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La moneda venezolana pierde tres ceros, con lo que mil bolívares, 1000 Bs., serán un Bolívar Fuerte (BsF).
"Un Bolívar fuerte, una economía fuerte, un país fuerte", repite desde hace ya varios meses la campaña con la que el Banco Central de Venezuela (BCV) promociona la reconversión monetaria.
El gobierno venezolano quiere aprovechar la solidez que considera tiene la economía tras cuatro años de crecimiento sostenido a un promedio del 10% anual de acuerdo con las cifras del BCV, impulsado por los altos precios del petróleo.
En marzo de 2007 el presidente Hugo Chávez ordeno la reconversión a través de un decreto-ley para "adecuar" el signo monetario venezolano a la nueva fortaleza de la economía venezolana.
"Estamos cerrando un ciclo de inestabilidad de precios y acortando un cono monetario con altas denominaciones en Venezuela, que es el único país de Sudamérica que tiene billetes y monedas de tan alta denominación", se afirmaba en una nota de prensa emitida el viernes desde el despacho del ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas.
Para Cabezas, un beneficio adicional radica en la simplificación de la contabilidad y que Venezuela elimine la actual alta denominación de sus billetes, considerados los más altos de entre el grupo de sus principales socios regionales.
¿Qué tan fuerte?
Otros consideran que la reconversión es una medida efectista e innecesaria, y que el naciente Bolívar fuerte corre el riego de debilitarse rápidamente.
"Mi impresión es que el gobierno está tratando de vender una ilusión de armonía", le aseguró a BBC Mundo el economista José Manuel Puente, del Instituto de Estudios Superiores de Administración de Caracas.
"Van a eliminar tres ceros de la moneda y así vender la ilusión de que hemos vuelto al bolívar fuerte del pasado (...) pero en mi opinión es solamente un cambio cosmético y no hay ningún cambio en la política económica ni en la fortaleza de la moneda".
Hasta 1983 el Bolívar, entonces considerada una moneda fuerte y también sobrevaluada, se cotizaba frente al dólar estadounidense a 4.30 Bs. por cada US$1.
Veinticinco años después el cambio oficial está en 2.150 Bs por cada US$1, el triple si se considera el llamado cambio paralelo.
Aunque el cambio pasará a ser 2,15 BsF. por cada US$1, la capacidad adquisitiva de la nueva moneda es muy inferior.
Enemigo del Bolívar
La devaluación de bolívar en ese tiempo ha sido muy fuerte y su capacidad adquisitiva ha caído sustancialmente al combinarse con una inflación acumulada desde 1983 del 800%, según cifras del BCV.
"Las devaluaciones, junto con altas y persistentes inflaciones, son los peores enemigos que tiene una nueva moneda porque se comen la fortaleza de esa moneda", explica Puente.
El economista considera que de mantenerse la inflación registrada en los últimos dos años (17% en 2006, y superior al 20% en 2007, según estimaciones no oficiales) la nueva moneda vería reducido su valor a la mitad en cuestión de 4 años.
Domingo Maza Zavala, quien hasta este año se desempeñó como director del BCV, le aseguró a BBC Mundo que la medida puede terminar convirtiéndose en una decepción para la población.
"Se justificaría (la reconversión) si hubiera una lucha a fondo contra la inflación. Pero si no se acompaña esta medida puramente técnica con un conjunto de políticas y medidas para batir realmente la inflación de nada valdrá; será más que todo una decepción", afirmó Maza.
Aunque se estima que el índice de precios de 2007 cerró hasta seis puntos por encima de la estimación oficial, el gobierno venezolano asegura que está dedicado a combatir la inflación, al tiempo que acusa al sector comercial de inflar precios en ocasiones con supuestos objetivos desestabilizadores.
Maza Zavala considera que debieron adoptarse medidas de política económica como la racionalización del gasto público o la mejora de la circulación monetaria y del control de cambios vigente desde el 2002.
Adaptación
En los últimos días el BCV, con apoyo de la Fuerza Armada Nacional, ha estado distribuyendo la nueva familia de monedas a los bancos, que a su vez adaptan sus sistemas al BsF.
Además, desde el primer día del año todos los comercios y negocios deberán empezar a cotizar sus productos y servicios en la nueva denominación.
Los próximos seis meses convivirán los nuevos y los viejos billetes. En ese tiempo los productos se cotizarán en BsF pero podrán ser pagados con cualquier combinación de nuevas y viejas monedas.
Desde octubre los precios vienen mostrándose en los actuales bolívares y sus equivalentes "fuertes". En cambio los cheques personales deberán ser escritos en BsF, o de lo contrario "rebotarán".
Los responsables de la reconversión monetaria reconocen que es "un proceso complejo".
"Puede ser que haya algunos inconvenientes la primera semana, pero se irán subsanando. (...) Tengo la sensación de que será relativamente fácil", expresó el director del BCV, Armando León, en una reciente entrevista con el diario caraqueño El Universal.
Pero León dijo tener la "impresión" de que "rápidamente la población comenzará a utilizar los billetes nuevos y no habrá muchos problemas".
Redondeo
Más allá de las explicaciones técnicas y las consideraciones políticas, las expectativas de la población parecen estar el llamado efecto de redondeo.
Con el nuevo fraccionamiento de la moneda algunos precios deberán aumentar o disminuir. La regla la marca la matemática tradicional: si la cifra es menor a 0,5 se reduce hacia abajo; se aumenta al entero superior.
En visitas a varios centros comerciales de Caracas, BBC Mundo ha podido palpar entre los clientes un cierto desconocimiento del proceso de reconversión y sobre todo el temor de que se sienta un aumento de precios.
Esos temores los secunda el economista Maza Zavala quien afirmó a BBC Mundo que "ya de una vez en perspectiva de la reconversión monetaria los precios han aumentado, previendo el redondeo".
En teoría los precios no deberían variar al re-expresarse en BsF. Sin embargo hay experiencias en otros países que hacen temer del efecto inflacionario, como lo ocurrido con la introducción del euro en la Unión Europea.
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