18 abril, 2008

Nuevos descubrimientos petroleros animan a Brasil a replantear su política de regalías

Por Bernd Radowitz

RIO DE JANEIRO — Tras anunciar el descubrimiento de otro yacimiento de petróleo en las costas de Brasil, es probable que el gobierno se una a otros países que han usado los altos precios del crudo como una oportunidad para incrementar sus ingresos provenientes de esta industria.

Actualmente, Brasil cobra un impuesto y tasas de regalías más bajas que muchos otros productores de petróleo, un legado de la década de los 90 cuando el país era un importador neto de petróleo y quería atraer a las compañías para que exploraran y descubrieran nuevos depósitos. Pero ahora Brasil es un exportador neto de crudo y al parecer ha hecho dos de los descubrimientos más importantes en años recientes, los cuales podrían convertir al país en uno de los principales exportadores de petróleo.

Se estima que el primer hallazgo, un campo llamado Tupi, contiene reservas de entre 5.000 millones y 8.000 millones de barriles. Esta semana, un funcionario del gobierno dijo que un segundo descubrimiento realizado recientemente podría contener hasta 33.000 millones de barriles en reservas. La petrolera estatal Petróleo Brasileiro SA le quitó importancia al estimado del funcionario y dijo que era muy pronto para ofrecer una cifra, aunque los expertos concuerdan en que el segundo hallazgo parece grande.

Como en otros países, la bonanza petrolera seguramente adquirirá un tono político sobre el porcentaje con el que debe quedarse el gobierno y cuánto debe dejar en manos privadas. Este tema cobra mayor relevancia cuando los precios del petróleo están tan altos. Solamente esta semana, Venezuela anunció un nuevo impuesto a las "ganancias súbitas" para cuando los precios del crudo se ubiquen entre US$70 y US$100 el barril.

El gobierno brasileño del presidente Luiz Inácio Lula da Silva está evaluando cómo cambiar la regulación del sector petrolero, informó recientemente el ministro de Minas y Energía, Edison Lobão. Otros funcionarios dicen que hay un consenso en que el gobierno necesita obtener una participación más elevada de lo que produce la industria, pero aún no se ha definido cómo.

El cambio afectará tanto a Petrobras como a las compañías internacionales que operan en alta mar, tal como la noruega StatoilHydro ASA, la estadounidense Exxon Mobil Corp., la gasífera británica BG Group PLC y la portuguesa Galp Energia SA.

Las compañías privadas dicen que el gobierno brasileño tiene derecho a incrementar su control después de sus recientes descubrimientos, pero esperan que no vaya demasiado lejos. Brasil es uno de los pocos horizontes prometedores en la exploración global de petróleo. Ambos descubrimientos se ubican en un área conocida como el "pre-sal", en aguas muy profundas y por debajo de unos 5.000 metros de arena, rocas y sal, lo que dificulta su acceso y encarece su explotación.

"Creo que el gobierno tiene derecho a aumentar su control sobre el descubrimiento de Tupi", dice Jorge Camargo, presidente de la filial brasileña de la noruega StatoilHydro. Camargo también preside el comité del Instituto Brasileño del Petróleo (IBP), la principal cámara del sector petrolero de Brasil.

Aun así, el ejecutivo, que hizo sus comentarios antes de la noticia del segundo descubrimiento, sugirió que el cambio de reglas no debería ir demasiado lejos ni afectar los contratos existentes. "El sistema actual ha funcionado bien tanto para Petrobras como para las firmas extranjeras", destacó.

Las compañías que producen petróleo y gas natural en Brasil pagan 10% en regalías fijas. Además, pagan un impuesto especial por los campos más grandes, entre 10% y 40% de los ingresos, dependiendo del volumen, ubicación, profundidad y antigüedad del campo. Los estados brasileños también recaudan impuestos por ventas.

La agencia reguladora de Brasil está desarrollando una propuesta de cambios que planea presentar ante el Consejo Nacional de Política Energética a finales de junio. Podría proponer el incremento de un impuesto de participación especial de entre 40% y 60%. Petrobras, que actualmente produce más de 95% del petróleo de Brasil, podría ser el más golpeado. En caso de que el impuesto de participación especial suba a 50% o 60% de sus ingresos, la compañía podría tener que pagar unos US$4.100 millones adicionales, más del doble de lo que paga ahora, dijo Xavier Mieles Grunauer, analista de Nomura Equity Research.

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