19 marzo, 2008

Evo Morales y su revolución silenciosa: un lobo con piel de cordero
Empozoñar, mentir, advertir, amenazar, dudar, entrometerse, acusar sin pruebas, negociar en falso, instigar, movilizar, oponer, no transigir, provocar, arremeter, condicionar el futuro de la nación, radicalizar posturas, no respetar, marchar, bloquear, enfrentar, rechazar, dar instrucciones a los movimientos sociales, manipular, condicionar la vida de los ciudadanos, culpar a los medios de comunicación, no consensuar, ideologizar, destruir la democracia, tergiversar, buscar la confrontación, cargar contra el pasado español del país andino, alentar la lucha, subvertir, despreciar al adversario, negar la evidencia, no querer comprender la realidad, insultar, comprar voluntades con dinero ajeno, corromper, demonizar las ideas liberales, ensalzar falsos mitos, pisotear la soberanía nacional, defender la mediocridad, utilizar el doble discurso, no saber hacer frente a los problemas que asolan la convivencia entre bolivianos, minar las instituciones, desconocer la división de poderes, atacar a los jueces, tomar decisiones basadas en sus propios prejuicios y querer perpetuarse, generar desconfianzas, perder credibilidad, fomentar el odio y el racismo, no saber ni querer escuchar...en suma, en la nueva Bolivia que intenta construir el presidente todo es posible.

Desde el momento en el que el Sr. Morales ganó la elecciones con un 53% de los votos convirtiéndose en el primer indígena que alcanza la máxima Jefatura del Estado en el continente latinoamericano, la nación ha vivido un estado de tensión y confrontación continua sin visos de solución.

Parece evidente que el proyecto revolucionario de Evo no está dando los resultados apetecidos, sino que más bien ha producido el efecto contrario ¿Cuáles pueden ser los motivos? quizás el más relevante sea el desconocimiento absoluto, por parte del Movimiento al Socialismo en el poder de la esencia, principios y formas democráticas sobre las que debe construir su acción de gobierno.
La demagogia, la mentira patológica y la aptitud de intransigencia mostrada de forma constante por los máximos representantes del estado boliviano son las notas que definen a un gobierno que ha perdido el control de los acontecimientos, avocando al país andino -si nadie pone remedio- a vivir el peor de los escenarios posibles.

Una triste realidad que muestra el auténtico fracaso sufrido por la revolución silenciosa del cambio, que además ha forzado al Presidente Morales a retomar su papel de dirigente sindical "duro", endureciendo sus errática política ante los ciudadanos, las regiones y los partidos políticos que se niegan a aceptar la implantación de un sistema autoritario, etnocentralista y filocomunista en Bolivia.

En el contexto en el que se desenvuelven los vertiginosos acontecimientos Evo ha vuelto a amenazar, reiterando públicamente que cuenta con el apoyo de sectores de campesinos “como los de Achacachi que están firmes para defender el proceso revolucionario"…llegando incluso a afirmar que recibe “hartas llamadas telefónicas” que le dicen “compañero Evo, si no puedes hacerte respetar danos armas para hacerte respetar”.

Según Morales esas llamadas provienen del altiplano y del Chapare (donde se sitúan los productores cocaleros, de los que es su máximo representante)…sobre el resto del país –las regiones opositoras- solo transmite gestos de desprecio, para luego hablar de la sagrada e inviolable unidad nacional.

Aún siendo ciertas sus aseveraciones lo que no debe hacer un presidente democrático, bajo ningún concepto, es reclamar a sus conciudadanos que empuñen las armas contra un hipotético enemigo instalado dentro sus fronteras…entre otras cosas porque el incondicional y ciego apoyo de los movimientos sociales y campesinos hacia su intransigente acción de gobierno se puede volver contra sus propios intereses, afectando a la propia estabilidad del país.

La única verdad es que el imparable movimiento opositor alcanza ya a la totalidad de las regiones, incluidos los feudos del Movimiento al Socialismo en el altiplano andino -es el caso de La Paz, y en buena parte Potosí-…¿cuales pueden ser las razones?

Parece evidente que son dos los argumentos fundamentales que han reforzado las tesis de la opositora media Luna, hoy Media Luna ampliada.- ya son siete los departamentos que han mostrado el rechazo directo a la demagógica e intransigente postura adoptada por Morales-.

El primero de ellos hace referencia a la lacerante ilegalidad de la Nueva Constitución Política del Estado, aprobada con nocturnidad por los congresistas del Movimiento al Socialismo, con el apoyo de una serie de formaciones de carácter residual en el escenario político del país y sin la presencia en el hemiciclo de los representantes opositores.

El segundo es más de lo mismo, ya que en la delirante sesión del Congreso celebrada el 28 de Marzo el gobierno luz verde y puso fecha al refrendo para ratificar su Constitución, además de aprobar la consulta que quedó pendiente de acuerdo en la Asamblea Constituyente, para definir el latifundio expropiable, todo ello bajo la presión de los movimientos sociales afines a Evo, que se manifestaban violentamente en los aledaños del congreso para evitar el ingreso de los opositores al edificio.

Después de acometer semejante tropelía, los congresistas del Movimiento al Socialismo decidieron, de forma unilateral, prohibir los procesos de consulta sobre la autonomía pendientes de celebración en Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando, por entender que son contrarios al espíritu que emana de un texto constitucional ilegal y aún no refrendado.

Ahora un desorientado y carente de iniciativa Presidente Morales ha perdido definitivamente el rumbo, ya que la Corte Nacional Electoral ha decidido suspender la organización de las dos consultas necesarias para ratificar el proyecto constitucional a celebrar el 4 de mayo, al dilucidar que no concurren las condiciones técnicas y políticas necesarias para su celebración. La misma suerte han corrido los referendums departamentales para aprobar sus estatutos de autonomía, rechazados por la máxima institución electoral con el dudoso argumento de su ilegalidad ya que deben ser convocadas por el Congreso títere del Movimiento al Socialismo gubernamental.

Los Prefectos afectados por la decisión no reconocen sus efectos, por entender que el origen de la prohibición se fundamenta en una nueva Carta Magna manifiestamente ilegal, y en consecuencia han anunciado que continuarán adelante con sus procesos.

Por si fueran pocos los problemas que acechan al país el resultado final de tanto dislate no es otro que la “lógica paralización política del país”. El lobo con piel de cordero Morales, con un nivel de credibilidad bajo mínimos, vuelve a reclamar diálogo nacional con los Prefectos opositores para superar una crisis provocada por su propia intransigencia y que solo puede vislumbrar un callejón sin salida amparado en cuestión de fondo de difícil solución: la inviabilidad y el fracaso evidente del proyecto constitucional del gobierno en el poder.

Evo prefiere negar la evidencia llamando a sus ciegos y files seguidores a manifestarse en las calles, una respuesta que solo puede aumentar el insoportable grado de tensión que sufre diariamente Bolivia.

Morales, debe ser un gobernante serio y plantea el cambio constitucional desde el sagrado respeto a los principios democráticos… entonces podrá obtener el apoyo de los ciudadanos y los departamentos que ahora se enfrentan a tanta irracionalidad política.

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