06 abril, 2008

Un encuentro con Bill Gates

Andres Oppenheimer

Una de las cosas que más me sorprendió durante una entrevista sobre el futuro de Latinoamérica que le hice al fundador de Microsoft, Bill Gates, fue su respuesta cuando le pregunté sobre lo que debería hacer la región para convertirse en un centro de innovación tecnológica mundial, y pasar a ser un jugador de primera línea en la economía global.

¿Por qué Latinoamérica no ha producido un Bill Gates?, le pregunté, sólo a medias en broma. ¿Usted se hubiera podido convertir en el innovador tecnológico más exitoso del mundo, y en uno de los hombres más ricos del planeta, si hubiera nacido en Paraguay?

Gates, quien estaba en Miami como orador estrella de la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo, se rió ante mi pregunta, y se tomó algunos segundos antes de responder.

Curiosamente, lo primero que mencionó no fue la necesidad de mayor estabilidad política o económica, ni la seguridad jurídica, sino la educación, especialmente la educación secundaria.

''En casi todos los lugares del mundo en que podría haber nacido, no hubiera tenido las increíbles oportunidades que tuve aquí: tuve una muy buena educación, y fuí increíblemente afortunado en cuanto a las circunstancias que me tocaron'', dijo. ``Así que no, en la mayoría de los lugares hubiera sido simplemente un mal agricultor. Nadie hubiera aprobado las cosas que he hecho''.

Gates, que abandonó sus estudios en Harvard para fundar Microsoft, dijo que a pesar del rápido ascenso de India y China como usinas de ingenieros informáticos, Estados Unidos sigue siendo, por lejos, el país más innovador del mundo, y probablemente lo siga siendo en las próximas dos o tres décadas.

Agregó que eso se debe, en parte, a la disposición de invertir en nuevos emprendimientos y en un eficaz sistema legal y de patentes, pero primordialmente ocurre gracias a las universidades del país, que según dijo siguen siendo ``las mejores universidades del mundo''.

Sin embargo, eso podría cambiar en el futuro, agregó. China e India están produciendo más ingenieros informáticos que Estados Unidos, donde la mayor parte de los estudiantes se gradúan en educación física, señalo.

Cuando le pregunté qué deberían hacer los países latinoamericanos para competir de igual a igual con China e India, y para estimular la investigación y el desarrollo tecnológico necesarios para producir exportaciones de mayor valor agregado, Gates dijo que lo primero sería mejorar la educación secundaria de la región, y lo segundo,mejorar las universidades.

''En todos los países ricos, y también en Latinoamérica, el número de jóvenes que eligen dedicarse a la ciencia y la ingeniería es sorprendentemente bajo'', dijo.

Sugirió que las escuelas deberían enseñar ciencias de una forma más divertida.

''Los niños en las escuelas deberían hacer proyectos que sean divertidos'', dijo. ``Por ejemplo, diseñar un pequeño submarino, o un robot. Y entender que la ciencia es una herramienta para poder hacer algo que uno quiere hacer, y no un desierto que hay que cruzar para luego conseguir un buen empleo si uno consigue llegar al otro lado''.

A nivel universitario, Gates dijo que China e India están intentando, con algún éxito, copiar algunas de las mejores prácticas del sistema universitario estadounidense, como la cultura de la financiación gubernamental de proyectos de investigación, la tradición filantrópica en la que los ex alumnos le devuelven, por gratitud, fondos a las universidades, la estrecha relación entre las universidades y las empresas incipientes, y los incentivos a los profesores para que investiguen y desarrollen nuevos productos.

Cuando le pregunté cuáles son los países de Latinoamérica más adelantados en el terreno de las innovaciones, los primeros países que se le vinieron a la mente fueron Chile y Brasil, aunque luego señalo que México está haciendo ''cosas impresionantes'', y que hay ''algunas cosas nuevas buenas'' en Argentina.

''China e India van a cerrar gran parte de la brecha [que las separa de Estados Unidos] en el curso de veinte o treinta años, y Latinoamérica debería estar en la misma jugada'', dijo Gates. ``Debería ser, en muchos aspectos, líder en muchas cosas específicas''.

Mi conclusión: Entre lo que más me llamó la atención de lo que dijo Gates en la entrevista estuvo su optimismo respecto de la capacidad estadounidense de seguir liderando la innovación a nivel mundial, y su persistente fascinación con China que --me dió la impresión-- Gates ve muy por delante de India.

Sin embargo, el hecho de que Gates dijera que Latinoamérica podría ponerse a la par de China e India en las próximas dos o tres décadas sugiere que es una posibilidad que toma en serio. Eso debería ser un motivo de esperanza, y un aliciente para que la región se convierta en uno de los centros emergentes de la tecnología mundial.

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