Juan Manuel Santos: ¿Mejor ministro que presidente?
Por Guillermo A. Zurga
Cuando observamos los desvaríos del
presidente de Colombia Juan Manuel Santos como presidente, y nos vamos
allá a los tiempos en que era ministro, y mostraba una fortaleza poco
común, exhibiendo con orgullo su éxito al frente de la lucha contra los
irregulares narcoterroristas de las Farc, no deja uno de pensar el
porqué de ese cambio sustancial de 180 grados en su actuar, como
presidente.
Las cuestionadas y extrañas relaciones
del presidente Juan Manuel Santos con su nuevo y mejor amigo Hugo
Chávez, han producido una profunda división en los pueblos de Colombia y
de Venezuela.
La mitad de estas poblaciones asimila a
estas relaciones como naturales, necesarias y fundamentales para la
economía y paz de ambos países. La otra mitad las mira con escepticismo,
malestar, desconfianza y no las justifica, por los principios
democráticos y ética elementales.
La demostración evidente de la
existencia comprobada de las Farc en territorio venezolano, con el
consentimiento y protección del gobierno venezolano, son motivos más que
suficientes para desconfiar del gobierno venezolano y cuestionar tal
amistad.
Los homenajes, estatuas y efigies del
pueblo chavista en Caracas, dedicados los líderes de las Farc, alias
Manuel Marulanda conocido como tiro fijo y alias Raúl Reyes, dados de
baja por el gobierno colombiano, son acciones y eventos hablan por sí
solos de la simbiosis existente entre la revolución bolivariana liderada
por Hugo Chávez y las Farc, razón muy poderosa para desconfiar de esta
amistad entre mejores amigos.
Por otra parte, según pensamos algunos,
al parecer tal amistad estaría estimulada por la deuda que el gobierno
venezolano tiene con los empresarios colombianos, lo cual tampoco
justifica darle la espalda a la democracia venezolana por tal razón,
cuando existen otras formas legales menos entreguistas y más dignas,
para cobrar tal deuda.
El comportamiento del presidente Santos
ante la crisis de la solicitud de aceptación de Cuba en la Cumbre de las
Américas, dejó muchas dudas y criticas por su viaje a Cuba y por su
posición dual y blandengue ante esta solicitud, la cual ha debido ser
más clara y contundente. El gobierno cubano es una dictadura y con
dictaduras no se puede hablar de cumbres, ya que ésta en particular ha
hecho mucho daño al pueblo cubano, y continúa haciéndolo, y punto.
Tal como lo sugirió en la sexta Cumbre
de las Américas el presidente Juan Manuel Santos, tenderles puentes a
gobiernos dictatoriales, o a movimientos revolucionarios irregulares
apartados de la democracia, que han demostrado en el tiempo que quienes
los dirigen son soberbios con tendencias megalómanas, fue una gran
inocentada. Extraña que provenga de un presidente democrático de un país
con más de 50 años de lucha continúa contra insurrectos y
narcotraficantes.
A los narcoterroristas de las Farc, se les ha dado todo tipo de oportunidades para que se reintegren a la vida pacífica colombiana, quienes las han rechazado reiteradamente en diferentes épocas y con diferentes gobiernos.
A los narcoterroristas de las Farc, se les ha dado todo tipo de oportunidades para que se reintegren a la vida pacífica colombiana, quienes las han rechazado reiteradamente en diferentes épocas y con diferentes gobiernos.
Los puentes se les tienden a las
personas o grupos que se arrepientan de sus actos ilícitos y/o
vandálicos que deseen reinsertarse responsable y voluntariamente en la
sociedad de un país. Lo demás es demagogia.
Declarar que el presidente Hugo Chávez
es un factor de estabilidad en la región, ha sido el error político más
grave que ha cometido el presidente Juan Manuel Santos. Conociendo la
influencia e injerencia del gobierno venezolano en las naciones del Alba
y en Argentina, países estos que tienen crisis por doquier, donde la
semejanza y solidaridad de estos gobiernos con la revolución marxista
leninista dirigida desde Cuba por Fidel Castro con la participación
activa de Hugo Chávez, pudieran ser de las principales causas de éstas
crisis. Es inconcebible que a Juan Manuel santos se le pueda ocurrir
declarar al mundo semejante disparate.
Si algo es un peligro claro y evidente
para la estabilidad política en Latinoamérica, y para las democracias de
la región; es precisamente, la cofradía que se ha formado entre el
gobierno cubano dirigido por los Castro y el gobierno venezolano
dirigido por Hugo Chávez, con el visto bueno y complacencia de otros
gobiernos latinoamericanos alcahuetes y antidemocráticos.
La guinda para rebosar al vaso, la
recién acaba de poner el presidente Santos, promocionando la Ley para la
paz con las fuerzas narcoterroristas de las Farc, adelantándoles
posibles concesiones y perdones, cuando se esperaba que continuara con
el proyecto de seguridad colombiano que dirigió exitosamente como
ministro de defensa del gobierno del ex presidente Álvaro Uribe Vélez.
Cuando los logros de Juan Manuel Santos
como presidente brillan por su ausencia, y los pocos éxitos logrados han
sido consecuencia directa de las políticas públicas desarrolladas por
el anterior gobierno de Álvaro Uribe Vélez, en el cual éste fue una de
las estrellas más esplendorosas como ministro, a tal punto que por ello
gano la presidencia de Colombia; cabe preguntarse: ¿Fue Juan Manuel
Santos mejor ministro que actual presidente?
Sería algo atrevido y aventurero señalar
que Juan Manuel Santos como presidente estaría llegando a su nivel de
incompetencia política, dado que va por la mitad de su periodo
presidencial y bien pudiera dar un vuelco positivo a su gestión como
tal.
Quizás es prematuro juzgar su gestión
como presidente, y necesariamente habría que esperar un tiempo más para
hacerlo. Sin embargo, la cantidad de desvaríos es tan extensa, que
pareciera ser que es una política de Estado pre concebida con propósitos
desconocidos de la cual pareciera difícil alejarse voluntariamente.
¿Qué piensa usted al respecto amigo lector?
Nota: Dado que posiblemente a algunos
lectores les llame la atención mi especial interés en la política y
asuntos colombianos siendo venezolano, les respondo lo siguiente:
Venezuela y Colombia son naciones tan hermanas e interconectadas, que
sería muy difícil la convivencia pacífica entre ambas naciones, con
regímenes de gobierno tan dispares y contradictorios, como lo son el
comunismo que se pretende implantar en Venezuela y la democracia que se
intenta consolidar en Colombia. Saque usted sus propias conclusiones
amigo lector.
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