Bolivia: Santa Cruz desafía al gobierno
Temen actos de violencia por la consulta popular sobre la autonomía de la región
La región de Santa Cruz, que concentra el 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) boliviano, irá a las urnas el domingo para aprobar su estatuto de gobierno autónomo, una suerte de constitución local, confrontada con el presidente Evo Morales, que considera la consulta ilegal y secesionista.
Bajo la iniciativa de sus líderes políticos y empresariales, duros opositores del presidente socialista Morales, Santa Cruz decidirá si aprueba un estatuto de gobierno autónomo de tendencia liberal.
Ese estatuto le da a las autoridades departamentales amplias facultades en materias económica y política, incluyendo la formación de una policía propia, dejando al Estado tan sólo las funciones de Defensa y Relaciones Exteriores.
Encuestas revelaron esta semana que la aprobación de los estatutos podría fluctuar entre el 70 y 75 por ciento para una votación que el gobierno quiso impedir a toda costa, y que en el último tiempo ha intentado minimizar señalando que se trata tan sólo de una consulta.
"Todo está listo para el referéndum de este domingo; tenemos un total de 935,527 inscritos para ir a votar en todo el departamento'', afirmó ayer el presidente de la Corte Electoral de Santa Cruz, Mario Orlando Parada, en pugna con las autoridades electorales nacionales, que no reconocerán el resultado de la consulta por considerar ilegal su convocatoria.
Existe tranquilidad en la ciudad de Santa Cruz, ciudad de 1.2 millones de habitantes, y capital del departamento, según comprobaron periodistas de la Agence France Presse.
Las actividades públicas y privadas son normales, a dos días de la consulta, y en muchas calles se respira un ambiente electoral. En varias casas se observaban banderas verdes y blancas --los colores de la región-- y algunos carteles mostraban posiciones a favor y en contra de la consulta.
En contraste, el clima que existe en áreas rurales, principalmente en las comarcas de San Julián y Cuatro Cañadas, dos bolsones electorales leales al presidente boliviano, puede presagiar algunos desórdenes para el fin de semana.
"Estamos organizando bloqueos [de rutas] porque no vamos a permitir el referéndum'', afirmó el dirigente indígena Paulino Parapaino, en comunicación telefónica con emisoras locales desde la zona de los Guarayos. Argumentó, porque argumenta que la redacción de los estatutos autonómicos no fue consultada con los indios de la región.
La Confederación de Colonizadores de Bolivia, un sindicato que agrupa a campesinos de escasos recursos, atizó el fuego al amenazar con no permitir la consulta en Santa Cruz.
"Nos declaramos en emergencia y no permitiremos el referéndum. Cualquier enfrentamiento que se genere, será por culpa del presidente de la Corte Electoral [Mario Orlando Parada] y del prefecto Rubén Costas'', afirmó el dirigente del sector Fidel Zurco.
Santa Cruz lidera desde hace varios años un movimiento autonomista que también ha cuajado en los departamentos de Beni, Pando y Tarija, que realizarán sus propios referendos en los próximos 50 días.
Este desafío a Morales --quien por su lado impulsa un proyecto de Constitución que es rechazado por la oposición-- ha generado un complejo problema en Bolivia, lo que ha llevado a la Iglesia, a la Organización de Estados Americanos (OEA) y países a amigos a buscar un diálogo pacificador.
La OEA realizó ayer en Washington una reunión del Consejo Permanente para evaluar la situación boliviana sobre la base de un informe presentado por el comisionado argentino Dante Caputo, quien conversó esta semana con el presidente Morales y los prefectos opositores.
El departamento de Santa Cruz, con cerca de 2.5 millones de habitantes y una extensión que supera los 370,000 kilómetros cuadrados es el departamento más productivo de Bolivia.
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