15 diciembre, 2007

Evo Morales asegura que no dejará que la oposición 'descuartice' el Estado

  • Una multitudinaria marcha de campesinos e indígenas celebra la nueva Carta Magna
  • Los cuatro gobernadores de la mitad rica de Bolivia declaran su autonomía de facto
  • El país se polariza en dos y el Gobierno llama a la reconciliación
El presidente de Bolivia, Evo Morales, saluda a los bolivianos en La Paz (Foto: AFP)
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El presidente de Bolivia, Evo Morales, saluda a los bolivianos en La Paz (Foto: AFP)

LA PAZ.- Dos visiones de Bolivia enfrentadas midieron este sábado su capacidad de convocatoria en las calles, tras la presentación oficial de la nueva Constitución impulsada por Evo Morales.

Mientras miles de indígenas, campesinos y representantes de los sectores más empobrecidos vitoreaban ante el Palacio de Gobierno la nueva Carta Magna, cuatro gobernadores opositores de la mitad oriental del país anunciaban su desacato y lanzaban sus estatutos unilaterales de autonomía.

Desde la sede de gobierno, La Paz, el presidente Evo Morales, advirtió a la multitud que no permitirá que sectores de la oposición "quieran descuartizar al estado", y aseguró que "las Fuerzas Armadas no se van a prestar a los pedidos de división de algunas fuerzas autonomistas, que piden un golpe de Estado". El enemigo número uno de Morales, el gobernador Rubén Costas, le espetó desde Santa Cruz: "Que no se animen nunca a invadirnos, que jamás se animen a militarizarnos" y aseguró que su advertencia no era "una bravuconada".

Por su parte, Evo pidió pidió al pueblo que se constituya en "el ejército" que garantice la "revolución social" y lamentó la existencia de "grupos racistas que no aceptan el surgimiento de una forma de pensar diferente". "Esta Constitución nos debe unir a todos: blancos, morenos, porque eso es Bolivia, la diversidad económica y cultural y el estado plurinacional", proclamó, y volvió a llamar al diálogo a la oposición. El gobernador de santa Cruz coincidió con la frase del presidente pero por motivación antagónica. También él llamó a su pueblo a estar "vigilante" y a constituirse en "ejército de libertad".

Entre las disputas de unos y otros, los habitantes más pobres de la mitad andina del país llegaron en autobuses a la sede de gobierno, desde humildes comunidades campesinas, para desfilar delante del presidente y el gabinete ministerial en pleno, gritando vivas a la nueva Carta Magna, y pidiendo la unidad de la nación.

Con ellos miles, de obreros, dirigentes sindicales, cocaleros, maestros y en general todos los gremios de la sociedad, se unieron en torno a la Constitución, que por primera vez en la historia de Bolivia reconoce detalladamente los derechos de los pueblos indígenas, sus instituciones, formas tradicionales de autogobierno y organización, su cosmovisión y creencias. En cambio, la mitad oriental cálida, formada por las ricas regiones de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, dueñas de los grandes yacimientos de gas y hierro y de la industria ganadera y agropecuaria, se alió en torno al desacato de sus cuatro gobernadores opositores, al grito de autonomía de facto, y expresiones de desprecio a la Constitución.

Un artefacto explosivo detonó en el piso superior de la Corte de Justicia de Santa Cruz, sin causar víctimas ya que el edificio se hallaba vacío.

La esquizofrenia nacional se vivió en las televisiones, que dividieron sus pantallas en dos mitades, mostrando a un lado el acto histórico de la entrega de la Carta Magna al presidente, y al otro la sesión de la Asamblea Provisional Autonómica en Santa Cruz, presidida por un cuadro de la virgen patrona de la ciudad.

Un total de 128 diputados, senadores, autoridades municipales y locales de la oposición aprobaron el estatuto de autonomía de la región, que se atribuye unilateralmente competencias legislativas y administrativas, calificadas como propias del Estado e "indelegables", en la Constitución.

Entre ellas, el control de la propiedad, la administración y distribución de las tierras y el control de los hidrocarburos, mediante políticas locales. Es decir: Santa Cruz, motor de la economía nacional, quiere el dominio absoluto de sus riquezas y redefinir los aportes que envía al estado. El autor del estatuto autonómico, el abogado Juan Carlos Urenda, reconoció al elmundo.es, que el proyecto es "radical, pero no busca la separación del país". El gobernador Costas, fue más explícito: "No vamos a permitir que infames vengan a explotar nuestro medio ambiente", proclamó ante la multitud.

El vicepresidente de Bolivia dictaminó que el texto unilateral busca un "estado federado" y, en su discurso ante la multitud que aclamaba la nueva Carta Magna, advirtió que "no pasarán quienes amenacen la unidad de la patria" puesto que "millones de bolivianos se opondrán".

Desde el Gobierno se hace un llamamiento a la calma

Todos los discursos desde la sede del Gobierno pidieron la reconciliación nacional, e insistieron en que la constitución "incluye a todos y nunca ha pretendido dividir al país".

La constitución aún debe pasar a referéndum pero el Congreso, encargado de convocarlo, es un obstáculo para el Gobierno, puesto que el Senado está en manos de la oposición, que ha anunciado una férrea lucha política.

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