03 junio, 2008

Al planear su sucesión, Saint Laurent preservó su marca

Por Christina Passariello

El mundo de la moda está de luto por la muerte del diseñador Yves Saint Laurent, pero la compañía que él fundó prospera.

Saint Laurent falleció el domingo a los 71 años en su casa en París, luego de luchar contra un cáncer cerebral durante los últimos 12 meses. Sin embargo, la marca Yves Saint Laurent, parte de la división de bienes de lujo Gucci Group del conglomerado minorista francés PPR SA, atraviesa por un buen momento. Su diseñador, Stefano Pilati, ha recibido buenas críticas por sus colecciones de vanguardia y sus ventas han crecido.

Saint Laurent había tenido una salud quebrantada durante décadas, lo que lo obligó a planear su sucesión antes de alcanzar la edad de jubilación. Hace 20 años, él y su socio, Pierre Bergé, abrieron la puerta a inversionistas externos para asegurarse de que la casa de moda sobreviviría a su diseñador. Saint Laurent se despidió de las pasarelas en 2002.

"Yves era un tesoro viviente de Francia", dice Pamela Golbin, curadora jefe del Museo de la Moda y Textiles de París.

Al entregar las riendas de la empresa mucho antes de su muerte, Saint Laurent consiguió que su nombre perdurara. Muchas otras casas de moda han pasado apuros para llenar el vacío dejado por sus fundadores. La marca italiana Gianfranco Ferré va en su segundo diseñador desde que Ferré falleciera hace un año. En sus desfiles de moda más recientes, el equipo de diseño celebró la carrera de Ferré con tributos nostálgicos en vez de una colección innovadora.

El temprano reconocimiento de su mortalidad por Saint Laurent es inusual en una industria en la que las marcas más famosas están en manos de diseñadores veteranos.

La carrera de Saint Laurent fue lanzada en 1957, cuando era asistente del diseñador francés Christian Dior. Dior murió inesperadamente y Saint Laurent, a la edad de 21 años, ocupó su cargo. "Él entendía la sucesión mejor que cualquiera", debido a que tuvo que llenar el vacío dejado por Dior, afirma Golbin.

Cinco años después, Saint Laurent fundó su epónima marca junto a Bergé. A lo largo de los años, enfrentó brotes de depresión y crisis nerviosas.

Para la década de los años 80, parecía tan frágil cada vez que presentaba sus desfiles de moda que circulaban rumores de que estaba al borde de la muerte. Ya que Saint Laurent y Bergé no tenían herederos, los dos decidieron vender una participación al financista italiano Carlo De Benedetti en 1986, con la esperanza de que su respaldo ayudara a la empresa familiar a transformarse en una gran compañía industrial. En 1989, la empresa debutó en la Bolsa de París, una de las primeras casas de moda en hacerlo.

Hace 10 años, Saint Laurent comenzó a retirarse. Escogió al diseñador Alber Elbaz para que se hiciera cargo de las colecciones pret-a-porter y trabajó únicamente en su línea de alta costura. Al año siguiente, el gigante farmacéutico Sanofi SA, que había adquirido una participación mayoritaria en la empresa de Saint Laurent en 1993, vendió la marca y su lucrativo negocio de perfumes a Gucci Group.

Los nuevos dueños de Yves Saint Laurent inyectaron millones de dólares a la marca. Inauguraron tiendas, lanzaron perfumes e incrementaron la publicidad. Las pérdidas, sin embargo, se continuaron acumulando. En 2004, Gucci Group nombró a Pilati como diseñador jefe y luego designó una nueva cúpula ejecutiva.

Ahora, Gucci Group está convencido de que Yves Saint Laurent ha salido de su bache. El año pasado, las ventas saltaron 14%, a US$334 millones, y las pérdidas operativas de la división se redujeron de US$76,2 millones a US$49,7 millones. Gucci Group dice que la marca necesita US$466,7 millones en ventas anuales para dejar de arrojar pérdidas.

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