Hugo Chávez en la ruta de Manuel Noriega
Aunque sus trayectorias políticas y circunstancias personales no hayan sido las mismas, Hugo Chávez se acerca a un fin que tendrá muchas similitudes con el fin que tuvo Manuél Noriega, el dictador de Panamá llevado a prisión en USA por narcotraficante. Noriega nunca fue elegido presidente pero llegó a la presidencia a través de la fuerza, como también lo intentó Hugo Chávez, de manera fallida, en 1992. Noriega fue un espía pagado por la CIA por muchos años pero se convirtió en doble agente, espiando también para Fidel Castro. Una vez en el poder le entregó armas a los Sandinistas en Nicaragua. Noriega era un criminal sin escrúpulos.
Por su parte, Chávez llegó a la presidencia por la vía electoral y, aunque tiene sangre de venezolanos inocentes en las manos, no es un psicópata como Noriega sino más bien un sociópata. Después de su victoria democrática en 1998 Hugo Chávez se convirtió en un caudillo autoritario y progresivamente deslegitimado, a través de sus frecuentes violaciones de la constitución y de las leyes, así como del despilfarro de los recursos de la nación. Cuando Chávez comenzó a parecerse a Noriega fue cuando se acercó a la guerrilla Colombiana, al narcoterrorismo, en su afán de antagonizar a los Estados Unidos a través de Colombia, país percibido como el gran aliado de USA en América Latina.
El rencor, el odio que Hugo Chávez le tiene a los Estados Unidos lo ha llevado a poner todos los recursos de nuestra nación al servicio de ese odio y a olvidar sus deberes fundamentales como gobernante, a fin de embarcarse en una aventura narco-belicista que lo está conduciendo a su triste final. Al alinearse con las FARC y, de ser cierta la información encontrada en las computadoras de Raúl Reyes, Hugo Chávez se convertirá automaticamente en un reo de la justicia internacional. Ayer domingo Chávez dijo, en su show de TV, que lo de las computadoras “no eran una prueba” sino “un testimonio”. Estas extrañas palabras no expresan una declaración inequívoca de inocencia sino un argumento técnico sobre si lo contenido en esas computadoras constituyen o no una prueba. Al decirlo, Chávez suena como un criminal a lo O.J. Simpson, quién parecería estar diciendo, “pruébamelo”, pero no diciendo “soy inocente”. Hay una gran diferencia entre estas dos actitudes.
Lo cierto es que desde que se conoce el contenido de estas computadoras halladas en el asalto al campamento de las FARC en Ecuador, Hugo Chávez tiene una cara de reo que no la brinca un venado. Ya Izarrita ha dicho, por enésima vez, que a su jefe lo quieren matar y está llamando en su auxilio a Gustavo Dudamel, a quien no deberían estar enredando en esta sinverguenzura. El mismo Chávez ha dicho que los alimentos que vienen de Colombia “pudieran estar envenenados”. Ya José Vicente Rangel “pronostica” que la DEA sembrará droga en un tanquero de PDVSA. En fin, la pandilla de malandros ha desatado toda una sarta de alegatos y chillidos histéricos que demuestra la intención de distraer y revela culpabilidad aún para los observadores menos expertos.
Hugo Chávez se hunde en el pantano de sus propios errores. De repente, en Venezuela y en el hemisferio, lo han comenzado a ver con traje de rayas, a lo Abimaél Guzmán, el líder preso de Sendero Luminoso, o como Manuél Noriega, quienes fueron poderosos y arrogantes y, ahora, en su traje de presidiarios, lucen empequeñecidos y mezquinos.
Con el olfato propio de los líderes oportunistas y cobardes Evo Morales y los Kirchner se han distanciado de Chávez. La Cuba de Raúl Castro ya no parece quererlo tanto y Lula no le contesta el teléfono. El malcriado Rafaél Correa se siente traicionado por él y por los países miembros de la OEA, quienes no parecen dispuestos a condenar a Colombia por la violación del territorio Ecuatoriano. Dirán ellos que la violación del territorio Ecuatoriano fue, originalmente, llevada a cabo por las FARC! Si Correa fuese un gobernante ecuánime hubiese planteado su protesta de manera diferente, hubiera visto también la otra cara de la moneda: la incursión Colombiana como una acción policial profiláctica por parte de Colombia, sobretodo porque ningún ciudadano Ecuatoriano fue víctima del ataque quirúrgico. Pero eso hubiera sido posible si Correa no estuviera alineado con las FARC, al menos por razones tácticas. Tanto Correa como Chávez tratan ahora de evadir el carro de excrementos que se les viene encima.
Chávez llamó a Uribe hace algunas horas, muy zalamero, tratando de neutralizar lo que viene. Pero es que lo que viene no está ya en manos de Uribe!. Ese gato salió del saco y anda dando saltos por la OEA, por las Naciones Unidas, por el despacho de Luis Moreno Ocampo en La Haya, por la Unión Europea, por el congreso Norteamericano, por el Departamento de Justicia de USA, por las cancillerías Chilenas, Mexicanas y Brasileñas. Esto ya forma parte de un proceso de naturaleza irreversible e internacional.
Creo que este proceso llevará a Chávez al final de su trágica carrera política y no lo para ni Mandrake el mago, mucho menos Insulza, quien está demasiado atento a su candidatura presidencial en Chile. Mientras Daniél Ortega todavía da muestras de lealtad pero no cuenta, el ex-obispo Lugo del Paraguay se acaba de deslindar de Chávez.
El castillo de naipes que se llamó, en un momento, la revolución “bolivariana”, se viene abajo estrepitosamente pero los miembros de la pandilla corrupta continuan luchando por posiciones burocráticas, sin darse cuenta de que su líder se desploma. Minetras tanto, la oposición se encuentra entretenida con múltiples candidaturas para gobernadores y alcaldes, sin preocuparle mucho la podredumbre del registro electoral, la tragedia del país, el desastre financiero y la naturaleza forajida y totalmente deslegitimada del presidente. Que tendrá que suceder en Venezuela para que la ciudadanía se libere de su terrible inercia?
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