Helle Dale y James Phillips
La administración Bush se anotó una importante victoria política el 24 de mayo de 2007 cuando ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos votaron aprobar una partida suplementaria de Defensa que era muy esperada desde hace tiempo para las campañas en Irak y Afganistán. La ley proporcionará 100.000 millones de dólares para las campañas militares en esos dos países y 17.000 millones para gasto doméstico añadido por los demócratas, una parte de la cual irá al ejército (para equipos, asistencia médica y alojamiento) y otra parte irá como ayuda asistencial por el huracán Katrina.
Ante la insistencia de la Casa Blanca, se ha eliminado de la ley 4.000 millones en gasto supérfluo. Pero lo más importante en esta victoria de la Casa Blanca es la omisión de las propuestas demócratas de un calendario de retirada de las tropas americanas en Irak. Poner fechas límite habría sido devastador para la estrategia militar y la moral de las tropas. Al aprobar esta ley presupuestaria de financiación con mayorías convincentes de 280-142 en la Cámara de Representantes y 86-14 en el Senado, el Congreso finalmente ha cumplido con su obligación de financiar a las tropas americanas que están en la línea de fuego de la guerra global contra el terrorismo.
El Presidente Bush vetó la primera partida que le envió el Congreso el 1 de mayo porque estaba cargada de gastos supérfluos para programas domésticos y además exigía que la mayoría de las tropas de Estados Unidos se retiraran de Irak antes del 31 de marzo de 2008. Esto habría conducido a una derrota desastrosa en la guerra contra al Qaeda, con una catarata de peligrosas consecuencias para la estabilidad regional, la lucha para contener a Irán y los esfuerzos para evitar una guerra civil total asi como una catástrofe humanitaria en Irak. Por otra parte, la fecha límite para la retirada de tropas viola la autoridad del presidente como comandante en jefe de las fuerzas armadas, un precedente que habría atado las manos de futuros presidentes en cualquier guerra futura.
La administración Bush se vio forzada a aceptar requisitos concretos sobre el progreso del gobierno iraquí vinculados al nivel de la ayuda americana de reconstrucción. Los 18 requisitos de la ley incluyen, el progreso hacia la reconciliación nacional, leyes para desarmar a las milicias, protección legal para todas las sectas y aprobar e implementar legislación para compartir equitativamente los beneficios petroleros entre todos los iraquíes. Si el gobierno iraquí no logra cumplir ciertos requisitos, eso podría resultar en futuros problemas si la ayuda americana para la reconstrucción se viera recortada, socavaría el proceso de reconciliación nacional iraquí reduciendo la influencia americana sobre el problemático gobierno de Irak y también reduciría los incentivos para que los iraquíes cumplieran con futuros requisitos. El presidente sí tiene el poder de eximir a Irak de estas sanciones si lo estimase necesario y es por eso que algunos demócratas se quejan de que es una ley "sin mordiente".
En general, esta partida de Defensa es una mejora importante comparada con la anterior que era tan irresponsable. Esperemos que el apoyo republicano en el Congreso que permitió a la administración aguantar el tipo ante la estrategia de "Prisa para irse de Irak" promovida por el comité político "Salgamos de Irak", siga adelante hasta el otoño cuando se debata nuevamente la guerra de Irak ya que es el turno de hablar en el Congreso sobre el presupuesto anual de Defensa.
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