23 marzo, 2008

Europa progresa en la vía de la islamización
Laurent Artur du Plessis

"La asimilación es un crimen contra la humanidad": Tayyip Erdogan, Primer Ministro turco, fundamentalista, procedente del Partido de la justicia y el desarrollo (AKP), dijo eso en Colonia, en Alemania, el 10 de febrero último, ante 16.000 de sus compatriotas.

Erdogan acusó también a Alemania de un crimen contra la humanidad - que recupera la shoah - puesto que quiere asimilar a la minoría turca.

Algunas personalidades de la derecha conservadora alemana han protestado. En Baviera, el jefe del partido cristiano-demócrata (CSU), Erwin Huber, ha denunciado el "sermón nacionalista turco sobre territorio alemán" y ha planteado la cuestión de "si, en estas condiciones, es aún posible proseguir con las negociaciones de adhesión" de Ankara a la Unión Europea.

La derecha alemana es hostil a la entrada de Turquía a la UE, y quiere confinarla en una "asociación privilegiada" que Erdogan ha rechazado por enésima vez en su visita a Alemania. El SPD, miembro socialdemócrata de la coalición gubernamental en el poder, es favorable a la adhesión de Turquía a la UE: los aproximadamente 700.000 alemanes de origen turco votan mayoritariamente a la izquierda.

La canciller Angela Merkel - tan agresiva frente a Putin - reaccionó muy moderadamente, diciendo que juzgaba "necesario discutir aún más con [Erdogan] su manera de concebir la integración". Silencio de los otros Jefes de Estado europeos, y de Bruselas. Erdogan repitió lo mismo dos días después en el Parlamento de Ankara. El AKP, que recientemente votó una ley que autorizaba el puerto del velo en la universidad, trabaja en pos de la reislamización de una Turquía en la que los partidarios de la laicidad llevan el combate en la retaguardia.

Merkel, y también todos los que en Europa tienen alguna relevancia política y moral, habrían debido exigir a Erdogan que se disculpara. El proceso de integración de Turquía a la UE habría debido disculparse. Pero si las élites europeas hubieran sido capaces de tales reacciones, Erdogan no se habría aventurado nunca a cometer esta provocación.

Los pueblos europeos no quieren la entrada de Turquía en la UE, contrariamente a sus élites. Tampoco los medios de comunicación europeos resaltaron debidamente la importancia de la declaración de Erdogan. Seguimos en el mismo espíritu antidemocrático con el que tuvo lugar la ratificación parlamentaria del Tratado de Lisboa.

Las autoridades religiosas europeas participan de sobra de esta delicuescencia. Recientemente, el reverendo Rowan Williams, arzobispo de Canterbury y jefe de los 77 millones de anglicanos en el mundo, calificó de "inevitables" el reconocimiento y la aplicación en la Gran Bretaña de algunas disposiciones de la charia - el derecho coránico - sobre temas como el divorcio o los pleitos financieros, "para mejorar la cohesión social en el país". El arzobispo explicó que Gran Bretaña "debía aceptar el hecho de que algunos ciudadanos no se sintieran afectados por el derecho británico": se trata del 1,8 millón de musulmanes que viven en GB.

En los Balcanes, el Islam acaba de conseguir una nueva victoria: el Parlamento kosovar ha declarado la independencia de Kosovo. Belgrado, apoyada por Moscú, se niega a reconocer esta independencia, jurídicamente inadmisible. Kosovo poblado en un 90% de musulmanes albanófonos que practican la limpieza étnica en contra de la minoría serbia. Cuarentamil de los 120.000 Serbios que permanecen en Kosovo viven en el Norte, el resto, en los enclaves protegidos por la Fuerza de la OTAN en Kosovo (KFOR) desde 1999.

Los Serbios de Kosovo, que no quieren renunciar a esta tierra dónde su historia es milenaria, podrían consagrar de facto la división que ya existe entre el sur y el norte de la provincia. Ya indicaron que formarían a su propio "Parlamento de Kosovo" con motivo de municipales en Serbia en mayo. El Kfor prometió seguir garantizando la seguridad de Kosovo. La UE va a enviar el "a Eulex Kosovo", una fuerza de policía y justicia de 2.000 hombres, que tomará el relevo de la ONU al término de un período transitorio de 120 días que seguirá la independencia. Pero es probable que se reavive la violencia.

La UE permanece dividida sobre la cuestión de la independencia, pero una amplia mayoría de sus miembros está dispuesta a aceptarla. El mundo eslavo intenta defenderse ante esta oleada musulmana animada por las potencias occidentales, que apoyan la independencia de Kosovo. Al apoyar esto, están abriendo la caja de Pandora del irredentismo islamista en Macedonia, en Bulgaria… Y fomentan la ambición de construir la gran Albania soñada por Tirana. En estos tiempos de un integrismo islamista en alza, todo esto es una pura locura.

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