J.P. Morgan da su brazo a torcer y quintuplica la oferta para sellar la compra de Bear Stearns
James Dimon pestañeó.
Frente a una rebelión de accionistas y los nervios crecientes de Wall Street, el presidente ejecutivo de J.P. Morgan Chase & Co. quintuplicó el valor de la oferta lanzada hace apenas unos días por el atribulado banco de inversión Bear Stearns Cos. de US$2 la acción a US$10,22 la acción.
La nueva propuesta deja a J.P. Morgan más cerca de sellar la adquisición de Bear Stearns bajo nuevas condiciones que dificultan que los accionistas del vapuleado banco de inversión bloqueen la operación de US$1.200 millones.
El acuerdo revisado se produjo después de varios días agitados durante los cuales Dimon llegó a la conclusión de que el valor de los negocios de Bear probablemente se erosionaría más a no ser que el segundo banco de EE.UU. por valor de mercado decidiera apuntalar el acuerdo.
Para aumentar su oferta, sin embargo, J.P. Morgan tuvo que renegociar el pacto de financiamiento de emergencia que alcanzó a principios de mes con el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
Ahora, J.P. Morgan está obligada a absorber los primeros US$1.000 millones en pérdidas generadas por cualquiera de los activos financiados. La Fed ha sido blanco de críticas por el riesgo moral que habría creado al proveer financiamiento por US$30.000 millones como parte del acuerdo. El riesgo moral alude a la tendencia de que los rescates financieros estimulen a las entidades financieras a incurrir en riesgos excesivos.
Con los nervios de punta
Pese a que los grandes accionistas de Bear, como el multimillonario británico Joseph Lewis, denunciaban los términos originales de la adquisición como completamente injustos y amenazaban con una lucha denodada contra el acuerdo, a otras firmas de valores de Wall Street les preocupaba la estabilidad de Bear como socio de operaciones. La razón: el acuerdo de J.P. Morgan para respaldar las operaciones de Bear habría desaparecido si hubiera aparecido otro pretendiente. A pesar que tal escenario era improbable, otras firmas de Wall Street estaban nerviosas a la hora de negociar con Bear.
Dimon pasó buena parte de la semana pasada defendiéndose de las críticas de los empleados y los accionistas de Bear respecto al precio del acuerdo. Lewis catalogó los US$2 por acción como un valor "irrisorio" y prometió luchar para conseguir mejores condiciones.
A medida que transcurría la semana pasada, se hizo cada vez más claro que era necesario hacer algo para impulsar el acuerdo. "Estaba claro que no estaba funcionando", dijo una persona que participó en las negociaciones. El viernes, las dos compañías comenzaron a renegociar los términos del pacto.
Dimon, el máximo ejecutivo de J.P. Morgan, dijo en una entrevista que las nuevas condiciones ayudarán a eliminar la incertidumbre. "Lo más importante que hará que \[el acuerdo\] sea bueno para nosotros no es sólo el precio", aseveró. "Se trata también de conservar el negocio y conservar las personas".
El nuevo acuerdo, negociado durante el fin de semana y anunciado el lunes, valora a Bear Stearns en alrededor de US$1.200 millones conforme al precio de la acción de J.P. Morgan el lunes. J.P. Morgan acordó una relación de cambio que supone un precio de US$10,22 por acción para Bear Stearns, en base al cierre de la acción de J.P. Morgan el jueves, un alza con relación al precio inicial de US$2 la acción alcanzado hace ocho días. La acción de Bear cerró ayer con un aumento de 89% a US$11,25en la Bolsa de Nueva York.
Lo más importante para J.P. Morgan es que el nuevo pacto dará a la firma neoyorquina una participación del 39,5% en Bear Stearns a principios de abril, mediante la compra de 95 millones de nuevas acciones. Eso diluirá las participaciones de los actuales accionistas, incluyendo las de los detractores del acuerdo al precio original o revisado.
Tras sumar las acciones de los directores de Bear, entre los que figura James E. Cayne, presidente de la firma, J.P. Morgan probablemente estará muy cerca de alcanzar la mayoría de votos necesaria para conseguir la aprobación del pacto. Los directores de Bear se han comprometido a votar a favor del acuerdo.
La nueva propuesta también altera el acuerdo con el Banco de la Reserva Federal de Nueva York que fue vital para sacar adelante el acuerdo, pero que causó críticas de que el gobierno estaba rescatando a Bear Stearns.
Al cierre de la fusión, la Fed de Nueva York asumirá el control de activos por un valor de unos US$30.000 millones como garantía por una financiación de US$29.000 millones.
La Fed ofrecerá los fondos a una tasa de 2,5%, un cuarto de punto porcentual por encima de la tasa de fondos federales. En virtud de los nuevos términos, J.P. Morgan tiene que absorber los primeros US$1.000 millones en pérdidas de dichos activos; la Fed se reserva el derecho a cualquier ganancia.
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