Se agotan las opciones para demócratas de la Florida
En momentos que el Partido Demócrata de la Florida se prepara para decidir el lunes si sigue adelante con un plan para realizar una nueva primaria, esta vez por correo, la interrogante es qué otra cosa puede hacer.
Los demócratas dicen que las opciones son pocas --y ninguna está en manos del partido estatal-- para dar a los electores voz en la selección del nominado de su partido. La mayoría de las opciones que se manejan sufren de fallos políticos y obstáculos técnicos en el envío por correo de las boletas a los 4.1 millones de demócratas del estado.
Para comenzar, los demócratas esperan una solución negociada entre Hillary Clinton y Barack Obama. Pero en momentos que ambos candidatos batalla por cada delegado, es poco probable que alguno esté dispuestos a aceptar un acuerdo que le otorgue al otro una ventaja.
El senador floridano Bill Nelson, un aliado de Clinton que respalda votar por correo pero que reconoce que el proceso no tiene mucho apoyo, ha presentado una segunda opción: retirarle a la Florida la mitad de sus delegados y asignar el resto a uno de los candidatos sobre la base de la primaria celebrada el 29 de enero, que favoreció a Clinton. Un portavoz de Nelson dijo que la idea se ha desarrollado para dar medio voto a cada delegado de la Florida.
Pero durante el fin de semana la campaña de Clinton desestimó la propuesta, que hubiera reducido a la mitad sus delegados.
"Los 2.5 millones de personas [en Michigan y Florida] que votaron merecen que se les cuente'', dijo Clinton el sábado, indicando su apoyo para una segunda primaria en Michigan, que al igual que la Florida infringió las normas del partido al celebrar primarias adelantadas. "Si por mi fuera, contaríamos sus votos, pero de lo contrario, deben tener la oportunidad de otra primaria''.
Phin Singer, portavoz de Clinton, declaró a los reporteros que la campaña cree en el ‘‘principio básico'' de un voto por persona.
"Existe una obligación solemne con todos los que participan en este proceso . . . de asegurar que los votos que emitieron cuenten'', dijo Singer.
El partido estatal emitió la semana pasada una exhortación a realizar una nueva votación por correo financiada por el partido, pero no logró mucho apoyo. La presidenta del partido estatal, Karen Thurman, probablemente desecha la idea hoy, dejando a los demócratas sin muchas alternativas mientras incluso Michigan parece moverse hacia la celebración de unas primarias tradicionales el 3 de junio.
Pero la Florida ha descartado una nueva votación a nivel estatal por considerarla muy costosa.
Mientras la campaña de Clinton pide que se cuenten los resultados de enero, la de Obama ha rechazado la idea alegando que ambas primarias no son válidas porque los candidatos acordaron no hacer campaña en Michigan y la Florida. Obama ni siquiera estaba en la boleta de Michigan,
"Las reglas son las reglas. Michigan y la Florida sabían que sus votos no contaban si adelantaban las primarias'', dijo el senador Bill Bradley, ex gobernador de New Jersey y partidario de Obama, en el programa dominical de televisión Meet the Press.
"Si queremos asegurar que los delegados de Michigan y la Florida cuenten, hay que dividirlos a la mitad'', dijo.
Varios congresistas han sugerido otras fórmulas, como usar los resultados de la primaria de enero para distribuir los delegados.
Allan Katz, partidario de Obama y abogado de Tallahassee, dijo que podría haber apoyo para algún tipo "de distribución al 50 por cientos'' en la que Clinton terminaría con una ventaja en cantidad de superdelegados.
"Ambas campañas tendrán que ver qué aceptan a final de cuentas'', concluyó.
Varios de los donantes más importantes de Clinton en la Florida echan mano a su influencia financiera para presionar a Howard Dean, presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC) a que medie en la disputa. El New York Times reportó el sábado que varios han amenazado con dejar de contribuir al DNC a menos que se acuerde aceptar los resultados de las elecciones del 29 de enero o se realice una nueva primaria.
Ira Leesfield, un donante a la campaña de Clinton, dijo ayer, refiriéndose a una conversación que tuvo recientemente con Dean: "Le dije que si mi voto no cuenta y mi estado no cuenta entonces tampoco se podrá contar con mi dinero. Le hemos dicho que agarre el toro por los cuernos y, se celebran nuevas elecciones o se reconocen las anteriores''.
Pero Dean ha rechazado repetidas veces la idea de reconocer los resultados de las elecciones de enero, diciendo que no quiere cambiar las reglas en medio de la campaña.
El partido estatal también puede optar por plantear el caso ante el comité de credenciales del DNC, que se reunirá antes de la convención nominatoria de agosto y "tiene la responsabilidad de seleccionar delegados y alternos para la convención'', expresa la página electrónica del DNC.
Aparentemente, Dean advirtió esta semana que no se debería esperar hasta el verano, señalando en varias entrevistas de televisión que "el candidato que tenga la mayoría de los delegado tendrá ventaja en el comité de credenciales. Y si los dejan participar o no será cosa de ellos''.
El comité está presidido por tres ex funcionarios del gobierno de Bill Clinton, lo que prepara el terreno para otra batalla potencialmente divisoria.
Otras opciones: Jon Ausman, miembro del DNC, ha planteado una apelación separada de las reglas del DNC y del comité estatutario y señala que el DNC no tiene autoridad para prohibir la participación a los superdelegados del estado y le solicita al comité que modere su castigo restaurando al menos la mitad de los delegados estatales.
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