28 febrero, 2008

Dinero
Enrique Galván Ochoa

La gallina de los huevos de oro (negro)
Saqueo en Pemex


Cualquier estudiante de la carrera de administración de negocios ­de la UNAM, o el Tec de Monterrey o el ITAM­, mediante una lectura atenta del reporte que ayer presentó Pemex, se daría cuenta de que su problema no es de finanzas sino de corrupción. Aunque bajó su producción porque Cantarell está en decadencia, sus ingresos alcanzaron un máximo histórico: un millón de millones 135 mil millones de pesos, debido, principalmente, a mayores precios de exportación de crudo. En el nuevo esquema del IETU, debería haber pagado impuestos ­después de aplicar sus gastos deducibles­ quizá por 300 mil millones y la diferencia sería su utilidad, que podría reinvertir para dejar de importar gasolina. (Con el viejo ISR y un esquema fiscal agresivo con suerte ni paga nada). Pero el gobierno le aplicó gravámenes por 676 mil 278 millones, es decir, confiscó alrededor de la mitad de sus ingresos. Resultado final: otro año de pérdidas: 16 mil 127 millones de pesos en rojo. ¿Y dónde está el dinero que ha generado la petrolera nacional (en vías de ser convertida en trasnacional privada) todos estos años en que el panismo se ha visto favorecido por el alto precio del petróleo? Es la vitamina que alimenta la vitalidad de la corrupción.
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En reunión de consejo del ASPAN apremian a desarrollar los recursos energéticos

Empresarios de EU y Canadá piden informe sobre la operación de Pemex
Se mostraron “realmente muy interesados” en el plan nacional de infraestructura

Los Cabos, BCS, 27 de febrero. Empresarios de Estados Unidos, México y Canadá recomendaron “acelerar” el desarrollo de los recursos energéticos de México.

Para ello, establecen como límite “reconocer, en toda ocasión, el papel exclusivo y soberano de México para llevar a cabo iniciativas que incrementen su competitividad en este sector estratégico”.

Lo anterior, en el marco de las prioridades del Consejo de Competitividad de América del Norte (NACC, por sus siglas en inglés), entregadas ­desde agosto pasado­ a funcionarios de los tres países involucrados en la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN), cuya cuarta reunión ministerial se realizó aquí este miércoles.

Entre las “recomendaciones” del NACC ­para 2007, 2008 y 2010­ se encuentra un apartado de “Reformas estructurales en México”. Así, para el año que transcurre, el objetivo es proporcionar “un análisis estratégico que ilustre la situación operativa de Petróleos Mexicanos (Pemex), así como los rezagos financieros”.

Además, “liberar el comercio, almacenamiento y distribución para productos refinados”.

Los empresarios estadunidenses se mostraron ayer “realmente muy interesados” en el plan nacional de infraestructura ­anunciado recientemente por el presidente Felipe Calderón­, especialmente en 36 proyectos, los cuales serán presentados en el marco del encuentro trilateral ASPAN.

Ello ­comentó el secretario de Economía mexicano, Eduardo Sojo­ detonará alianzas específicas en energía, carreteras y medio ambiente.

Para 2008, los empresarios recomiendan ampliar el Grupo de Trabajo de Energía de América del Norte para que integre a un grupo de expertos dedicados a supervisar y mantener el intercambio de comunicación y los mecanismos de cooperación entre los países y sus agencias.

Del lado mexicano participan en el NACC los dirigentes de los principales organismos del sector privado, como el Consejo Coordinador Empresarial y el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, entre otros.

Por parte de Estados Unidos emitieron recomendaciones los directivos de Ford Motor Company, General Motors, Merck and Co, Mital Steel, Protectar and Gamble, UPS, Wal-Mart Stores y Whirlpool, entre otras.

Durante la reunión ministerial de la ASPAN, representantes empresariales manifestaron también su preocupación de que no exista aún consenso entre México y Estados Unidos para liberar la carga aérea.

Los integrantes del NACC mantienen tres áreas de acción relativas a facilitación de cruces fronterizos, cooperación y estándares regulatorios, así como integración estratégica. Sin embargo, lamentan el incremento de costos y atrasos en las fronteras.

Desde agosto pasado, los empresarios lamentaban los señalamientos de México de “no estar en condiciones de seguir adelante con la recomendación propuesta (por el NACC) en relación con un acuerdo de liberalización de regulaciones de carga aérea con Estados Unidos”.

De igual forma, los empresarios hacen énfasis en la necesidad de avanzar en medidas contra la piratería. En la reunión de este miércoles, los representantes de las compañías continuaron insistiendo en que se requiere de acciones urgentes: necesitamos fronteras seguras y transparentes dentro de la región; contar con regulaciones que proporcionen seguridad y sean a la vez sencillas y fáciles de aplicar.

No se renegociará el TLCAN

En ese contexto, el secretario de Economía, Eduardo Sojo, declaró que sus contrapartes en Estados Unidos y Canadá no buscan renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) porque ­aseveró­ “estamos convencidos de sus beneficios y lo que se requiere es más integración, ver a futuro y no regresar al pasado”.

Respecto a las protestas de organizaciones campesinas que exigen, precisamente, una renegociación del capítulo agropecuario del TCLAN, Sojo señaló que en el caso del azúcar tampoco se pretende una renegociación sino “dirimir las diferencias” en el marco del consejo bilateral para este producto.

Por ello, reiteró la propuesta del gobierno federal hacia los grupos de productores ­que encabezaron una megamarcha el pasado 31 de enero­ será analizar “cómo mejorar la competitividad”

En el caso de México ­señaló­ su economía ha crecido 51 por ciento; en el lapso 1993-2007 se han generado 5 millones de empleos y las exportaciones se han multiplicados por cinco.

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México SA
Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx • cfv@prodigy.net.mx

El saqueo de Pemex
El cambio y la continuidad le ordeñaron 3.3 billones de pesos

Cada año que pasa la ordeña del gobierno federal es mayor y, obvio es, peor su efecto en la salud financiera de Petróleos Mexicanos. La Secretaría de Hacienda llega y arrasa: se lleva absolutamente todo el rendimiento de la paraestatal, y lo que no tiene también.

Al cierre de 2007, por ejemplo, los rendimientos petroleros antes de impuestos ­la ganancia, pues­ sumaron 660 mil 152 millones de pesos. Pero llegó la depredadora Secretaría de Hacienda y se lo llevó todo, más 16 mil 127 millones que la paraestatal sin más remedio obtuvo por medio de endeudamiento, según las cifras definitivas de la propia empresa, difundidas ayer en el informe oficial correspondiente a dicho año.

El saqueo es indiscutible, pero a pesar de lo anterior Pemex asegura que tuvo pérdidas por 16 mil 127 millones de pesos en el ejercicio (2007) que “se explican principalmente por mayores compras de productos de importación”, y no como resultado de la rapiña del gobierno federal.

A lo largo de la última década (1998-2007), el gobierno federal y su cobradora, la Secretaría de Hacienda, ordeñaron absolutamente hasta el último centavo obtenido por rendimientos petroleros (alrededor de 3.7 billones de pesos en el periodo), más una “sobre cuota”, por darle nombre, no menor a 100 mil millones (que Pemex cubrió con endeudamiento), hasta totalizar poco más de 3.8 billones de pesos.

En esa década, los rendimientos petroleros oficialmente reconocidos como tales se multiplicaron casi por cinco tantos, al pasar de 140 mil millones en 1998 (el peor de los años en lo que se refiere a precio de la mezcla mexicana de exportación) a poco más de 660 mil millones en 2007, y todo se lo llevó la Secretaría de Hacienda, sin dejar así fuera un tanquecito de oxígeno para las finanzas de la paraestatal.

En diez años se obtuvieron 3.7 billones de pesos en rendimientos petroleros, de los que poco más de 80 por ciento (3.1 billones) se registraron en el sexenio foxista y en el primer año del calderonista, una mancuerna que en esos siete años le ordeñó a Pemex, vía la Secretaría de Hacienda, más de 3.3 billones de pesos. La diferencia, se llama endeudamiento de la paraestatal.

Lo peor del caso es que esos 3.3 billones de pesos ordeñados por el “cambio” con “continuidad” no se reflejaron en lo que normalmente debe aplicarse el dinero de los mexicanos: empleo, bienestar social, crecimiento económico, desarrollo, pues.

Así, la tan cacareada “inversión” en Pemex (Fox y Calderón dixit) en realidad se llama endeudamiento de la paraestatal, al que recurre para satisfacer la voracidad del gobierno federal y cubrir la incapacidad de la Secretaría de Hacienda como cobradora de impuestos en otros renglones de la economía nacional, en especial los controlados y usufructuados por la siempre participativa y socialmente preocupada oligarquía.

Desde que en el salinato oficialmente se anunció la “despetrolización” de la economía mexicana, creciente ha sido, es, la petrolización de las finanzas gubernamentales, que entre las patas se ha llevado la salud financiera de Pemex.

De tiempo se escucha la advertencia sobre esta peligrosa cuan creciente dependencia. La Cepal, por ejemplo, informó que en 2006 los ingresos procedentes del petróleo mexicano se incrementaron 14.3 por ciento y representaron 38 por ciento de los ingresos públicos, “la participación más elevada desde 1987”. En ese año el precio promedio de la mezcla de petróleo nacional fue de 53.1 dólares por barril, es decir, 21.6 dólares más de lo proyectado a inicios del periodo. El presupuesto nacional para 2007 fue elaborado a partir del supuesto de que el barril de petróleo ascendería a 42.5 dólares, pero en realidad fue de 61.5 dólares, de acuerdo al reporte oficial de Pemex. Si bien la economía en conjunto no es muy dependiente del petróleo, dice el organismo especializado, “el fisco sí, por lo que, en concordancia con el objetivo de elevar la exigua carga tributaria (9.7 por ciento del PIB), (el gobierno mexicano) debería proponerse también reducir la dependencia de los ingresos públicos de los procedentes del sector petrolero”.

Lo mejor del caso es que entró en vigor el “nuevo régimen fiscal” para Pemex, el cual, de acuerdo con la versión oficial, “busca reducir la carga fiscal de la empresa y liberar recursos para inversión en exploración y explotación”, que le aportó 11 mil 158 millones de pesos, pero Hacienda se llevó todos los rendimientos más 16 mil127 millones más de pesos.

De ese tamaño es la ordeña y la “carencia de dinero” que, según esto, registra Pemex.

Entre la numeralia (cifras definitivas para 2007) divulgadas por la paraestatal sobresale el valor de las exportaciones de crudo y condensados: 44 mil 388 millones de dólares. En el año, el precio promedio ponderado de la mezcla mexicana de exportación fue de 61.6 dólares por barril.

Las ventas totales, incluyendo ingresos por servicios, aumentaron 2.9 por ciento respecto a 2006, registrando un máximo histórico de un billón 135 mil millones de pesos durante el 2007 debido, principalmente, a mayores precios de exportación del crudo.

Como citamos líneas arriba, el rendimiento antes de impuestos, derechos y aprovechamientos fue de 660 mil 152 millones de pesos (60 mil 753 millones de dólares), en comparación con 651 mil 718 millones en 2006. El monto de impuestos, derechos y aprovechamientos ascendió a 676 mil 278 millones de pesos, cantidad que representó un aumento de 11.8 por ciento en términos reales comparado con 2006.

Moraleja, versión Pemex: en 2007, la paraestatal “tuvo pérdidas por 16 mil 127 millones de pesos (mil 484 millones de dólares), variación que se explica principalmente por mayores compras de productos de importación”.

Las rebanadas del pastel

De la lectoría: “¿Te imaginas, ya privatizado Pemex, que los nuevos dueños comiencen a solicitar regímenes especiales de tributación, con la muleta de que tienen que recuperar su inversión? No vaya a ser que después tengamos que rescatarlos (un Fobaproa más) por que quebraron. Entonces, adiós ingresos petroleros” (Mario López Meza, century21mario@yahoo.com.mx)
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Astillero
Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

El derecho a resistir
¡Oh, los perredistas se pelean!

Justificar exclusiones y represión

Chucho presidente; Pemex privatizado

Los incidentes entre perredistas están siendo usados con especial ahínco mediático para tratar de inhibir la capacidad de protesta social contra una administración calderónica surgida de un fraude electoral, una izquierda legislativa y partidista explícitamente utilizada para tareas divisorias y colaboracionistas, y un proyecto largamente anunciado (aunque haya águilas caídas a quienes conviene no verlo) de privatización parcial de Pemex.

Los espacios periodísticos que normalmente dan cabida acotada y marginal a la voz de Andrés Manuel López Obrador y su equipo (lo hacen a cuentagotas, como excepción y en respuesta a peticiones del propio ex candidato presidencial, más bien como truco barato para convertir esas singularidades en presunta prueba de pluralidad y apertura) ahora se muestran significativamente generosos con legisladores federales abucheados y acosados el domingo pasado, a los que dan micrófonos y papel en abundancia, al igual que a personajes declarativos Chuchos que proclaman las bondades del izquierdismo bien portado.

La tesis que se busca instalar es clara: hay perredistas buenos, que respetan a las instituciones y deben ser premiados (el senador Navarrete pone el caso de la marcha atrás a los cateos sin orden judicial como prueba de que sí funcionan la democracia y la vida congresal) y, en distinto campo, otros perredistas, lopezobradoristas y ciudadanos malos que, por tanto, deben ser castigados o, cuando menos, acallados. La pauta publicitaria pagada tiene como clave el concepto del odio. Esa criminalización de la protesta social busca contener, por la vía del apabullamiento mediático, las anunciadas acciones de oposición cívica a la privatización de Pemex. Además, al descalificar preventivamente esas protestas, se lubrica el recurso de la represión que, en dado caso, será adjudicada a los mismos villanos fabricados previamente en los medios oficialistas y con el apoyo invaluable del perredismo colaboracionista que recorrió redacciones, cabinas y estudios para asentar coartadas internas.

El chuchismo se alista a tomar el control del PRD al estilo de la casa (es decir, de la Casa Calderón). López Obrador y Alejandro Encinas son un peligro para el PRD y, por ello, Jesús Ortega Solá está recibiendo el apoyo del cardenismo negociante (el lazarillo guiará mapaches-leones ciegos en Michoacán), del panismo del gobernador de Guerrero (el licenciado Z), y de mandatarios panistas y priístas (la vieja Nueva Izquierda mantiene pactos de cooperación con los flancos de Manlio Fabio Beltrones y de Enrique Peña Nieto; del estado de México provendrán altos volúmenes de votos conseguidos haiga sido como haiga sido). Esos gobernadores pondrán sus siempre triunfales maquinarias electorales al servicio de la causa menor de entronizar al comprensivo y solidario amigo Jesús y al propósito mayor de asestar un golpe más al Peje que se niega a caer noqueado. La fuerza institucional de los Chuchos así se ha construido, negociando en los estados las migajas de representación proporcional que luego les da para amasijos nacionales (pero no se crea que sólo esa corriente practica las suertes de la vendimia política: todas las demás, sin excepción, sucumben al pragmatismo que acepta dinero subterráneo y “apoyos” oficiales a cambio de silencios o estridencias convenidas).

La descomposición de la política nacional ha generado, naturalmente, hastío e irritación en muchos ciudadanos que consideran tener derecho a la protesta pública. El 2 de julio de 2006 la presidencia de la República fue robada no sólo a un candidato en particular, sino a una amplia franja social que a pesar de las maquinaciones demoscópicas, mediáticas, cibernéticas e institucionales (destacadamente la presidencia foxista, el IFE ugaldista y los empresarios anunciantes) votó en tal cantidad y con tal confianza que ni en los números finales adulterados fue posible negarle una contundencia apenas rebasada fraudulentamente en un 0.56 por ciento. Esos ciudadanos han ejercido su derecho a resistir incluso al propio derecho, y grupos representativos de esa irritación popular mantienen una constante labor de impugnación al funcionario que consideran ilegítimo. En sentido distinto (lo que les ha generado reprobación creciente en las filas de las que se supone formarían parte) han caminado varios de los personajes que, llegados a diputaciones y senadurías, o ejerciendo cargos partidistas, están en mejores condiciones de persistir en el rechazo a quien es considerado espurio y en el apoyo a quien ha sido condenado, por los grupos del poder defraudador, a la exclusión de los medios de comunicación, a la ridiculización y el escarnio y a la magnificación de sus errores personales y de las divergencias o deslindes que en su entorno se producen de manera natural o inducida.

Protestar, resistir, incluso desobedecer la legalidad y oponerse físicamente a la consumación de hechos aprobados por autoridades a las que no se reconoce legitimidad, ha sido una práctica histórica de ciudadanos, partidos y organizaciones en todo el mundo. En México, el panismo realizó en múltiples ocasiones actos de desobediencia civil que le llevaron a la comisión técnica de delitos (recuérdese, por ejemplo, el bloqueo de puentes internacionales en Ciudad Juárez). Entonces, como ahora, los gobernantes tachados de dictatoriales desplegaron toda la fuerza de los medios controlados y del miedo inyectado a la sociedad. Entonces, como ahora, fue defendido y practicado el derecho a resistir, el mismo que el calderonismo pretende sustraer a una parte de los mexicanos para así dar un golpe que supone definitivo al sobreviviente López Obrador y para combatir, incluso con el recurso de la fuerza pública, a quienes se opongan al gran negocio de la apertura de Pemex a capitales privados. Ese es el fondo del asunto, aunque ahora los culpables de envenenar a la izquierda con dobleces y colaboracionismo se den convenencieros golpes de pecho, quejándose productivamente de las mínimas expresiones de descontento que han recibido a cuenta de las grandes traiciones que han hecho y están por consumar. ¡Hasta mañana, recordando que sigue vigente el espíritu Gestapo, que a fin de cuentas ni leyes necesita!
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Necesario, invertir $250 mil millones anuales para aumentar la producción diaria de crudo

Plantea Energía a PRI y AN alianzas de Pemex con empresas extranjeras
Exploración, producción y refinación, las áreas que más se deben reforzar, dice la dependencia

Se requiere flexibilidad para asociarse con compañías petroleras de otros países, señala

Enrique Méndez y Roberto Garduño

La Secretaría de Energía (SE) planteó a los grupos parlamentarios de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados que, para incrementar la producción diaria de crudo a partir de ahora y hasta el año 2020, es necesario realizar “inversiones totales en el sector hidrocarburos ­exploración, producción y refinación­ superiores a 250 mil millones de pesos anuales”, y que para ello se requeriría darle flexibilidad para aliarse o asociarse con empresas privadas petroleras de otros países.

La dependencia envió a ambos grupos un diagnóstico de Petróleos Mexicanos (Pemex), denominado El nuevo reto, donde en ocho cuartillas plantea que “estas asociaciones no sólo detonarían una mayor capacidad de ejecución, sino que le permitirían (a la paraestatal) incorporar nuevas tecnologías para explotar campos maduros”.

Con ese tipo de modelos, estima la dependencia, la producción adicional sería de 4 millones de barriles diarios de crudo, se generarían entre 160 mil y 200 mil millones de pesos de recursos fiscales anuales más, y se permitiría a Pemex obtener 170 mil millones de pesos promedio, además de que ayudaría a crear 140 mil empleos al año.

“En México, como en muchos otros países, la era del petróleo fácil, de bajo costo y de bajo riesgo, ha terminado”, define la presentación, que es analizada por ambas bancadas y circula entre los legisladores. A pesar de ello, añade, los avances tecnológicos abren nuevas áreas de explotación en aguas profundas, arenas bituminosas e hidratos de metano.

Ante esa perspectiva, la secretaría considera que para sostener a largo plazo la plataforma de producción nacional, el reto es explorar y desarrollar Chicontepec y el Golfo de México profundo, cuya explotación requiere incorporar nuevas tecnologías, incrementar los montos actuales de inversión y administrar adecuadamente los riesgos geológicos, de operación y financieros.

“Estos retos no tendrían mayor sentido para México de no existir un potencial significativo de recursos petroleros. Estimaciones de Pemex señalan que las reservas y recursos prospectivos con que cuenta el país alcanzan 100 mil millones de barriles… suficientes para sostener la producción actual”, admite.

El capítulo 2 del diagnóstico, denominado Beneficios de transformar la industria, considera que de aprobarse la reforma energética para permitirle a la petrolera celebrar alianzas o asociaciones para exploración y producción, así como inversión complementaria en refinación, se obtendrían “grandes beneficios” en las áreas de producción de crudo y petrolíferos, inversión, recursos públicos, ingresos para Pemex, crecimiento económico, empleo y en la balanza comercial.

En una prospectiva sobre el impacto de “cambiar el régimen de la industria petrolera”, la secretaría realizó un “ejercicio de simulación” con los efectos sobre diversas variables económicas, en un escenario que definió como “sumamente conservador”.

Dicho escenario incluye las siguientes variables: en Chicontepec se tomaron como base reservas por 7 mil 100 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, que considera únicamente las reservas posibles; en el Golfo de México profundo se incluyen reservas por 9 mil millones de barriles, únicamente 30 por ciento de los recursos prospectivos.

A partir de ello, se determinaron los niveles de inversión y producción para el periodo 2008-2025, y después se estimó el efecto de la mayor inversión e ingresos fiscales, así como el crecimiento y el empleo.

Uno de los principales beneficios de “dar flexibilidad a Pemex para que realice alianzas o asociaciones”, señala el documento, sería el aumento en la producción de crudo.

Respecto de las inversiones, de 250 mil millones de pesos, el efecto sería la atracción al sector petrolero, “en adición a los recursos actuales, de inversiones promedio por año de 100 mil millones de pesos, es decir, poco más de uno por ciento del PIB”.

Se generarían, argumenta, entre 160 mil y 200 mil millones de pesos anuales por concepto de recaudación de impuestos y derechos del sector hidrocarburos, monto que equivale a 11.2 veces los recursos del Procampo, 6.5 del programa carretero, 4.8 de Oportunidades, 2.2 veces el presupuesto del ISSSTE, y casi el total del presupuesto destinado al campo.

“Igualmente, la transformación de la industria tendría efectos significativos en los montos de recursos fiscales para estados y municipios”, por el orden de casi 250 mil millones de pesos para 2025”. Considera también que los montos de inversión y el aumento de recursos destinados a infraestructura pública y en capital humano impactarían favorablemente en el crecimiento del PIB en casi un punto porcentual adicional entre 2008 y 2025.

El empleo, aduce, también crecería “en 140 mil puestos adicionales por año, lo que permitiría acumular 4.5 millones de plazas remuneradas adicionales en 2025”. En el caso de la balanza comercial considera que una mayor producción de crudo y un aumento en el consumo del Sistema Nacional de Refinación, contribuirían a un crecimiento de las exportaciones.
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Vendan Pemex
Pedro Miguel


Está bien. Encuentren un eufemismo políticamente correcto para bautizar la operación: apertura, desincorporación parcial, modernización, fortalecimiento, reforma, bursatilización, liberalización dentro del marco constitucional, y vendan Pemex. No se sonrojen con sus contradicciones e inconsecuencias: postulen un día la pertinencia de "permitir la incorporación de capital privado" en la paraestatal y, en función de las conveniencias coyunturales, aseguren al siguiente que ésta "tiene que seguir siendo del gobierno y de los mexicanos". Siembren la confusión y el desconcierto, y vendan Pemex.
Sigan quemando el dinero que obtienen del petróleo y manden a Calderón a entrevistarse con todos los alguaciles de Estados Unidos, y a Sergio Vela, a conocer más a fondo la Muralla China. Agasajen con bonos, coches y retiros millonarios a ministros de la Suprema Corte que encubren la pedofilia y a senadores y diputados tan modernos que la inviolabilidad del domicilio les resulta una antigualla. Destinen una parte sustancial del presupuesto a pagar indemnizaciones por los daños que sufrieron los banqueros y otros deudores privados a consecuencia de su propia falta de escrúpulos y de su torpeza.
Confiesen a voz en cuello disparates como la adquisición de gasolina en Asia ("a un precio mayor al que la vende Pemex") y cierren el paso, valiéndose de todo –del presupuesto que todavía ejercen, de los loros mediáticos, del fraude electoral, del arzobispo, de sus dos capillas de intelectuales orgánicos, de la procuraduría, de los juramentos de asistencia mutua entre pederastas, de los toletes, de las dirigencias sindicales maceradas en dinero sucio–, a proyectos de gobierno como el que proponía la construcción urgente de refinerías en el territorio nacional para reducir la dependencia de productos refinados de petróleo. Perseveren en su empeño de lograr una paraestatal oxidada y desgajada en concesiones y convenios de riesgo y coinversión, y adquieran ustedes mismos, a precios de liquidación, los pedazos resultantes. Así estarán en condiciones de disfrutar legalmente de las ganancias petroleras, sin tanto riesgo como ahora, cuando tienen que esconder sus maniobras de apropiación subrepticia que la gente llama raterías.
Compren conciencias y votos; garanticen la permanencia en el cargo a gobernadores abiertamente delincuenciales; mantengan instituciones y siglas de relumbrón, secretarías virtuales, dependencias fantasmagóricas que justifican su existencia mediante páginas web; reduzcan la acción gubernamental al pago puntual y preciso de pagos de Pidiregas y a la concesión de contratos públicos para ustedes mismos y sus familiares. Reduzcan la sustancia de la administración pública hasta volverla insustancial; alcancen esa suerte de orgasmo regresivo del neoliberalismo, realicen el postulado del anarquismo de derecha, culminen su viaje a las raíces históricas del Estado y vuélvanse una banda de hombres armados (qué bien va la Policía Federal Preventiva en su desarrollo institucional, ¿eh?), asistida por contratistas particulares para todo lo demás. Inspírense en la ocupación de Irak y apliquen en México esa primitiva ecuación de dos términos: músculo policiaco-militar para hacerse con la propiedad de los yacimientos petroleros.
No se dejen intimidar por la cólera del populacho y de la turbamulta. Minimícenla a conveniencia en sus canales de televisión, en sus estaciones de radio y en sus periódicos, criminalícenla con ayuda de sus legisladores y procuradores, ridiculícenla como un "round de sombra", redúzcanla a delirio sin fundamento de un dirigente resentido. No vacilen: el triunfo es de los audaces y a ustedes les espera la gloria con que la historia premia a los arrasadores de naciones. Ustedes son los elegidos para derrotar a su propio país. Gánense una fortuna y una mención de honor, junto a los mexicanos Lorenzo de Zavala y José Antonio Mexía, en los libros de historia de Estados Unidos. Vendan Pemex.

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