Recesión, productos primarios y Latinoamérica
por Manuel Hinds
Manuel Hinds ex Ministro de Finanzas de El Salvador y autor de Playing Monopoly with the Devil: Dollarization and Domestic Currencies in Developing Countries (Council on Foreign Relations, 2006).
El Banco Central de Estados Unidos, la Reserva Federal, rebajó esta semana las tasas de interés en 3/4 de un punto porcentual en una sesión no programada de su junta de gobernadores, que hace sospechar que dicha junta cree que el país está ya en una recesión o a las puertas de ella. Esta sospecha ha resultado en una alta volatilidad en los mercados de productos primarios y en las bolsas de Europa y el resto del mundo. El precio del petróleo ha retrocedido 13% en un par de semanas.
A pesar de estos síntomas globales, todavía hay gente que cree que la recesión afectará sólo a Estados Unidos y a los países que exportan a dicho país. Hay artículos que predicen que en Latinoamérica los efectos se sentirán principalmente en México, Centro América y Colombia, que son países que exportan principalmente a Estados Unidos, mientras que el resto de la región no se verá afectada mayormente porque un porcentaje alto de sus exportaciones va a Europa y China. Esta idea es consistente con la que era muy popular hasta hace unas pocas semanas: que las economías de Latinoamérica y sus monedas eran más fuertes que la de Estados Unidos y que el dólar, respectivamente.
Los que piensan así ignoran las interrelaciones de la economía mundial. Olvidan que si China le vende a Estados Unidos y Europa a China y un país cualquiera a Europa, este último sufrirá igual que China el golpe de la reducción de las importaciones de Estados Unidos, aun si no exporta un dólar a Estados Unidos. Esto más, si bien es cierto que la recesión se sentirá en todo el mundo, los más expuestos a los efectos negativos de la recesión van a ser los países exportadores de productos primarios, que incluyen a los latinoamericanos. Esto es así porque un descenso en la tasa de crecimiento de las importaciones totales de Estados Unidos afecta no sólo el volumen importado de productos primarios sino también sus precios internacionales, de tal forma que estos países sufren un descenso en sus ingresos, incluso en los productos primarios que siguen vendiendo a otros países.
El efecto de la tasa de crecimiento de las importaciones estadounidenses sobre los precios mundiales de los productos primarios muestra cómo los precios de dichos productos varían de acuerdo a la tasa de crecimiento de las importaciones totales estadounidenses. La razón por la cual las economías latinoamericanas dependientes de los productos primarios crecieron rápidamente en los últimos años: los precios de dichos productos aumentaron como consecuencia de las crecientes importaciones de Estados Unidos. Ahora que dichas importaciones están creciendo a tasas menores y que pueden incluso decrecer, los precios van a caer sustancialmente. Esto no debería ser sorpresa: ha pasado cuatro veces en los últimos 25 años.
En cada uno de estos ciclos, las economías latinoamericanas dependientes de los productos primarios no sólo han crecido muy rápidamente en la fase de expansión de las importaciones estadounidenses, sino que también han visto su situación fiscal y su balanza de pagos mejorarse dramáticamente y su moneda revaluarse contra el dólar. Por supuesto, al bajar el crecimiento de las importaciones estadounidenses todo esto se deteriora inmediatamente: la situación fiscal se empeora, la balanza de pagos se descompensa rápidamente, la moneda se devalúa, las tasas de interés suben y el crecimiento rápido del PIB se convierte en decrecimiento. Si Estados Unidos entra en recesión, la mayor parte de Latinoamérica entrará en crisis. De los países menos afectados, sin embargo, estará El Salvador. El porqué de esto lo discutiremos la próxima semana.
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