Crisis inmobiliaria en EE.UU. beneficia a Latinoamérica
El derrumbe del mercado inmobiliario en Estados Unidos ha motivado a muchos de sus habitantes a comprar propiedades en Latinoamérica.
Los precios de la vivienda en EE.UU. cayeron 4,5% en el tercer trimestre frente a un año antes, según S&P/Case-Shiller. Pero siguen escalando en la mayor parte de Latinoamérica y El Caribe.
A los compradores los animan la apreciación de dos dígitos que ya no se ve en EE.UU. y el creciente número de proyectos que apunta directamente a los estadounidenses en busca de ofertas y un menor costo de vida.
Desde 2003, la apreciación en el precio de las casas en República Dominicana ronda el 20% y podría alcanzar el 50% en el futuro cercano, según Boomerang Unlimited, una firma de asesoría en bienes raíces en California. En San José, Costa Rica, el precio promedio de una casa de unos 200 metros cuadrados cuesta US$389.900, una apreciación de 20,7%.Los precios siguen siendo bajos en comparación con los de EE.UU:, en especial para las propiedades con vistas al mar.
Como Florida en los 50
La rápida apreciación está aumentando el número de cazadores en busca de una buena oportunidad, lo que reduce el número de ofertas y obliga a los interesados a mirar más allá de los usuales destinos de vacaciones. En República Dominicana, el corredor Dean Brown de la inmobiliaria Century 21 dice que este año, 80% de sus compradores han sido estadounidenses, frente al 50% del año pasado. Softec, una firma de consultoría en bienes raíces, dice que en los últimos tres años, las inversiones en casas de veraneo en México, principalmente por parte de compradores de EE.UU. y Canadá, han subido 60%.
El apetito de los estadounidenses por las oportunidades de inversión está alimentando un auge de construcción en ciertas regiones. En Panamá, están en proceso 170 proyectos residenciales, la mayoría dirigidos a posibles compradores estadounidenses. Otros 100 están en espera, según Panama Legal, un bufete de abogados en Ciudad de Panamá. Uno de los proyectos es un resort de 607 hectáreas en Isla del Rey, cerca de la capital, desarrollado por el urbanizador estadounidense Todd Gates. Está previsto que el proyecto, que incluye condominios, villas y casas unifamiliares de entre US$275.000 y US$1,4 millones, esté terminado para 2009. "Es lo que Florida era en los años 50", dice Gates.
Algunos incluso están comprando a ojos cerrados. Shams Deitrick, un asesor financiero en California, recientemente compró una "villa con vistas al mar" de dos dormitorios y amoblada por US$375.000 en Canto del Mar, un nuevo complejo en Dominicana, Costa Rica. El proyecto está completamente vendido. "Lo único que vi fue el sitio Web", cuenta Deitrick.
El asesor actuó bajo el consejo de un amigo que le contó que el valor de sus propiedades en Costa Rica se había cuadruplicado en los últimos cuatro años. "No tiene sentido comprar en EE.UU. en estos momentos", opina.
Preston Thompson, un administrador de hospital jubilado en Florida, espera hacer dinero en República Dominicana como "renovador en serie", comprando casas, arreglándolas y vendiéndolas, dice. En julio, compró una casa de 195 metros cuadrados por US$265.000 en playa Cabarete, le hizo arreglos por US$50.000 y la puso a la venta por US$489.000.
Geoff Folsom, un empresario de California, compró un penthouse frente al mar de 420 metros cuadrados, con piscina privada, en Trumps' Ocean Resort, en Playas de Tijuana, en México. Folsom pagó US$3 millones por la propiedad, casi la mitad de lo que costaría una similar en EE.UU. Los impuestos y el mantenimiento también son más baratos y el lugar está a apenas 30 minutos en auto de San Diego, California.
Y aunque hay desventajas, pocos restaurantes y hoteles en la zona, Folsom confía en su apuesta. "La inversión vale mucho más al sur de la frontera", concluye.
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