Manifestaciones de Daniel Ortega despiertan repudio de Colombia

Oleadas de repudio han ocasionado en Colombia declaraciones del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien se ha referido al grupo narco terrorista Fuerzas Armadas de Colombia, FARC, como mis ''hermanos de las FARC'' y ha llamado a los miembros de su ejército a estar preparados para una posible acción bélica colombiana que, desde Bogotá, el presidente Alvaro Uribe ha descartado de plano.

El gobierno de Bogotá envió anoche una nota oficial de protesta a la cancillería de Managua en la que ''repudia'' las expresiones del mandatario nicaragüense por considerarlas ''desobligantes'' (despectivas) hacia Colombia y exige al Ejecutivo nicaragüense clarificar sus declaraciones.

Ortega sufrió el jueves pasado un revés jurídico con un fallo intermedio de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que rechazó parcialmente pero de manera definitiva aspiraciones de Nicaragua sobre la totalidad del archipiélago caribeño colombiano de San Andrés y Providencia.

La Corte encontró que las islas principales de San Andrés, Providencia y Santa Catalina son propiedad indiscutible de Colombia mientras que otra parte del archipiélago, compuesto por cayos, bajos, islotes y mar circundante es susceptible de revisión a pesar de que fueron obtenidos mediante un acuerdo diplomático formal hecho con Estados Unidos.

Las agresiones verbales de Ortega contra Colombia por el asunto de límites que en todo caso dirimirá la Corte de la Haya, a menos que ambos países lleguen a un acuerdo amigable, se incrementaron ayer con elogios a las FARC, organización criminal por la que Colombia profesa el mayor de los repudios.

Ortega se dirigió públicamente al líder histórico de las FARC, alias Manuel Marulanda o Tirofijo, como querido hermano y comandante de la revolución colombiana de la FARC para invitarlo a liberar a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y a otros secuestrados en poder del grupo terrorista.

El trato amistoso de Ortega con las FARC viene de tiempo atrás y cuenta con una controvertida condecoración que el hoy presidente de Nicaragua le impuso a Tirofijo en 2000, durante una visita que le hizo en sus campamentos selváticos del sur de Colombia.

En noviembre de 2001, cuando perdió las elecciones frente al liberal Enrique Bolaños, Ortega declaró a El Nuevo Herald en Managua que se sentía orgulloso de haberle impuesto al líder guerrillero la medalla Carlos Fonseca, la más alta distinción que concede el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

La condecoración fue impuesta cuando las FARC se disponían a iniciar diálogos de paz con el Gobierno de Andrés Pastrana, los cuales fracasaron.

En sus nuevas manifestaciones de amistad y admiración por las FARC, organización que tiene más de tres mil secuestrados y se financia con el tráfico de cocaína y heroína, Ortega opinó que existe el riesgo de que el Gobierno colombiano la mate cuando sus verdugos eventualmente se dispongan a cambiarla de escondite: no es fácil asegurar que [Ingrid Betancourt] pueda recorrer ante un punto seguro y que no le vayan asesinar para culpar a la guerrilla, porque desgraciadamente a esos extremos llega esa confrontación en Colombia.

En concordancia son su colega de Venezuela, Hugo Chávez, quien también ha abundado en declaraciones de amistad y admiración hacia las FARC y de repudio al gobierno de Colombia, Ortega hizo nuevas manifestaciones contra Uribe:

El presidente de Colombia, por presiones, las presiones ya sabemos de quien [supuestamente de Estados Unidos] rompió la iniciativa que venía desarrollando con el presidente de Venezuela, a la cual ya se había sumado el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy.

En efecto, recientemente Uribe le quitó a Chávez la condición de mediador que le había concedido para tratar con las FARC, gracias a lo cual se obtuvieron pruebas de vida de algunos secuestrados, entre ella Betancourt.

La decisión de Uribe desató la ira de Chávez, quien congeló sus relaciones con Uribe pero no con Colombia, retiró a su embajador en Bogotá y anunció efectos sobre las relaciones comerciales de ambos países, vitales para Colombia por ser las más importantes después de las que sostiene con Estados Unidos.