Globovisión en la mira del chavismo
El único canal de televisión capaz de criticar al presidente Hugo Chávez está bajo amenaza de ser silenciado, mientras el líder izquierdista trata de estimular el apoyo público para el cierre de Globovisión.
Chávez ha calificado la estación de "un enemigo del pueblo venezolano'' y ha atacado verbalmente a uno de sus dueños. Agentes del gobierno han llamado a la oficina nacional de impuestos para que investigue a Globovisión. Cientos de personas manifestaron frente a sus oficinas el mes pasado.
Las amenazas contra Globovisión se producen menos de un año después de que Chávez cerrara RCTV, la estación de televisión más popular del país.
Alberto Ravell, dueño parcial y director de Globovisión, un canal de noticias que trasmite 24 horas al día, ha sido atacado personalmente.
"Ravell: fascista, conspirador, asesino, mentiroso'', decía una pancarta que blandían partidarios de Chávez durante uno de los discursos del presidente el año pasado.
Observadores extranjeros dicen que silenciar Globovisión le daría a Chávez un control casi completo sobre la cobertura noticiosa de la televisión. Un punto de vista minoritario sostiene que Chávez no va a tocar Globovisión porque necesita la estación como prueba de que en su gobierno hay libertad de expresión.
La tensión entre la estación y Chávez se produce en un momento en que el presidente ha perdido parte de su popularidad.
La firma encuestadora Datos, en una encuesta hecha el mes pasado entre 2,000 venezolanos, encontró que Chávez tenía un 34 por ciento de apoyo en comparación con el 67 por ciento de principios del 2005. Su menor nivel desde el 2003, según reportó la Prensa Asociada.
Otra encuesta, del encuestador venezolano Alfredo Keller, encontró que el 37 por ciento de los venezolanos se identificaban como simpatizantes de Chávez en febrero, en comparación con 50 por ciento a mediados del 2007, reportó la AP.
Las amenazas contra Globovisión ha hecho que la Asociación de Prensa Inter Americana exprese su preocupación.
"Sería desastroso para el pueblo y para su derecho a saber que (Globovisión) fuera a cerrar sus operaciones'', dijo Gonzalo Marroquín, editor de Prensa Libre, un diario de ciudad Guatemala, y presidente del Comité sobre Libertad de Prensa de la Asociación de Prensa. El grupo va a celebrar su reunión de mediados de año en Caracas a fines de marzo, y sus dirigentes esperan poder plantearle sus preocupaciones directamente a Chávez.
Por su parte, Ravell no cree que Chávez vaya a arriesgarse a cerrar la estación.
"Somos una especie de trofeo para que el gobierno pueda decir que hay libertad de expresión en Venezuela'', dijo Ravell. Con todo, teme que una medida adoptada hace tres años --conocida como la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión-- sea lo suficientemente vaga como para darle al gobierno un pretexto para el cierre.
La estación se siente bajo asedio.
Globovisión, que está en un barrio residencial, se halla rodeada por paredes de 20 pies de alto coronadas por alambres de púas.
Dentro, en el salón de noticias, la reportera policial Lisette Villafranca, dijo afrontar una abierta hostilidad por parte de los partidarios de Chávez y de los funcionarios del gobierno.
"Me insultan en la calle, me escupen. Me han tirado un jarro deorine'', dijo Villafranca. "No podemos trasmitir en vivo desde Miraflores (el palacio presidencial) o del Ministerio de Relaciones Exteriores. Globovisión y RCTV son las únicas que no tienen acceso''.
Globovisión no es una rareza en América Latina, donde los periódicos y las estaciones de TV tienden a ser menos neutrales que en Estados Unidos.
Globovisión -como RCTV- ha sido criticada por haber trasmitido programas de entretenimiento durante los dos días del golpe contra Chávez en el 2002.
Reflejando la profunda polarización existente, los manifestantes pro Chávez y contra Chávez han manifestado frente a Globovisión.
"Vamos a defender esta revolución'', dijo Adila Rito, una de las 300 partidarios de Chávez frente a la estación en una noche de febrero. "No aceptaremos más abusos de Globovisión y del Imperio'', la frase que los chavistas utilizan para referirse a Estados Unidos.
Chávez se quitó una espina al no renovar la licencia de RCTV en mayo. La estación tenía 41 por ciento de televidencia, dijo Marcel Granier, que dirige RCTV. Ahora Globovisión sólo tiene 7 por ciento puesto que está casi toda limitada al cable.
Ahora Chávez recibe una cobertura noticiosa favorable en la televisión. Todas las semanas hace discursos que se trasmiten en vivo durante varias horas en las siete estaciones de televisión.
Hijo de un destacado periodista exiliado por un gobierno militar, Ravell parece disfrutar su status de rebelde.
Recientemente, sólo Globovisión estaba trasmitiendo la noticias de que hombres enmascarados habían ocupado la casa del arzobispo en la histórica Plaza Bolívar.
"Estamos en contra de ustedes, en contra de lo que trasmiten'', le gritó un hombre a uno de los reporteros de Globovisión.
"Miren eso'', dijo Ravell. "Es contra nosotros, pero todo está saliendo al aire''.
Tony Spanakos, un profesor de Montclair State que está en Venezuela en una beca Fulbright, dijo que, en su opinión, Chávez realmente se beneficia de Globovisión. Spanakos dijo que Globovisión tiene demasiados pocos televidentes como para ser una amenaza para Chávez, pero los suficientes como para poder ser utilizada como un arma política.
"Para mantener a los chavistas duros radicalizados'', dijo Spanakos, "hace falta tener una forma constante de oposición. El puede utilizar Globovisión como esa constante amenaza. El ataque contra Globvisión es parte de una calculada estrategia para estimular a los radicales y perpetuar la idea de que la "revolución'' siempre está amenazada''.
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