Jóvenes universitarios: Socialismo, en una sola
lección
Está de moda que algunos universitarios (ojo,
algunos, no los universitarios) hagan marchas en contra de Peña Nieto.
Gritonean, lanzan majaderías y hasta agreden a medios de comunicación. Y
últimamente hasta rompen vidrios de camionetas del candidato Peña (hasta el
momento no está claro si fueron estudiantes quienes realizaron este acto
vandálico). Desprecian al viejo PRI aparentemente, pero sin querer, apoyan a lo
peor de ese viejo PRI, pues la mayoría de estos universitarios están a favor
abiertamente de López Obrador (se caracterizan por ponerse máscaras de
Salinas), quien, deberían recordar, representa a lo más rancio del populismo
priista, ese que de no habar llegado al poder los tecnócratas, tendrían al país
sumido en la más paupérrima miseria (los pobres no serían 50 sino 100 millones,
la clase media no existiría, y los ricos serían los que trabajan en el
gobierno, como en los regímenes socialistas), y con una total ausencia de
libertades políticas y económicas esenciales.
Como parece estar de moda hoy día ser estudiante
con filosofía socialista proveniente de colegio privado (yo pensé que eso era
exclusivo de los colegios del gobierno), les recuerdo a estos estudiantes una
reflexión.
Una amiga me reenvió un correo anónimo hace unos
días, una reflexión sobre la filosofía socialista. Dicha reflexión es sencilla
y simple, pues expone muy bien la perversión socialista. Sería bueno que lo
lean los políticos, pues en ellos domina la filosofía socialista en particular
del PRI y del PRD que desean impuestos progresivos, quitarle riqueza a los más
productivos para regalársela a los más flojos y menos productivos.
Ojalá este artículo también lo lean los
socialistas que quieren expulsar a las empresas mineras productivas de las
zonas huicholes, de Wiricuta en particular (hasta conciertos organizan), dizque
para “preservar sus tradiciones”. Por ese tipo de mentalidad socialistoide es
que en México aún es alta la pobreza. Se piensa en redistribuir riqueza antes
de generarla. Se desprecia al capitalismo, ahí se quedarán con sus rituales y
miseria si se salen con las suyas.
Lea el lector con atención la siguiente
reflexión:
Una universitaria cursaba el último año de sus estudios. Como
suele ser frecuente en el medio universitario, la chica pensaba que era de
izquierda y, como tal, estaba a favor de la distribución de la riqueza. Tenía
vergüenza de su padre, un empresario exitoso. Él era de derecha y estaba en
contra de los programas socialistas. La mayoría de sus profesores le habían
asegurado que la de su papá era una filosofía equivocada.
Por lo anterior, un día ella decidió enfrentar a su padre. Le
habló del materialismo histórico y la dialéctica de Marx tratando de hacerle
ver cuán equivocado estaba al defender un sistema tan injusto. En eso, como
queriendo hablar de otra cosa, su padre le preguntó: -¿Cómo van tus estudios?
-Van bien -respondió la hija, muy orgullosa y contenta-. Tengo promedio
de 9, hasta ahora. Me cuesta bastante trabajo, prácticamente no salgo, no
tengo novio y duermo cinco horas al día, pero, por eso ando bastante bien, y
voy a graduarme en tiempo. Entonces el padre le pregunta: -Y a tu amiga Melisa,
¿Cómo le va? La hija respondió muy segura: -Bastante mal, Meli no se exime
porque no alcanza el 6, apenas tiene 4 de promedio. Pero ella se va a bailar
cada semana, pasea, fiesta que hay está presente, estudia lo mínimo, y falta
bastante... no creo que se reciba este año. El padre, mirándola a los ojos, le
respondió: - Entonces habla con tus profesores y pídeles que le transfieran 2.5
puntos de los 9 tuyos a ella. Esta sería una buena y equitativa distribución de
notas porque así las dos tendrían 6.5 y se graduarían juntas. Indignada, ella
le respondió:
¡¿Estás borracho?!
¡Me rompo la madre para tener 9 de promedio!
¡Te parece justo que todo mi esfuerzo se lo pasen a una vaga, que
no se esfuerza por estudiar! Aunque la persona con quien tengo que compartir mi
sacrificio sea mi mejor amiga... ¡¡No pienso regalarle mi trabajo!! Su padre la
abrazó cariñosamente y le dijo:
¡Bienvenida a la derecha!
Moraleja: Todos somos rápidos para repartir lo que es ajeno. Este
mensaje es muy cortito, tremendamente claro y se aplica 100% a nuestra realidad
social mexicana.
Basado en el pensamiento de Adrian Rogers (1931-2005) quien
sostiene que todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para
obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo... El
gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a
alguna otra persona. Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de
que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse
cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena
trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso...
mi querido amigo... ...es el fin de cualquier Nación. No se puede multiplicar
la riqueza dividiéndola.
Si no estás de acuerdo, no lo pases. Como estoy de acuerdo lo
paso. No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los
deshonestos, de los sin ética... Lo que más me preocupa es el silencio de los
buenos.
AMÉN
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