01 enero, 2008

Cuba despide el 2007 sin Castro

AL GRITO de "Libertad para los presos políticos'' las Damas de Blanco recorrieron calles de La Habana el 10 de diciembre, al commemorarse el Día Internacional de los Derechos Humanos.
SVEN CREUTZMANN / Getty Images
AL GRITO de "Libertad para los presos políticos'' las Damas de Blanco recorrieron calles de La Habana el 10 de diciembre, al commemorarse el Día Internacional de los Derechos Humanos.

Por primera vez desde el triunfo revolucionario de 1959, los cubanos han vivido un año entero sin ver a Fidel Castro en la escena pública.

El 2007 quedó para la historia como un período de moratoria a la presencia de Castro en plazas, tribunas y reuniones gubernamentales, así como a sus comparecencias en vivo en la televisión. También como el año en que el octogenario gobernante decidió asumir un nuevo rol de consejero de los destinos nacionales e internacionales a través de sus ''reflexiones'', una suerte de artículos periodísticos con reverberaciones autoritarias que suman ya 64 desde el pasado 29 de marzo.

En el año que se fue, los cubanos sólo vieron a Castro en cuatro videos grabados, el último del 13 de octubre y ninguno con más de 55 minutos. Sus restantes ''pruebas de vida'' se restringieron a fotos con delegaciones de China y Vietnam, un trío de conversaciones telefónicas con el presidente venezolano Hugo Chávez y un manojo de artículos y cartas cargados de predicciones sobre el futuro de la humanidad.

La otrora omnipresencia de Castro se ha transformado así en una sombra del poder. Su alejamiento del mando por 17 meses continuó generando expectativas de cambio dentro y fuera de la isla. Sin embargo, la sesión final de la sexta legislatura parlamentaria, el pasado viernes 28, no arrojó conclusiones muy alentadoras sobre las transformaciones urgentes que demanda el país.

Al hablar ante el parlamento, el gobernante interino Raúl Castro no anunció ninguna medida concreta de liberalización económica o apertura social, y se limitó a pronunciar una consigna largamente repetida en cuatro décadas de socialismo: ``¡Y a trabajar duro!''.

Más bien, las palabras de Raúl Castro dilataron el compás de espera hasta el séptimo período de la Legislatura, que se conformará después de las elecciones del próximo 20 de enero. Fidel Castro, a pesar de su enfermedad y prolongada ausencia, aparece entre los 614 candidatos al Parlamento y podría ser designado otra vez como presidente del Consejo de Estado.

La prensa oficial reflejó inusuales críticas a la gestión gubernamental, incluyendo dos sectores considerados bastiones del sistema cubano: la salud y la educación.

El propio Raúl Castro había descrito un panorama agrícola en crisis durante su anterior intervención en el Parlamento, a mediados de año, y el discurso que pronunció el pasado 26 de julio en Camagüey.

Más de un millón 300 mil planteamientos sobre la situación nacional fueron recogidos entre septiembre y octubre en unas 215 mil asambleas con los trabajadores y la población. El gobernante sustituto calificó las críticas de ''necesarias y útiles'', pero a renglón seguido aclaró que ''no todas las propuestas y sugerencias podrán aplicarse íntegramente'' pues ``en no pocos casos se contraponen, y algunas opiniones reflejan falta de información, muy especialmente en la esfera económica''.

Las medidas de urgencia siguen esperando por el ``momento adecuado''.

El arsenal de ''reformas'' promovidas por Raúl Castro durante el 2007 se redujo a autorizar la entrada al país de reproductores de DVD y otros equipos electrodomésticos, implementar reglamentos para reforzar la disciplina laboral y castigar a funcionarios corruptos, permitir la operación de aviones privados para empresas extranjeras, facilitar los pagos en moneda convertible a los nacionales empleados por firmas foráneas, y aumentar los días feriados por Navidad y Año Nuevo.

Las cifras oficiales indican que la economía cubana creció un 7.5 por ciento, por debajo de la proyección inicial del 10 por ciento, debido, según las fuentes gubernamentales, a las condiciones climáticas que afectaron la construcción y la agricultura a finales del año.

También aseguran que creció el empleo estatal y disminuyó el desempleo al 1.8 por ciento, al tiempo que el salario medio llegó a 408 pesos y se estimuló a más de 820 mil trabajadores con unos 118 millones de pesos convertibles ($140 millones)

Los vínculos con Venezuela se reforzaron con la firma de una treintena de acuerdos de cooperación y unos 350 proyectos en agricultura, finanzas, transporte, telecomunicaciones minería y exploraciones petroleras. A Cuba continuaron llegando diariamente unos 92,000 barriles de petróleo venezolano para apuntalar la generación electroenergética. La producción de crudo nacional, por su parte, fue de 2.9 millones de toneladas (unos 57,000 barriles diarios) y 1.2 millones de metros cúbicos de gas natural.

La reapertura de una refinería petrolera en Cienfuegos para procesar crudos venezolanos parece consolidar la capacidad energética de la isla, donde las autoridades se ufanan en declarar el fin de los angustiosos cortes del servicio eléctrico a la población.

No obstante, otras estadísticas resultan menos estimulantes. El turismo sufrió una caída del 3.6 porciento y obligó a una inversión de $185 millones para detener el declive en este sector en el curso del año. La zafra azucarera 2006-2007 experimentó su producción más raquítica desde comienzos del siglo pasado, con apenas un millón de toneladas y el gobierno reconoció que la venidera del 2007-2008 será una ''zafra chica'', hasta ahora sólo con 14 centrales en marcha.

La cosecha de papas cayó a niveles paupérrimos, mientras que la producción cafetalera de las provincias orientales se desplomó al paso de las tormentas e inundaciones que afectaron la zona entre octubre y noviembre, y que dejó pérdidas por más de $500 millones. El plan de viviendas no pudo cumplirse y los activos de la deuda externa de Cuba se dispararon hasta los $1,000 millones.

Por primera vez en 25 años, la población cubana tuvo un decrecimiento --del 0.2 por ciento.

El flujo migratorio desde la isla hacia las costas de Estados Unidos y Centroamérica escaló hasta sus niveles más altos. La cifra de interceptaciones en altamar, según el reporte del Servicio Guardacostas, fue de 3,197, la mayor desde la crisis de los balseros de 1994. Un total de 3,437 cubanos lograron llegar a territorio estadounidense por vía marítima durante el período fiscal que concluyó en septiembre, mientras 13,000 cruzaron la frontera mexicana con el mismo propósito.

Desde octubre del 2005 a septiembre del 2007 unos 77,000 inmigrantes cubanos se han instalado en Estados Unidos.

La disidencia interna tuvo un año de reactivación, no sólo por la actividad de grupos políticos y movimientos cívicos organizados, sino por las manifestaciones informales de jóvenes en plena calle.

Las Damas de Blanco volvieron a protagonizar acciones de repercusión internacional con protestas en la vía pública y una manifestación ante la sede del Parlamento, esta última en vísperas del Día Mundial de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre. La fecha también motivó a manifestarse pacíficamente por las calles de La Habana a un pequeño grupo de disidentes, que fueron violentamente agredidos por turbas gubernamentales.

En abril, representantes de diversas tendencias en la oposición suscribieron el documento Unidos por la libertad, que proclama la búsqueda de metas comunes para lograr la democratización del país.

A finales de octubre unos 60 jóvenes fueron detenidos cuando decidieron caminar por la zona de Centro Habana portando manillas con la palabra ``Cambio''.

Un movimiento de jóvenes opositores presentó en noviembre una iniciativa para reclamar autonomía universitaria, con el aval de unas 5,000 firmas recogidas en todo el país.

El 4 de diciembre, un grupo de disidentes caminó por las calles de Santiago de Cuba y llegó a orar por los presos en la iglesia de Santa Teresita de Jesús, donde la irrupción de fuerzas policiales provocó un incidente violento.

Ese mismo mes, el líder del Movimiento Cristiano Liberación. Oswaldo Payá Sardiñas, entregó dos propuestas de ley al Parlamento pidiendo amnistía para los presos políticos y libertad de movimiento para los cubanos, ambas desoídas por el oficialismo.

Pero a la vez el 2007 fue un año decisivo en la estrategia de Cuba por subsanar su imagen internacional en el tema de derechos humanos. En abril, el canciller español Miguel Angel Moratinos cumplimentó una polémica visita a La Habana, la cual excluyó contactos con la oposición.

En octubre llegó a la isla Jean Ziegler, representante especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, invitado por las autoridades cubanas. El 10 de diciembre, el canciller Felipe Pérez Roque anunció inesperadamente que Cuba suscribirá en el 2008 sendos pactos internacionales de derechos humanos que había rechazado firmar hasta ahora.

Este año, bajo el mandato provisional de Raúl Castro, dos juicios contra reclutas que se insubordinaron y causaron la muerte de militares cubanos no produjeron sentencias de pena de muerte, extendiendo la tácita moratoria existente desde abril del 2003. Uno de los incidentes resultó en un frustado intento de secuestro de un avión de pasajeros para viajar a Estados Unidos.

El régimen cubano liberó a los reconocidos disidentes René Gómez Manzano, Jorge Luis García Pérez (Antúnez) y Francisco Chaviano, y permitió viajar a España, por razones humanitarias, a Héctor Palacios, prisionero de la Causa de los 75.

Gómez Manzano recibió el Premio Internacional de Derechos Humanos Ludovic Trarieux 2007, pero las autoridades le impidieron viajar a Bélgica para recibirlo. El doctor Oscar Elías Biscet, que cumple una condena de 25 años en una cárcel cuba-na, fue condecorado con la Medalla de la Libertad por el presidente George W. Bush.

El presidente estadounidense pronunció el 24 octubre un discurso contra el régimen cubano, aseverando que Washington no aceptará una sucesión de poderes en la isla a cambio de estabilidad política.

Otra vez Cuba alcanzó una rotunda victoria en la Asamblea General de Naciones Unidas, que votó 184-4 a favor de levantar el embargo estadounidense.

Pasó un año más sin que el Congreso estadounidense --ahora con mayoría demócrata-- liberalizara las restricciones de viajes y remesas familiares a Cuba.

En mayo, una jueza federal desestimó los cargos que pesaban contra el militante anticastrista Luis Posada Carriles, de 79 años, en una inesperada y contundente victoria legal para los defensores de su causa. Posada está libre en Miami, aunque aguarda por la apelación del caso y está sujeto a una orden final de deportación.

Raúl Rivero ganó el Premio Periodístico Ortega y Gasset en España, y el profesor Carmelo Mesa Lago obtuvo el prestigioso premio anual de la Organización Internacional del Trabajo.

Monseñor Pedro Meurice Estiú, arzobispo primado de la Iglesia Católica cubana, se retiró tras 52 años de sacerdocio.

Fue también un año marcado por las deserciones de conocidos artistas y figuras del deporte. Los campeones olímpicos de boxeo Odlanier Solís, Yan Bartelemí y Yuriorquis Gamboa escaparon en Venezuela; los futbolistas Osvaldo Alonso y Léster Moré lo hicieron durante la Copa de Oro de la CONCAF en Estados Unidos; el balonmanista Rafael Dacosta en Brasil y el pelotero Alexei Ramírez se fue a República Dominicana para luego firmar un jugoso contrato con los Medias Blancas de Chicago.

Los boxeadores Erislandy Lara y Guillermo Rigondeaux fueron retornados a Cuba en un polémico caso, tras haber abandonado la selección nacional durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro.

En enero, el popular sonero Issac Delgado decidió proseguir su carrera en Estados Unidos. Fue apenas el preludio de la oleada de fugas artísticas que se desató a fines de año.

Tres músicos del grupo Los Galanes decidieron refugiarse en Brasil, diez integrantes del Circo Nacional de Cuba se desmarcaron de la delegación en México y aparecieron en Estados Unidos, y el grupo Los Tres de La Habana cruzó la frontera mexicana. En Canadá, tres primeros bailarines le dijeron adiós al Ballet Nacional de Cuba y se presentaron ante las autoridades migratorias en Buffalo, la misma ruta que una semana antes trajo al presentador televisivo Carlos Otero y a su familia a Miami.

En Cuba fallecieron dos veteranos pilares de la revolución castrista: Vilma Espín, la mujer que ostentó el máximo poder político en la Cuba reciente, y el general Sergio del Valle. Además, el disidente Miguel Valdés Tamayo, prisionero de la Causa de los 75; la bailarina Josefina Méndez, el veterano periodista católico Juan Emilio Fríguls, el actor Enrique Almirante y la cantante Soledad Delgado.

En el exilio, murieron Emilio ''Millo'' Ochoa, el último sobreviviente de los firmantes de la Constitución de 1940; Mario Chanes de Armas, el prisionero político que cumplió la mayor condena en la era moderna; el periodista Agustín Tamargo, los escritores Carlos Victoria y Ramón Ferreira, la vedette Blanquita Amaro y los músicos Pedro Knight, Generoso Jiménez y Carlos ''Patato'' Valdés.

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