Los bancos centrales juegan con los mercados
Juan Ramón Rallo indica que los bancos
centrales tienen demasiada importancia sobre las economías, de manera
que ni siquiera necesitan decidir algo para que las consecuencias
comiencen a sentirse.
Un mundo maravilloso
Ian Vásquez reseña el último libro de Johan
Norberg en el que se exponen dies grandes razones para ser optimistas
sobre el futuro de la humanidad.
El sueco Johan Norberg acaba de publicar un libro que expone diez grandes razones para ser optimistas sobre el futuro, basado en las mejoras sustanciales que ha vivido el mundo en las últimas décadas. Abarca adelantos en áreas como la producción y el consumo de comida a nivel global, la caída notable de la violencia a través de los siglos e incrementos en la expectativa de vida, educación e igualdad (de minorías, de mujeres y de homosexuales), entre otras áreas. Es un trabajo más de los muchos que han salido documentando avances y de cómo la brecha mundial de bienestar se está cerrando.
La mentalidad anticapitalista
Luis Alfonzo Herrera señala que la actual
situación de Venezuela se debe en parte a un largo consenso entre los
partidos políticos más importantes acerca del socialismo.
Quijotes combatiendo molinos de viento
Alfredo Bullard sostiene que los reguladores
de supuestos monopolios naturales socavan la competencia, retardando la
innovación y las mejoras en los productos y servicios al consumidor.
Una de las excusas para regular es la de los monopolios naturales. Se dice que en ciertos mercados los costos de ofrecer un bien o servicio son demasiado altos para que haya competencia. Ejemplo: la telefonía fija. Para instalar un teléfono y comunicarlo con otros hay que tender una red de postes y cables. Es muy caro. Por eso es mejor que haya uno solo. Es, naturalmente, un monopolio. Entonces hay que regular al operador para que no cobre tarifas superiores a las que habría en un mercado competitivo.
Los errores de Trump sobre el Nafta son enormes
Mary Anastasia O'Grady dice que los errores
de Donald Trump acerca de los resultados del Nafta no son solo
políticamente incorrectos, sino que son errores fácticos.
LOS CAPITALISTAS EN CONTRA DEL CAPITALISMO
Alberto
Mansueti
“Cuando varios mercaderes del mismo ramo se
reúnen, aunque sea para divertirse, la conversación suele terminar en alguna
conspiración contra el público o maquinación para subir los precios”.
Es una línea de Adam Smith en “La riqueza de las
naciones” (Libro I Cap. X), muy famosa porque siempre la citan los defensores
de las “leyes anti-monopolio”, o anti-empresarias de cualquier clase.
Adam Smith, hoy
Adam Smith, hoy
Por Alberto Benegas Lynch (h)
Hay autores que escriben para el
momento en que viven por lo que leídos al tiempo sus trabajos carecen
de interés, es lo que también pasa con los que circunscriben sus
escritos a la coyuntura, artículos, ensayos y libros que vistos a la
distancia no resultan atractivos como no sea para algún eventual
registro historiográfico. Con Adam Smith, especialmente en su primer
libro de 1795 sobre sentimientos morales y en su obra de 1776 sobre
economía, sucede que casi todo lo consignado es aplicable a la
actualidad.
Al cumplirse doscientos años de la
muerte de Adam Smith escribí un largo ensayo que hace poco se reprodujo
en un libro de mi autoría publicado en Venezuela por CEDICE (Centro de
Divulgación del Conocimiento Económico, Caracas, 2013) bajo el título de
El liberal es paciente.
En aquél ensayo que se incluyó como un post-scriptum del referido
libro, pretendí abarcar lo más relevante de este destacado pensador
escocés, incluso aspectos de su vida que estimé importantes en conexión a
su escarceo intelectual. En esta ocasión, en cambio, me circunscribo a
comentar muy brevemente algunos pasajes de sus dos obras mencionadas
(para facilitar información al lector indico con las siglas SM su
primera obra y con RN la segunda).
Doug Casey, para pensar
Doug Casey, para pensar
Por Alberto Benegas Lynch (h)
Se trata de una persona muy consistente
con sus principios cuyo eje central radica en el valor de la libertad,
esto es concebir la sociedad como interacciones voluntarias en las que
prima el respeto recíproco donde solo justifica el uso de la fuerza
cuando es de carácter defensivo. En este contexto, cada uno puede hacer
de su vida lo que le plazca siempre y cuando no lesione derechos de
terceros.
Doug Casey es de hablar pausado y bien
articulado con contenidos muy sustanciales y bien fundamentados. Es un
inversionista de dotes excepcionales. Se autodefine como un “especulador
internacional”, lo cual subraya un concepto básico pero poco
comprendido. Todos los seres humanos somos especuladores. Todos
apuntamos a pasar de una situación menos favorable a juicio de sujeto
actuante a una que estimamos nos proporcionará mayor satisfacción. El
acto puede ser ruin o sublime pero siempre está presente la
especulación. Hablar de especulador es equivalente a aludir a la acción
humana. Algunos aciertan en sus conjeturas, otros se equivocan pero
todos especulan. La madre especula con que su hijo se encuentre bien, el
asaltante a un banco especula con que le saldrá bien el atraco y así
sucesivamente.
¿Qué son los héroes?
Por Alberto Benegas Lynch (h)
Personalmente no me gusta la expresión
“héroe” porque está manchada de patrioterismo y atribuida generalmente a
personas que en realidad han puesto palos en la rueda en las vidas de
su prójimo. Por otra parte, Juan Bautista Alberdi escribió en su
autobiografía que “la patria es una palabra de guerra, no de libertad”
puesto que hay otras formas de expresarse menos pastosas para referirse
al terruño de los padres.
El manoseo creciente de las palabras héroe y patria
ha hecho que se desfiguren y trastoquen. La primera, según el
diccionario es la “persona que ha realizado una hazaña admirable para
la que se requiere mucho valor”.
Las “soluciones” de los gobernantes a su propia incompetencia
Por Hana Fischer
Panam Post
Una columna de Ian Vázquez -director del
Centro para la Libertad y Prosperidad Global de Cato Institute- nos
llamó poderosamente la atención. Lo allí expresado no sólo es relevante
sino también digno de ser divulgado, por constituir un paradigma del
modo en que se manejan los gobernantes frente a su propia incompetencia.
Eso adquiere mayor relevancia cuando los “Panama Papers”, y más recientemente los “Bahamas Papers”, tienen escandalizada a la opinión pública mundial.
El estadista y el empresario
Por Carlos Alberto Montaner
El leit motiv de Donald Trump
es ganar. Para él la realidad está hecha de múltiples competencias.
Necesita fabricar el edificio más alto, conquistar a la mujer más
hermosa, llevar a cabo el mejor negocio de bienes raíces, presidir el
país más poderoso de la tierra con el objeto de restaurar su supuesta
grandeza perdida por la descuidada incuria de los políticos.
Su frase emblemática es “you are fired”
(¡está despedido!). A Trump nadie lo ha acusado nunca de ser una
persona compasiva. En su universo sin piedad no hay espacio para los
“perdedores”, ni simpatías con el hombre pequeñito que canta en la
ducha, las señoras obesas o la gente fea, grupos, por cierto, que
constituyen la mayoría del censo en todos los países del planeta.
Populistas estadounidenses
Por Guillermo Arosemena A.
Las elecciones presidenciales en Estados
Unidos serán únicas en la historia de ese país. Es la primera vez que
más del 50% de la población no confía en ninguno de los dos candidatos:
Donald Trump y Hillary Clinton. Es la primera vez que un candidato,
siendo millardario, no es el candidato de las grandes corporaciones ni
de Wall Street. Es la primera vez que ambos candidatos hacen ofertas
populistas muy difíciles de cumplir. Nunca antes había existido un
populista de derecha. William Jennings Bryan, siglo XIX, fue un
populista que podría definirse de izquierda, que ofreció a los
agricultores soluciones que no podía cumplir.
Trump reavivaría el sentimiento anti-Estados Unidos en América Latina
John Locher
AP
BUENOS AIRES
A juzgar por lo que me dijeron varios presidentes
latinoamericanos en entrevistas recientes, creo que una potencial
victoria de Donald Trump en las elecciones del 8 de noviembre enfriaría
las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica, y empujaría incluso
a los presidentes más proestadounidenses a tomar distancia de
Washington.
Pocos presidentes latinoamericanos, incluso los más cercanos a Estados Unidos, arriesgarían su capital político poniéndose en contra del sentimiento generalizado –y muy justificado– contra Trump en sus respectivos países.
Pocos presidentes latinoamericanos, incluso los más cercanos a Estados Unidos, arriesgarían su capital político poniéndose en contra del sentimiento generalizado –y muy justificado– contra Trump en sus respectivos países.
La competencia no necesita una ley que la defienda
Por Roberto Cachanosky
Todo parece indicar que la llamada ley
de defensa de la competencia va tomando fueza y se convertirá en ley.
Uno de sus objetivos es la promoción y el fomento de la competencia, lo
cual realmente resulta bastante insólito porque es justamente el estado
el que hoy en día limita, frena, reduce y desalienta la competencia.
Por empezar, cuando se habla de
competencia la lógica más elemental indica que el estado no debe
establecer barreras a la entrada de nuevos competidores ni obstaculizar
con su política económica la posibilidad de competir con productos
importados a los productores locales. Los políticos creen que la
competencia es cuestión de la burocracia y para eso prevén crear una
serie de organismos burocráticos que lo único que conseguirán es
incrementar el gasto público, por lógica consecuencia la carga
tributaria y como corolario de la mayor carga tributaria reducirá la
capacidad de competir de las empresas. Todo al revés de lo buscado.
El posparto del debate
Por Álvaro Vargas Llosa
Ganó Hillary Clinton. ¿Por qué?
Porque no tosió, no se desmayó y logró que la discusión se centrara en
su contrincante antes que en los asuntos medulares o en ella misma.
Perdió Donald Trump. ¿Por qué? Porque dedicó su tiempo a defender su
pasado antes que centrarse en su propuesta populista/nacionalista, su
mejor carta en estos tiempos populistas/nacionalistas, porque pareció un
improvisado ante una rival más preparada y porque no dio rienda suelta a
toda la vileza de que es capaz para mellar a la ex senadora.
¿Para qué los filósofos?
Por Mario Vargas Llosa
En un bouquiniste de los alrededores de Nôtre Dame encontré, medio desecha por el tiempo y el manoseo de los paseantes, la primera edición de Pourquoi des philosophes?
(1957), de Jean-François Revel. La compré y la volví a leer, medio
siglo después de la primera lectura. Este panfleto volteriano con que
Revel inició su carrera literaria conserva intacta su explosiva
ferocidad y tal vez ella ha aumentado porque algunas de las figuras con
las que se encarniza, como Heidegger, Jacques Lacan o Claude
Lévi-Strauss, se han convertido desde entonces en referencias
intelectuales intocables.
Sunday, October 2, 2016
Luis González de Alba, un escritor incómodo
La libertad hasta la desmesura, la franqueza aunque incomodase, la
generosidad inacabable, la valentía a toda prueba: Luis González de Alba
vivió con el regocijo y el dolor que padecen quienes viven a plenitud;
quizá no hizo todo lo que quiso pero todo lo que hizo fue con gozo y
convicción. Hombre de ideas y por lo tanto de pasiones, fue protagonista
y crítico de los méritos y las adversidades de las izquierdas. Hombre
de convicciones, jamás dudó en decir sus verdades aunque resultasen para
muchos tan políticamente incorrectas —a otros, en cambio, sus críticas a
desvaríos e inconsecuencias de la vida pública nos parecían necesarias y
nos sentíamos representados en esos textos—.
Indignado a menudo con las hipocresías de quienes crean mitos políticos para vivir de ellos, González de Alba jamás se permitió usufructuar en beneficio propio su trayectoria política. Fue, como es bien sabido, uno de los auténticos dirigentes del movimiento estudiantil de 1968, padeció cárcel, escribió con esa experiencia su primera novela, se fue al exilio, pero nunca se aprovechó de la notoriedad que le daba esa trayectoria. Siempre condenó la salvaje represión contra ese movimiento pero buscó y defendió explicaciones para saber qué ocurrió y por qué, más allá de los relatos maniqueos que abundaron desde entonces. Sus últimos textos e incluso un libro que anunció en varios de ellos reiteran el relato de un 2 de octubre en donde el ejército fue tan sorprendido por la emboscada como los líderes estudiantiles. Luis no fue ajeno al abrumador significado de esa fecha. Ese día, 48 años después, fue el que eligió para morir.
Indignado a menudo con las hipocresías de quienes crean mitos políticos para vivir de ellos, González de Alba jamás se permitió usufructuar en beneficio propio su trayectoria política. Fue, como es bien sabido, uno de los auténticos dirigentes del movimiento estudiantil de 1968, padeció cárcel, escribió con esa experiencia su primera novela, se fue al exilio, pero nunca se aprovechó de la notoriedad que le daba esa trayectoria. Siempre condenó la salvaje represión contra ese movimiento pero buscó y defendió explicaciones para saber qué ocurrió y por qué, más allá de los relatos maniqueos que abundaron desde entonces. Sus últimos textos e incluso un libro que anunció en varios de ellos reiteran el relato de un 2 de octubre en donde el ejército fue tan sorprendido por la emboscada como los líderes estudiantiles. Luis no fue ajeno al abrumador significado de esa fecha. Ese día, 48 años después, fue el que eligió para morir.
Those Were the days
Those were the days…
por Luis González de Alba
Este artículo abarca veinte años de vida homosexual en México. Por momentos es una crónica generalizada y en otros se asume como recuerdo personal que aspira a la sinceridad plena.
El joto del barrio
Una verdadera institución mexicana durante siglos, en los últimos veinte años el joto del barrio se ha convertido en una especie en extinción. Ha sido obra de la novedosa respetabilidad gay, y ésta es a su vez producto de la atmósfera democrática que de manera lenta se ha impuesto en la vida pública del país en tan sólo dos décadas. Al comenzar 1978 y aparecer el primer número de Nexos ya había terminado su sexenio Luis Echeverría, el último de los presidentes al viejo estilo. Su alardeada intención: la “apertura democrática”, se había hundido en una demagogia de frases citables por cualquier revolucionario, recepciones oficiales con agua de jamaica y bailes folklóricos de la simpática “compañera” María Esther. Las feroces proclamas echeverristas sólo distanciaron a los ricos, con todo y sus capitales, y llenaron al país de obras inconclusas y trazos con cal para cimientos.
por Luis González de Alba
Este artículo abarca veinte años de vida homosexual en México. Por momentos es una crónica generalizada y en otros se asume como recuerdo personal que aspira a la sinceridad plena.
El joto del barrio
Una verdadera institución mexicana durante siglos, en los últimos veinte años el joto del barrio se ha convertido en una especie en extinción. Ha sido obra de la novedosa respetabilidad gay, y ésta es a su vez producto de la atmósfera democrática que de manera lenta se ha impuesto en la vida pública del país en tan sólo dos décadas. Al comenzar 1978 y aparecer el primer número de Nexos ya había terminado su sexenio Luis Echeverría, el último de los presidentes al viejo estilo. Su alardeada intención: la “apertura democrática”, se había hundido en una demagogia de frases citables por cualquier revolucionario, recepciones oficiales con agua de jamaica y bailes folklóricos de la simpática “compañera” María Esther. Las feroces proclamas echeverristas sólo distanciaron a los ricos, con todo y sus capitales, y llenaron al país de obras inconclusas y trazos con cal para cimientos.
Geopolítica y migración
Estados Unidos es una nación de inmigrantes. Ese es el cliché básico y
la verdad absoluta. Es probable que el debate en curso en los Estados
Unidos sobre la inmigración mexicana refleje el más antiguo debate
estadunidense: ¿Son los nuevos inmigrantes una bendición o una
catástrofe? La situación mexicana fronteriza resulta única, y es
imposible controlar el movimiento de una población nativa en territorios
cuyas fronteras no corresponden a su realidad social y económica.
Estados Unidos se hizo con movimientos masivos de población. Los movimientos llegaron en oleadas de todas partes del mundo y tuvieron características distintas según el momento histórico, pero hubo dos constantes. Primero, cada oleada tuvo una función indispensable de orden económico, político, militar o social. Estados Unidos, como nación y como régimen, no hubiera podido evolucionar como lo hizo sin ellas. Segundo, cada nueva oleada fue vista con sentimientos ambiguos por quienes ya estaban en el territorio. Según el tempo y el lugar, algunos vieron a los nuevos inmigrantes como un refuerzo bienvenido; otros como una catástrofe. El debate en curso que agita hoy a Estados Unidos es el más antiguo de la nación: ¿Los nuevos inmigrantes son una bendición o una catástrofe? Hasta aquí lo obvio.
Estados Unidos se hizo con movimientos masivos de población. Los movimientos llegaron en oleadas de todas partes del mundo y tuvieron características distintas según el momento histórico, pero hubo dos constantes. Primero, cada oleada tuvo una función indispensable de orden económico, político, militar o social. Estados Unidos, como nación y como régimen, no hubiera podido evolucionar como lo hizo sin ellas. Segundo, cada nueva oleada fue vista con sentimientos ambiguos por quienes ya estaban en el territorio. Según el tempo y el lugar, algunos vieron a los nuevos inmigrantes como un refuerzo bienvenido; otros como una catástrofe. El debate en curso que agita hoy a Estados Unidos es el más antiguo de la nación: ¿Los nuevos inmigrantes son una bendición o una catástrofe? Hasta aquí lo obvio.
Luis González de Alba. Una muerte elegida
“La premeditación de la muerte es la premeditación de la libertad”.
Montaigne
Montaigne
Se ha quitado la vida Luis González de Alba, uno de los hombres más libres de México. Su muerte ha sido el acto último de su salvaje libertad.
Murió como vivió: como le dio la gana, ejerciendo sin límites su autonomía y su libertad, siempre su libertad, tanto en el ámbito público como en el privado.
La última nota que firmó, aparecida ayer en Milenio en su columna dominical Se descubrió que…, lleva por sarcástico título: “Podemos adivinar el futuro”.
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