Venezuela sigue con la instauración de su "revolución bolivariana". Se trata, según Le Monde, que detalla esta información, de una "democracia participativa a la Chávez". En realidad se trata de un verdadero sistema fascista: se encuadra al pueblo de manera que dependa directamente del "Guía". Chávez descarta en efecto la democracia representativa, y olvida a electos y partidos. Prefiere lo que él llama una democracia "participativa". ¿Habrá caído seducido por las instituciones de Suiza o de California que dan gran importancia a los referéndums de iniciativa popular? Nada más lejos, más bien al contrario. Juzguemos.
Recordemos en primer lugar que el propio jefe del Estado se arrogó el poder de legislar por decreto, durante dieciocho meses, dejando al Congreso (Parlamento) "en suspenso". Sin embargo, la oposición no tenía ningún cargo electo, ya que se vió obligada a boicotear las elecciones. ¡Pero incluso con una mayoría parlamentaria del 100%, Chávez desconfía! Como lo destaca en Le Monde el coordinador de una ONG: "el Estado es Chávez, y todas las instituciones le obedecen de hecho, reduciendo a nada la separación de poderes". ¡Vaya democracia!
En "contrapartida" a esta concentración de poderes, se establece una participación de base gracias a millares de consejos comunales. El tono advierte desde la entrada a la sala de juntas por medio de carteles: "el consejo comunal, explosión del poder popular". En teoría, todo el mundo tiene derecho a participar. Pero en realidad, solo los militantes pro Chávez lo hacen: "Antes, era los funcionarios y los políticos corrompidos quienes decidían. Ahora, el consejo comunal va a tomar las riendas. El Presidente lo dijo: todo el poder para el pueblo. La revolución va a avanzar por fin". ¡Es lo que antiguamente llamábamos los soviets!
Es lo que Chávez, después de su reelección, llamó "el socialismo del siglo XXI". ¡Apenas se ve la diferencia con el del XX! Este nuevo poder comunal de base que de hecho solo transmite las órdenes de la cúpula, como en todo régimen fascista va a propiciar " la transformación social y política". Habrá en total unos 30.000 consejos de este tipo, agrupando entre 200 y 400 familias: un cuadriculado perfecto de la población. El derecho de voto se rebaja a los 15 años en estos consejos: ¡ los jóvenes son más fáciles de dirigir, y por tanto apoyarse en ellos!
Como destaca un politólogo citado por Le Monde, se trata para Chávez "de poner en cortocircuito a las instituciones del Estado para servirse directamente del pueblo". Para volver a estos consejos aun más complacientes, recibirán una maná financiero, a capricho del príncipe, que tendrá obviamente su origen en los ingresos petrolíferos. La revolución venezolana tiene medios. Eso volverá al pueblo más dócil.
La oposición denuncia, sin medios para hacerse oír, "la cubanización" de Venezuela. Los altos funcionarios no se ocultan para presentar a estos consejos como lo que son: el enlace entre la política gubernamental y la célula básica del nuevo partido. Por si no estuviera suficientemente claro, se recuerda que estos consejos comunales están vinculados directamente a la Presidencia de la República y que una "comisión presidencial del poder comunal" asigna los fondos a los consejos locales. El sistema está pues e perfectamente blindado. Como ingenuamente dice un "partidario del poder popular", estos consejos "representan una esperanza histórica de terminar con las estructuras del Estado burgués".
Al menos tiene el mérito de ser claro. Esta vez, no se podrá decir que no se sabía. Será interesante ver qué tratamiento da el nuevo Jefe de Estado francés a la nueva democracia popular venezolana. Es cierto que tiene, mientras tanto, otros asuntos que tratar, pero la política internacional ha estado tan ausente de esta elección presidencial francesa que se puede esperar todo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario