26 mayo, 2008

Bolivia; el presidente llorón
José Brechner

Como temeroso niño bravucón que busca a su papá, para que se enfrente con sus amiguitos a quienes previamente estuvo provocando e intimidando; el presidente Evo Morales fue corriendo a reunirse con sus patoteros compañeros del ALBA, a pedirles que se pronuncien contra el referéndum autonómico que se avecina en Bolivia.

Para un individuo sin dignidad, ni capacidad, como es el mandatario indígena, la injerencia extranjera es a lo único que sabe jugar cuando le conviene. Hasta pidió al embajador estadounidense que se manifieste sobre el tema, tratando de involucrarlo en el asunto interno, para justificar cualquier maniobra que pueda estar confabulando con sus socios.

El mediocre estadista, cree que los norteamericanos son tan necios como él, y caerán en la trampa de darle argumentos para que comience la represión, y ponga freno al deseo popular.

Si el embajador dice que está de acuerdo con el referéndum, el gobierno boliviano dirá que Estados Unidos está provocando la división del país. Si dice que no está de acuerdo, dirá que hasta los Estados Unidos se oponen, y es ilegal.

El razonamiento del caricaturesco gobernante es tan majaderamente infantil que, como todo lo que dice y hace, causa vergüenza ajena.

En los pocos días que faltan para llegar al 4 de Mayo --día establecido para la consulta democrática-- Morales utilizará todas las artimañas posibles, para neutralizar el voto que pondrá fin a su inoperancia y despotismo.

El pedante dirigente cocalero logró enemistarse con prácticamente todos los sectores que componen el espectro social boliviano, y los únicos que lo apoyan son sus congéneres y mantenidos. La raza es su principal herramienta de cohesión contra el resto de la población.

No existe ningún país con menor tolerancia política que Bolivia, donde el promedio de duración de un gobierno es de dos años. Morales es el presidente número 84 en 183 años de vida independiente. En comparación: Estados Unidos tiene 232 años y Bush es el presidente número 43.

El último cuarto de siglo fue la excepción democrática, y puede estar llegando a su fin, debido a las desquiciadas, demagógicas, y fundamentalmente estúpidas medidas tomadas por el presidente campesino.

Las maquinaciones de Morales ya no son novedosas. Pero lo que viene puede ser totalmente inusitado para Latinoamérica.

En Venezuela hay un loco suelto, belicoso, armado, con poder y dinero, y su principal protegido está a punto de ser vapuleado democráticamente, tal como le sucedió a él en su último referéndum, pero con la gran diferencia de que lo que pasó en Venezuela sólo tuvo leves consecuencias políticas. La autonomía de las regiones orientales bolivianas es de carácter económico.

El oriente boliviano es generador de la mayor parte de los ingresos que recibe el país, y está cansado de que esos dineros vayan a parar a los bolsillos de los inútiles, cleptómanos, burócratas de occidente.

Evo no quiere quedarse sin el biberón y Chávez no quiere un aliado cada día más pobre. Mantener a Cuba ya le cuesta demasiado. Si el venezolano intenta inmiscuirse en el aprieto, Brasil puede reaccionar, porque Sao Paulo depende del gas boliviano que se encuentra en la región oriental. Para Brasil es más fácil, coherente, conveniente y confiable, negociar con los orientales que con Morales.

Si el referéndum autonómico deriva en situaciones de violencia, la Argentina, aliada de Chávez y Morales, ya previno --durante su anterior gobierno-- que no se quedará de brazos cruzados; como si fuera de su incumbencia. Considerando la cantidad de dinero que los Kirchner recibieron del magnate venezolano, parece que sí es.

Bolivia puede convertirse en un campo de batalla entre bolivianos, venezolanos, cubanos, argentinos y brasileros. La OEA ya fue comprada por Chávez, y el único que podría resolver el conflicto sería Estados Unidos, pero después de que corra sangre…

En otro escenario, el voto autonómico podría llevar a la federalización de facto de Bolivia, que le impediría a Morales gobernar centralistamente. Ante una poderosa mayoría opositora, su mejor opción sería renunciar, como hicieron los tres presidentes que le precedieron. Pero Morales ya anunció que prefiere la muerte antes que dejar el poder.

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