18 abril, 2008

Ingresos en el exterior sostienen los resultados de firmas en EE.UU.

Por Tom Lauricella

A medida que las empresas reportan sus resultados del primer trimestre, se comienza a divisar la imagen actual de la economía estadounidense: en ella, los bancos y los consumidores luchan con el declive en los precios de las viviendas y la contracción del crédito, cuyo fin no parece próximo. Al mismo tiempo, la mayoría de los negocios que venden a otras empresas, o exportan sus productos, están escapando de la desaceleración.

Dependiendo de quien hable, las conferencias telefónicas para anunciar ganancias suenan alarmistas u optimistas. Jeffrey Scheffer, presidente ejecutivo del fabricante de muebles para el hogar Stanley Furniture Co., dijo el martes que "es difícil pensar que las cosas van a mejorar significativamente pronto". En la mañana del jueves, el presidente ejecutivo del fabricante de motocicletas Harley-Davidson, Jim Ziemer, expresó una frustración similar. "Desde mi punto de vista, no está claro cuándo se recuperará la economía estadounidense".

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En cambio, el jefe de Coca-Cola Co., Neville Isdell, anotó durante la conferencia telefónica de su empresa el miércoles que en su reciente viaje a Chile y Perú notó que "hay una vitalidad en Latinoamérica" que no cree haber visto en décadas. En IBM, que genera 65% de sus negocios fuera de Estados Unidos, el director financiero, Mark Loughridge, afirmó el miércoles que la firma registró un "crecimiento muy, muy sólido" en los mercados emergentes.

El mercado bursátil, aunque volátil, no ha variado mucho desde que las compañías comenzaron a anunciar sus ganancias hace 10 días, una señal de que los inversionistas ya no se sorprenden con las pérdidas multimillonarias de los bancos o las perspectivas sombrías de los minoristas. Aun así, los inversionistas anticipan ganancias saludables de los grandes exportadores y compañías que fabrican de todo, desde aparatos tecnológicos a maquinaria que es vendida a otros negocios.

La gran incógnita hasta el momento es si la desaceleración del mercado inmobiliario en EE.UU. tendrá un impacto mayor sobre el resto de la economía. El gasto del consumidor representa casi dos tercios de la actividad económica de EE.UU., pese a que las compañías ligadas al público representan una parte mucho menor de las ganancias corporativas.

Otra preocupación es que las ganancias en otros sectores comiencen a caer en el segundo o tercer trimestre, así como el año pasado la debilidad del mercado inmobiliario se demoró en impactar el gasto de los consumidores. Algunas compañías reportaron que marzo pareció ser más débil que enero y febrero. Si los problemas se expanden, el mercado bursátil podría ser vulnerable a una nueva ronda de declives en los próximos meses.

Un escenario optimista es el que apuesta a que una economía global fuerte y un dólar débil serán suficientes para sostener a la economía de EE.UU. hasta que los agresivos recortes de tasas de la Fed surtan efecto. Si las compañías, que en general tienen balances sólidos, pueden seguir gastando, la economía podría evitar el tipo de recortes de empleos que extenderían el declive. También significaría que un continuo declive en los precios inmobiliarios podría tener un efecto limitado en la economía. Ese escenario podría ayudar a que las acciones finalmente se recuperaran.

"El mercado estaba asumiendo un escenario de ganancias mucho peor… pero ese no parece ser el caso actualmente", dice Brian Rauscher, estratega de Brown Brothers Harriman.

Hasta el momento, sólo un 20% de las compañías en el índice S&P 500 han reportado sus ganancias y éstas han caído 22,1% en general, según Brown Brothers. Pero excluyendo a las firmas financieras, las ganancias han subido 8,2%. Si las utilidades reportadas se combinan con las proyecciones de las compañías que aún faltan, las ganancias tendrían mejores perspectivas, con un declive de 12,9% y un aumento de 9,5% si se excluye a las firmas financieras, dice Brown Brothers.

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