01 junio, 2008

Aceptan a delegados demócratas de Florida

WASHINGTON

miembros del Comité Nacional Demócrata votan sobre los delegados floridanos.

Los cuatro largos meses de incertidumbre política de la Florida han terminado: el estado podrá votar en la histórica convención demócrata, aunque el peso de la victoria de Hillary Clinton en las primarias de la Florida se reducirá a la mitad, según un acuerdo alcanzado ayer tras una áspera audiencia que se prolongó durante todo el día y que cuestionó los llamamientos a la unidad de los dirigentes del partido.

Según el acuerdo, cada uno de los 211 delegados de la Florida irá a la convención nacional demócrata en Denver a fines de agosto, aunque cada delegado sólo tendrá medio voto. Hillary Clinton, que ganó la primaria de la Florida el 29 de enero, tendrá 19 delegados más que su rival Barack Obama.

Un panel de 30 miembros del Comité Nacional Demócrata (DNC) votó a favor de retractarse de la decisión del año pasado de no tomar en cuenta los votos de la Florida. La primaria más adelantada en la historia del estado pasó por alto las normas del partido.

La campaña de Clinton usará la nueva legitimidad de la Florida para alegar que su victoria en el mayor estado indeciso de la nación la convierten en el candidato más fuerte. Aunque recibirá menos delegados de los que pensaba, su campaña parece resignada a aceptar el acuerdo. Al sugerir que la campaña no va a cuestionar la decisión, uno de sus principales asesores que integra la Comisión de Normas del DNC, Harold Ickes, dijo que estaba decepcionado pero que votaría a favor del acuerdo.

Pero Ickes tomó una posición más combativa en el caso de Michigan, que también votó adelantado y apeló su pérdida de delegados el sábado. La Comisión de Normas aceptó un acuerdo ofrecido por los demócratas de Michigan para dar 69 delegados a Clinton y 59 a Obama, aunque cada delegado, como en el caso de la Florida, sólo tendrá medio voto.

La campaña de Clinton ha alegado que Obama no debería tener ningún delegado en Michigan porque había decidido sacar su nombre de la boleta. Ickes alegó que el acuerdo secuestraba cuatro delegados de Clinton.

"Clinton me ha dicho que e reserva el derecho de llevar esto a la Comisión de Credenciales'', dijo Ickes, indicando que la campaña pensaba presionar sobre el tema hasta la convención.

Incluso con los delegados adicionales de la Florida y Michigan, es extremadamente difícil que Clinton pueda superar la ventaja de Obama. Sus partidarios gritaron y protestaron cuando fracasó una moción para restaurar plenamente los votos de la Florida.

"Esto no es unidad'', gritó un hombre. "Ustedes simplemente han quitado votos'', gritó una mujer. "Lo que este partido necesita es unidad y ustedes van a ver lo mejor de este partido en acción'', dijo Alice Huffman, miembro de la Comisión cuya moción para dar todos los delegados a Clinton fracasó. "Por favor, no hagan lo que la gente espera que hagamos. Nos vamos a ir de aquí más unidos que cuando llegamos. Por favor, compórtense como hombres y mujeres que comprenden que tenemos que llegar a un acuerdo''.

Jon Ausman, de Tallahassee, que apeló el castigo del DNC a nombre de la Florida, dejó a un lado la guerra de palabras que los demócratas floridanos han librado durante meses. Más de una vez Ausman reconoció que las primarias estatales del 29 de enero infringieron las reglas y merecían un castigo.

Entonces llegó la parte más difícil de la apelación. Ausman sostuvo que las reglas piden reducir a la mitad los delegados comprometidos del estado, lo que significa dar menos peso al voto popular que se realizó el 29 de enero. Sin embargo, una votación completa, alegó, le daría a la Florida superdelegados porque los estatutos del partido indica que deben asistir a la convención.

El debate secreto sobre el burocrático proceso de nominación del partido choca con las exigencias que mostraban los activistas en sus camisetas: "Que nuestro voto cuente''. Cientos de partidarios de Hillary Clinton --la mayoría mujeres-- se congregaron frente al lugar donde se realizaba la reunión en un hotel de Washington.

Para las campañas demócratas en pugna, la cuestión más importante era cómo se dividirían los delegados en la convención.

La campaña de Clinton argumenta que ella debería recibir 39 delegados por su victoria del 29 de enero. Eso es más de lo que pidió Ausman en su apelación y más de lo que los propios abogados del DNC recomendaron.

"Yo los quiero todos'', dijo la senadora estatal Arthenia Joyner, de Tampa, ante el panel. Joyner representó a la campaña de Clinton.

El representante federal Robert Wexler estaba dispuesto a aceptar que se le diera la mitad de eso a Clinton. Anteriormente la campaña de Obama ha alegado que la primaria de la Florida no fue justa porque los candidatos no hicieron campaña en el estado.

Pero el sábado Obama esencialmente le concedió el estado a Clinton, ofreciéndole una ventaja en delegados, lo que Wexler describió como "una concesión extraordinaria . . . para promover una reconciliación con los votantes de la Florida''.

El pronunciamiento dio lugar a una rechifla de parte de los partidarios de Clinton, por lo que los moderadores pidieron orden y respeto para los oradores.

Pero la reunión fue caldeada, dejando ver los agrios ánimos de ambas partes. Un grupo de demócratas floridanos en el salón vitoreaba o protestaba según el caso.

Don Fowler, miembro del Comité Demócrata de Carolina del Sur rebatió el argumento de Ausman, según el cual los superdelegados del partido tienen privilegios especiales que los protegen de castigos impuestos a los demás delegados. Otro miembro del DNC sostuvo que los legisladores demócratas estatales respaldaron el adelanto de la fecha de las primarias, lo que indignó al senador federal Bill Nelson.

"No iba a tocar el tema para mantener la unidad partidista, pero ahora ustedes han suscitado la cuestión y es de carácter adversario . . . y la voy a tocar''', dijo Nelson, explicando que la Legislatura de la Florida está dominada por el Partido Republicano. Nelson demandó infructuosamente al Comité Nacional Demócrata el año pasado y se ha manifestado numerosas veces contra la negativa del partido a reconocer la primaria de la Florida.

"Los votantes demócratas de la Florida, lo mismo que sus vecinos y amigos republicanos, votaron en masa para ejercer su deber cívico y votar en la primaria presidencial más interesante de la historia'', afirmó. "Esos votantes no infringieron ninguna regla ni cometieron delito alguno, ni adelantaron la primaria tampoco. Fue la Legislatura republicana, pero son los votantes a los que van a castigar injustamente''.

Howard Dean, presidente del DNC y que ha sido objeto de fuertes críticas por no haber resuelto la disputa, aconsejó a la Comisión de Normas que respetaran a los votantes de la Florida y de Michigan, que también votó por adelantado, además de los candidatos y los 48 estados que respetaron las reglas del partido.

Alexis Herman y James Roosevelt, que también presidieron la reunión, explicaron que las sanciones contra la Florida y Michigan tuvieron por fin de desanimar a otros estados de infringir las normas. Los demócratas floridanos tuvieron la oportunidad de votar de nuevo en febrero, pero la elección finalmente no se realizó porque no era probable que muchos votaran de nuevo.

Cientos de personas, en su mayoría mujeres y prácticamente todas partidarias de Clinton, protestaron frente al hotel.

"Nosotros votamos y queremos que nuestros votos cuenten'', dijo Janet W. Larson, que llegó a Washington el domingo a la 1 a.m. después de un viaje de 12 horas en autobús desde Jacksonville. "Fueron los políticos los que hicieron esto, no los votantes''.

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