
entusiastas son desafiadas por poderosos intereses políticos en su
primer año al mando. Los maestros creen que pueden presionarlo para que
dé marcha atrás.
Durante los 71 años consecutivos que el PRI gobernó a México hasta
2000, se forjó una reputación de mano dura que rozaba con la represión.
Ahora que el partido ha vuelto finalmente al poder, Peña Nieto se
encuentra bajo presión para mostrar que su colectividad es más amable y
gentil. Eso podría tentarlo a tolerar la violencia sindical. Pero las
recientes enmiendas constitucionales aumentan la transparencia y la
responsabilidad y despolitizan la educación. Es la clase de cambio que
el PRI necesita mostrar.
Es fácil entender por qué los maestros se han alzado en protesta
contra las enmiendas. Por primera vez serán evaluados mediante un
exhaustivo proceso que incluye pruebas de aptitud y competencia. La
permanencia vitalicia en el cargo ya no estará garantizada desde el día
en que un maestro se gradúa con su licenciatura. Los maestros ya no
podrán transferir sus puestos fijos a familiares, la predominante
práctica de vender una plaza de profesor será declarada ilegal y los
ascensos requerirán una evaluación previa. En pocas palabras, la
docencia debe convertirse en un trabajo de verdad, donde el desempeño
importa.
La responsabilidad es un concepto desconocido para
muchos que ingresan al campo de la enseñanza, lo que explica por qué
estudiantes de magisterio son parte de la rebelión. En abril, la
violencia estalló en Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero,
donde la legislatura denegó una petición por parte de activistas de
rechazar el nuevo proceso de evaluación. Delincuentes sindicales
destruyeron propiedades y bloquearon la autopista que va desde Ciudad de
México hasta Acapulco, lo que tuvo serias consecuencias económicas. La
mayoría de sindicatos de maestros al menos pretende preocuparse por sus
estudiantes. Muchos profesores en México se declararon en paro, dejando a
los niños y los padres plantados.
Peña Nieto dirige una nación a la que, desde hace mucho, las leyes
laborales que gobiernan la educación se le han quedado pequeñas. Cuando
en 1994 nació el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN), muchos anticiparon que México lo utilizaría para convertirse
en un imán para industrias poco tecnológicas y de mano de obra poco
calificada. Pero la apertura impulsó los estándares de vida y pronto
destinos fuera del Nafta se volvieron más atractivos para los
inversionistas en busca de mano de obra barata.
México fue ascendiendo naturalmente por la cadena alimenticia. Hoy en
día alberga progresivamente una industria más amplia de alta y media
tecnología, incluyendo la aeroespacial. Según la Secretaría de Economía,
"hay más de 190 compañías dentro de la industria aeroespacial que
operan en México, empleando a más de 30.000 trabajadores" y el mercado
aeroespacial está protagonizando un "rápido crecimiento".
¿Contará México con el capital humano necesario para ese crecimiento y
otros cambios económicos que lo acompañarán? La Secretaría de Educación
asegura que cada año, 90.000 mexicanos completan programas en
ingeniería y tecnología. Pero el sistema de educación pública podría
frenar el progreso del país.
En países muy pobres, el acceso a la educación es el primer obstáculo
a eliminar. Pero el segundo paso, que es precisamente el que afronta
México, es el desafío de la calidad. Claudio X. González, presidente de
Mexicanos Primero, una organización no gubernamental, está trabajando
para conseguir apoyo público para la reforma. González asegura que "sólo
un cuarto de cada generación termina la secundaria" y que sólo "10%
obtiene un grado universitario". Es más: "Hasta 80% de cada generación
reprueba o apenas pasa las pruebas internacionales de comprensión de
lectura, matemáticas y ciencias", dice.
México ocupa el último lugar en el ranking de 34 países de la
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico en logros
académicos de educación primaria. Mexicanos Primero apunta que Guerrero,
Oaxaca y Michoacán, donde han tenido lugar los episodios violentos,
tienen los peores resultados del país en educación secundaria.
González añade: "Ningún país en la OCDE invierte tanto en educación,
como porcentaje del Producto Interno Bruto, como México. Aun así, no
contamos con un registro confiable de maestros y cerca de 160.000
personas (reciben) un sueldo como maestros sin pisar jamás un aula de
clases".
El Congreso mexicano ha votado a favor de reformar un modelo
educativo corporativista creado en los años 30. Ahora, el Estado está
encargado de implementar el cambio. También debería procesar a los
vándalos y a los secuestradores. Si lo hace, no sólo defenderá los
intereses de millones de niños, sino que además daría otro paso en la
dirección de implementar el Estado de Derecho en un país donde brilla dolorosamente por su ausencia.
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