Tras un 2007 fatal, las acciones japonesas podrían ser la gran ganga del próximo año
TOKIO—Los inversionistas en acciones japonesas sufrieron uno de sus peores años desde 2002. Pero existe la esperanza de que el próximo año les vaya mejor.
Los precios históricamente bajos de muchos títulos bursátiles podrían compensar las preocupaciones por la fortaleza del yen y por el débil gobierno corporativo en la segunda mayor economía del mundo.
El Índice Nikkei de las 225 mayores compañías japonesas cayó 11,1% en 2007, a 15.307 puntos (el viernes fue el último día hábil de la bolsa japonesa). Es la primera vez en cinco años que el índice termina en rojo. El índice Topix, que muchos estrategas usan debido a que tiene una mayor profundidad que el Nikkei, tuvo un desempeño aún peor, cayendo 12,2% este año, a 1.475 puntos. Ambos índices tuvieron un rendimiento mucho peor que el resto de los mercados asiáticos, muchos de los cuales registraron ganancias de dos dígitos en 2007.
Aunque en 2008 el Nikkei se recupere, tendrá mucho camino que recorrer para alcanzar sus glorias pasadas. El índice está 60,7% por debajo de su cierre récord, que alcanzó el 29 de diciembre de 1989.
La caída de 2007 se debe en parte a la apreciación del yen, lo que erosiona el valor de las ganancias que las empresas japonesas obtienen en los mercados extranjeros. El año también estuvo marcado por una serie de medidas de las empresas y decisiones judiciales que sugieren que Japón aún no está preparado para contar con un capitalismo de accionistas activos, como el que se practica en Estados Unidos o el Reino Unido.
Sin embargo, el desplome de los valores bursátiles hace que los títulos japoneses sean baratos en comparación a los de otros países. Las grandes compañías establecidas, como el fabricante de automóviles Honda Motor o el fabricante de cámaras y fotocopiadoras Canon, están cotizando a su nivel más bajo del año, a pesar de que se espera que estas empresas registren ganancias récord. Los estrategas dicen que esta situación va a atraer a inversionistas en busca de valor de largo plazo, muchos de los cuales han sido reacios a invertir en el mercado bursátil japonés.
"Todo el mundo está subexpuesto a Japón", dice Shoji Hirakawa, un estratega en la oficina de Tokio del banco suizo UBS, refiriéndose al hecho de que los inversionistas globales tienen menos acciones japonesas en sus portafolios que el peso bursátil que Japón tiene en los mercados mundiales. Hirakawa dice que los inversionistas extranjeros probablemente rondarán las bolsas japonesas durante 2008 en busca de gangas bursátiles.
Por ejemplo, UBS recomendó hace poco que los inversionistas eleven su exposición a Japón a la misma proporción que ese país tiene en el resto de la economía global. Hirakawa pronostica que el índice Topix alcanzará los 1.900 puntos hacia mediados de 2008, un crecimiento de 29%.
Algunos inversionistas extranjeros ya han tomado nota de la situación. La Autoridad de Inversión de Qatar, un fondo soberano que gestiona US$60.000 millones, quiere comprar acciones japonesas para su portafolio. Y lo mismo sucede con el fondo soberano China Investment Corp., que maneja activos por US$200.000 millones.
Detrás de este optimismo está el hecho de que las acciones japonesas están baratas según una serie de indicadores. El Topix se cotiza a una relación precio-ganancia de 16 veces. Eso es más bajo que el promedio global de 16,7 veces y muy por debajo del promedio de 20 veces de los demás mercados asiáticos.
Japón es aún más barato si se mira desde la perspectiva de la relación precio-valor libro. Este indicador compara el valor de una compañía al valor de sus activos. En promedio, las acciones japonesas se transan a una relación de precio-valor libro de 1,5 veces, frente al promedio global de 2,4 veces. Hirakawa calcula que cerca de 40% de las empresas en el índice Topix cotizan a una relación de precio-valor libro inferior a 1. Esto significa que el valor bursátil de esas compañías es menos que el valor de sus activos.
Ciertamente, no está claro cuán rápido reconocerán los inversionistas extranjeros lo relativamente barato que está Japón, si es que lo hacen. Peter Tasker, un estratega en la oficina de Tokio de Dresdner Kleinwort, afirma que las empresas japonesas están en su nivel más barato en 25 años medido según sus ganancias. Pero en un informe reciente concedió que "podría pasar tiempo antes de que las bajas valoraciones traigan capital".
Los críticos dicen que las empresas japonesas son un riesgo, ya que el yen todavía no se ha estabilizado frente al dólar. Aseguran que la moneda japonesa podría apreciarse aún más si la economía estadounidense se debilita y si la Reserva Federal sigue recortando las tasas de interés. Este escenario perjudicaría la competitividad de los exportadores japoneses al hacer que sus productos fueran más caros en los mercados extranjeros.
Otra cosa que podría afectar el precio de las acciones es la salud de la economía japonesa, que todavía sigue empantanada en un crecimiento lento. Un sondeo del banco central japonés publicado a principios de diciembre muestra que la confianza empresarial ha descendido a su nivel más bajo en dos años. Además del yen, los altos precios del petróleo y de las materias primas han contribuido a generar este clima pesimista.
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