12 junio, 2013

¿Qué hacer para que todos “seamos globales y productivos”? ¿Qué debe hacer, en esto, el gobierno?

Ángel Verdugo
Los temas que ocupan a casi todos los agentes económicos locales, son de lo más alejado de la globalidad. 
¿Qué hacer para que todos “seamos globales y productivos”? ¿Qué debe hacer, en esto, el gobierno?
Una de las tareas más publicitadas por el gobierno actual, es todo lo que tiene que ver con la elevación de la productividad. El enfoque dado al tema ha sido, por decir lo menos, incompleto; hay algunos elementos relacionados con él, que vale la pena comentar.
Este lunes, aquí en Excélsior, mi amiga y paisana Cecilia Soto escribió una excelente colaboración (“¿Cómo medimos a México?”) relacionada con las limitaciones del enfoque del gobierno la cual debe leer. De interesarle, aquí lo puede hacer:

http://www.excelsior.com.mx/cecilia-soto/2013/06/10/903309.
Uno de los elementos que más se publicita de la propuesta gubernamental, es “la democratización de la productividad”. No quiero entrar a polemizar en un planteamiento que por lo menos, suena raro; mejor toquemos la propuesta desde otra perspectiva.
Imagine usted una zona de agricultura comercial que produce trigo, hortalizas, cítricos, nuez, carne de cerdo, carne de ganado bovino —finalizado éste con grano en corrales de engorda— y camarón cultivado en estanques tecnificados con altos niveles de productividad. Además, cuenta con varios rastros Tipo Inspección Federal (TIF), salas de corte para carne y empacadoras de camarón para exportación. El área irrigada, es de poco más de 225 mil hectáreas.
El centro de esta región lo constituye una ciudad intermedia con poco menos de 400 mil habitantes, que cuenta con varias instituciones de educación superior, cuya matrícula supera los 20 mil estudiantes.
Lo anterior podría, casi estoy seguro, darle a usted la imagen de “una ciudad global” en la cual, agricultores, porcicultores, engordadores de ganado y acuicultores tienen, prácticamente todos ellos, “mentalidad global”; es decir, “son globales”, altamente productivos y competitivos.
Si ésa fue la imagen que se formó usted de la región que antes describo, se equivocó de medio a medio. Los temas que ocupan a casi todos sus agentes económicos locales, son de lo más alejado de la globalidad y las grandes tendencias y reglas del comercio internacional.
En otras palabras, la “mentalidad global” brilla, pero por su ausencia. El ambiente en esa ciudad es, para decirlo claro, pueblerino, aldeano. La información que maneja la aplastante mayoría de aquellos productores, da pena; su ignorancia de lo que pasa en el mundo, asusta.
En consecuencia, ¿es creíble y viable la propuesta del gobierno en el sentido de “democratizar la productividad” en todos los rincones del país? Cómo le hará si, en una región que produce para el mercado desde hace poco más de cien años—no es caso único—, la visión que priva ahí está anclada en los años sesenta del siglo pasado, muy lejos de las grandes corrientes transformadoras del mundo desde esos años.
Otro aspecto a tomar en cuenta sería éste: ¿Es función del gobierno hacer que todos los productores tengan como objetivo, elevar la productividad, poseer una mentalidad global y ser competitivos?
Pienso que no; soy de la idea que buscar elevar la productividad debe ser resultado del esfuerzo personal y la ambición de mejorar del agente económico; la decisión del burócrata —por mejores intenciones que tenga—, no sustituye la ambición personal por mejorar. Esto, lo demuestra la experiencia acumulada en decenas de países desde tiempos inmemoriales.
Por lo demás, ¿sabe de qué región del país hablo? Para tristeza mía, de aquélla donde nací, el Valle del Yaqui en el sur de Sonora.

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