Ideas al vuelo
Políticos: Instrucciones para no equivocarse
Ricardo Medina Macías
Antes de lanzar vetos y restricciones respecto del futuro de Pemex, muchos políticos mexicanos deberían cerciorarse de no estar metiendo la pata sin remedio.
Pequeña guía práctica, dirigida a políticos, para no meter la pata en el asunto de la reforma que requiere Pemex.
Primer paso: Guarden silencio y lean con cuidado el documento "Las Reservas de Hidrocarburos de México. Evaluación al 1 de enero de 2008" que difundió el miércoles Pemex Exploración y Producción. Es el décimo año en que se publica ese reporte, que es minucioso y preciso.
Segundo paso: No hacer trampa. Prohibido saltarse la introducción y el capitulo 2 que se llama "Definiciones básicas". Primero hay que entender de qué se está hablando. Así podrán saber qué son reservas posibles, reservas probables, reservas probadas y qué son los recursos prospectivos.
Tercer paso: Gracias a la lectura atenta deberán erradicar de ese arsenal de frases hechas, con el que ustedes – políticos insignes- confeccionan discursos y declaraciones, ésa frasecita tan errónea y nociva que habla de "la renta petrolera". No hay tal cosa. En la industria petrolera de hoy y del futuro se acabaron los días en que bastaba estirar la mano y tomar los frutos: ahora hay que trabajar duro, bien y con inteligencia – respetando el saber y la técnica- para obtener beneficios, y aun así los beneficios podrían ser inciertos. ¡Dejen de soñar en mágicas herencias de señoritos!, ¡el patrimonio hay que construirlo!
Cuarto paso: Una vez que hayan entendido todo lo que México puede perder si no actúan rápido para permitir que Pemex se allegue socios, compañeros, aliados o como quieran llamarles, que le permitan a Pemex aprovechar el potencial de los recursos en materia de gas y petróleo, busquen la asesoría de juristas calificados para ver qué cambios deben hacerse y en dónde (Constitución, leyes, reglamentos, catecismos ideológicos) para evitar que México, ¡otra vez!, pierda oportunidades de crecimiento, perjudicando aún más a los mexicanos más fregados.
Quinto paso: Hagan un cálculo político – esos sí saben hacerlos – de cómo la historia y los electores habrán de juzgarlos en unos pocos años. Podrán calificarlos como personajes valientes que tomaron decisiones para el bien de México, y también para beneficio de sus carreras políticas (se vale), o como ignorantes engreídos que no vieron más allá de sus narices y cancelaron, ¡otra vez!, oportunidades preciosas para su país.
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