REFLEXIONES LIBERTARIAS
LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO
Ricardo Valenzuela
Sin embargo, después de la partida del ultimo avión aerodinámico que había conducido a estos seres tan especiales, pudimos observar los escombros de una vergonzosa reunión en la cual los muy escasos países ricos y desarrollados del mundo, casi como ritual inquisitorio tuvieron que comparecer ante la plebe (diferente al pueblo) y disculparse por sus éxitos, sus realizaciones, por la acumulación de la riqueza creada por su trabajo. La plebe por su parte encabezada por Hugo Chávez, se retiraba satisfecha al haber tenido la oportunidad de humillarse ante “sus verdugos” al gritarles su MATRA: “Somos pobres porque ustedes son ricos. Por ello, ustedes tienen la obligación de seguir financiando nuestra ineptitud y corrupción.”
Hubo inclusive algún trasnochado “intelectual” que tal vez después de alguna velada con Félix Salgado Macedonio, se dio a la tarea de interpretar los recientes ataques terroristas contra los EU como una forma hasta cierto punto entendible y justificable de protesta de parte de “nosotros los pobres” contra “ustedes los ricos.” Es decir; vale mas que nos sigan dando teta.
Pero los “pepenadores internacionales” no satisfechos con los resultados de la cumbre de Monterrey, acaban ahora de finalizar la segunda fase de su asalto en contra del sentido común con otra inspiradora Conferencia ahora en la ciudad de Johannesburgo, en la cual ahora se convoca para la edificación del castillo de “El Desarrollo Sustentable.” Traducido; Definir los límites del crecimiento, lo cual nos da la pista para pensar que todos ellos hayan aparecido con esfinges del “optimista” pensador Robert Malthus entonando la MATRA mexicana: “Entre menos burros más olotes.” Es decir; ya no podemos crear mas riqueza sin destruir el mundo; entonces, tenemos que hacernos menos y aceptar la decisión del caprichoso destino de seguir viviendo en la infame ruina; ah, pero eso si, libres para odiar a los ricos al tiempo que les exigimos mas ayuda.
Hace mas de 30 años un grupo clásico de académicos teóricos produjeron un documento casi tan subversivo como el Capital de Marx o el libro rojo de Mao. Este documento fue bautizado como; “Los Limites del Crecimiento” habiendo sido parido por el infame club de Roma. Al igual que Marx y Mao, Los Limites del Crecimiento habían establecido un sublime objetivo: Forzar a todos nosotros estúpidos terrestres el ser mejores seres humanos. Con apocalípticas profecías estos científicos demandaban un dramático cambio en el componente de nuestro tejido social. En otras palabras, al igual que la oferta de Churchill a los ingleses al inicio de la Segundo Guerra Mundial, los modernos pitonisos nos ponían sobre la mesa un futuro de escasez, dolor y lágrimas.
Uno de los primeros contagiados con ese letal virus luego de su lectura, fue Jimmy Carter quien de inmediato se presentó ante el pueblo americano con oferta similar y afirmando que la escasez era un buen alimento para el alma. En medio de la peor crisis energética provocada por el más nefasto cartel del mundo; la OPEP, Carter arriaba las banderas y en su famoso discurso bautizado The Malasie, proponía a los americanos el someterse; el prepararse para ser pobres y aguantar el hambre. Pero el pueblo de los EU no aceptó tan cobarde invitación y al año siguiente lo enviaban al retiro al escuchar el mensaje de optimismo de un vigoroso Reagan, y su novedosa teoría de incentivar la oferta (producción) como la fórmula de lograr un desarrollo acelerado.
Ahora, si nosotros pensamos que la Conferencia de Johannesburgo ha sido para planear crecimiento económico; pues tengo malas noticias. Ha sido toda acerca de “Desarrollo Sustentable,” el desarrollo económico promovido por el funesto documento del club de Roma; “Los Límites del Crecimiento. Otro de los verdugos internacionales; el Banco Mundial, dio a conocer un acuerdo en el cual se han tomado medidas para que “el combate a la pobreza” no surja a costa de las generaciones futuras. Traduciendo; se establecerán mas restricciones al esfuerzo y creatividad humana para luchar por su bienestar. Es decir; si tú eres un pobre desarrapado en el sur de México, no esperes oportunidad de estas gentes mas que no sea la solicitud de una “boleada de zapatos.”
Los líderes presentes en esta convocatoria son los clásicos representantes de lo que De Zousa llama “los pesimistas.” Al igual que Malthus observan un futuro de tragedias en sus largas listas; hambruna, pobreza, muerte, miseria, guerra, degradación del medio ambiente. Fue también Malthus quien inspiró la teoría macroeconómica de Keynes basada en los ciclos de negocios los cuales según él, eran provocados por los cambios en la demanda efectiva de los consumidores e inversionistas. La teoría apocalíptica de Malthus se basaba en que; “el poder del crecimiento poblacional es infinitamente mas grande que el poder de la tierra para producir lo suficiente para la subsistencia del hombre.” Por lo mismo, la raza humana estaba condenada a una vida de miseria.
A casi 200 años de la muerte de Malthus la población del mundo se ha quintuplicado y los niveles de vida de los ciudadanos de los países que no aceptaron sus absurdas ideas, se han elevado a lo inimaginable. Después de 30 años de que el club de Roma nos condenara, el mundo ha progresado sin serias interrupciones básicamente debido al instinto natural del ser humano de utilizar los mercados libres y la libre empresa en lugar de las ideas de “la clase de la holganza.” La producción de alimentos ha superado el crecimiento de la población, lo que ha provocado avances importantes en nutrición y salud en los países que no aceptaron tal condena. La globalización de la industria y las finanzas, la tecnología han creado millones de trabajos y prosperidad. Contra esto atentan ahora estos “nobles caballeros.”
Si Malthus resucitara en estos momentos, con gran sorpresa comprobaría que una de las plagas más grandes de la humanidad es la obesidad que en países como los EU sega más vidas que las drogas y el alcohol. Y en países como México aun con nuestro orgulloso ejido y la ruina a cuestas, tenemos más de 10 millones de personas obesas. Luego yo me pregunto: ¿Qué pensaría al saber que el viaje de mi padre en los años 30 de Bruselas a Sahuaripa le tomó 22 días, en estos momentos se puede hacer en unas cuantas horas.? Entonces Vicente; “pa que dar tantos brincos con un llano tan parejo.”
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