28 mayo, 2012

Un buen mensaje

Un buen mensaje

 

Hugo Chávez
Hugo Chávez
Marcelo Garcia / AP
Lima – Perú y Chile, por muchas razones objetivas, son países que pueden señalarse como ejemplos positivos a nivel continental. Pero no especialmente por su crecimiento económico, que ha sido sostenido en ambos a lo largo de los últimos años, o por el prudente manejo de la economía que han hecho sus gobiernos, sino porque se puede afirmar que en ellos funcionan efectivamente gobiernos democrático-republicanos. Y no se trata de que se celebran elecciones periódicamente tal cual está previsto en sus constituciones, sino que en uno y otro los poderes del Estado ejercen sus funciones de manera autónoma e independiente, hay partidos de oposición que actúan como tales, que se hacen respetar y que son respetados y no son víctimas de abusos de poder, y hay libertad de prensa y la actividad periodística se ejerce sin restricciones y los ciudadanos chilenos y peruanos reciben una amplia y muy diversa información, lo que en definitiva es la garantía de todas las calidades reseñadas de las que hoy pueden jactarse estas dos naciones del Pacífico.


Ubicados en América del Sur, ni a Chile ni a Perú se les puede encasillar junto a los bolivarianos Venezuela, Bolivia y Ecuador, donde el Poder Judicial ha perdido independencia y prácticamente está sometido al Ejecutivo y la falta de libertad de prensa y la persecución de los periodistas y los medios es la característica más relevante que define a los Chávez, los Correa y los Morales. Más o menos lo mismo que pasa en la Argentina de Cristina Kirchner, donde la presión contra la prensa y los jueces independientes es tarea prioritaria de la Casa Rosada. Perú y Chile están en el mismo casillero que Brasil y Colombia. Cuatro países que, dicho sea al paso, no gratuitamente muestran un desarrollo económico mucho mayor que los otros cuatro citados que son manejados autoritariamente.
Parecería que todo los une a chilenos y peruanos. Sin embargo, una cuestión de límites, sobre la que se espera un dictamen de la Corte de La Haya para fines de este año, pone disonancias en sus relaciones y es motivo de roces y resquemores, que afectan la unidad de estos países. Una unidad que resulta tan necesaria, sobre todo porque ellos están en el frente que defiende la libertad y la democracia. Sería una pena.
Así lo han entendido una treintena de periodistas del más alto nivel –directores, editores, columnistas– de medios de prensa de Chile y Perú, que hace unos días se reunieron en Lima para dialogar, conversar, intercambiar ideas sobre la tarea profesional, cuyo primer propósito es informar lo más imparcial y ampliamente posible a sus lectores y no alentar ningún tipo de demagogia ni sentimientos o emociones extremas que solo contribuyen a obnubilar la razón y a generar perturbaciones que a nada ayudan en las relaciones entre las dos naciones. En lo grande no hubo dudas para los periodistas chilenos y peruanos: que la verdad no sea la principal víctima.
Qué bueno. En este caso, si los mensajeros son responsables del contenido del mensaje, sería bueno que los integrantes de uno y otro gobierno por el bien de cada país, lo tomaran en cuenta y lo valoraran como una buena recomendación que a la final beneficiará a todos. Porque sabido es que cuando se opta por otros caminos se pierde mucho, nadie gana, o los que ganan nunca son los que sirven como ejemplo.

Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2012/05/27/1212257/danilo-arbilla-un-buen-mensaje.html#storylink=cpy

No hay comentarios.: