28 mayo, 2008

Detenidos 300 estudiantes chilenos en protesta contra Bachelet

Policías antimotines detienen a una estudiante durante una protesta  en Santiago, el miércoles 28 de mayo de 2008. La policía detuvo a más de 300 estudiantes que protestaban en contra de un proyecto de ley educacional del gobierno de la presidente Michelle Bachelet.
Aliosha Marquez / Foto AP

Policías antimotines detienen a una estudiante durante una protesta en Santiago, el miércoles 28 de mayo de 2008. La policía detuvo a más de 300 estudiantes que protestaban en contra de un proyecto de ley educacional del gobierno de la presidente Michelle Bachelet.

La policía dispersó con abundantes gases lacrimógenos a centenares de estudiantes que protestaban contra un proyecto del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet que introduce cambios al sistema educacional chileno, considerado insuficiente por los alumnos.

Según cifras preliminares, unos 300 estudiantes fueron detenidos en Santiago y Antofagasta, 1.370 kilómetros al norte. En esta capital, un estudiante quedó herido.

En el vecino puerto de Valparaíso, tres funcionarios de la secretaría regional del Ministerio de Educación resultaron heridos leves cuando unos 50 estudiantes universitarios trataron de ocupar la sede, de los cuales 14 fueron detenidos.

Las revueltas empezaron temprano, cuando centenares de jóvenes intentaron ocupar el bandejón central de la principal avenida de Santiago para marchar hacia el Ministerio de Educación, aunque sólo tenían autorización para reunirse en una plaza cercana.

Decenas de policías antimotines los reprimieron con carros lanza aguas y abundantes chorros de gases lacrimógenos, que por largos momentos hicieron irrespirable el aire del centro de la ciudad.

Periodistas y fotógrafos recibieron en un par de ocasiones chorros de agua o gases lanzados directamente contra ellos y en una ocasión alcanzó en el rostro a un anciano, cuya cara quedó cubierta de polvo blanco que le impedía la respiración.

Los estudiantes rechazan la Ley General de Educación (LGE) cuyo proyecto está en tramitación preliminar en el congreso, porque, según ellos, no restringe el lucro en la educación, ni asegura la calidad educativa, y persiste la educación a cargo de las municipalidades, lo que causa muy diferentes tipos de educación, según los ingresos municipales.

Los jóvenes quieren que la educación vuelva a manos del Estado.

"Queremos fortalecer la educación pública, yo soy una hija de la educación pública...Creo en la educación pública, creo que hablar de un país más justo es asegurar que la educación pública sea de calidad", dijo la presidenta Bachelet durante una actividad en la sede de gobierno.

El proyecto de Bachelet busca sustituir a la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) legada por la pasada dictadura militar (1973-1990).

"La LGE es una parte de la LOCE, no soluciona nada; establece fundaciones educacionales, pero son los mismos sostenedores (empresarios de la educación) que siguen lucrando con la educación", dijo una estudiante a la AP, que se identificó sólo como Javiera, del Liceo 7. Dijo que no quería tener problemas después en su escuela.

Sobre las críticas a la mala educación chilena, su compañera María señaló a la AP que "hay un círculo vicioso: malos profesores forman malos alumnos porque no tienen pedagogía, no les (a los profesores) a enseñar".

Mónica Infante, la ministra de Educación que lleva sólo cinco semanas en el cargo, declaró el miércoles que "los estudiantes deberían estar a favor de la LGE, esta ley satisface mucho las aspiraciones de ellos".

Los jóvenes quieren emular "la revolución de los pingüinos" de abril y mayo del 2006, cuando con ocupaciones de decenas de escuelas en todo el país millares de alumnos paralizaron la educación, obligaron a Bachelet a comprometerse a cambiar la LOCE y provocaron la salida de su primer Ministro de Educación.

Se les llama coloquialmente "pinguinos" a los escolares por la vestimenta blanca y azul oscuro que usan tanto hombres como mujeres.

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