27 junio, 2008

Banca comercial y de inversión: ¿Juntos y revueltos?

Por Dennis K. Berman

En la carnicería desatada durante la Gran Depresión, el Congreso de Estados Unidos quiso salvaguardar a los pequeños inversionistas mediante la separación de los bancos de inversión de los tradicionales bancos comerciales que captan depósitos.

Ahora que está claro que un pequeño banco de inversión, Bear Stearns, tuvo el potencial de arruinar a los mercados financieros, la mejor manera de proteger al público puede ser la más irónica: que los bancos comerciales y de inversión estén cada vez más juntos.

Nuestro editor Dennis Berman argumenta que los bancos de inversión denerían comprar bancos comerciales por su propia estabilidad, si ambos tipos de bancos son regulados similarmente por la Reserva Federal. (En inglés).

Lo que se pretende es absorber la parte más volátil de los bancos de inversión con más capital y la base más estable de un banco comercial. Es algo así como enterrar una bomba en un arenal. En Wall Street hay un reconocimiento cada vez mayor, aunque con cierta renuencia, que este puede ser el mejor camino para Merrill Lynch, Morgan Stanley y tal vez hasta el propio Goldman Sachs.

Se ha especulado incluso en las últimas semanas que una de las mayores corredoras de la bolsa podría comprar un banco comercial. Sea o no sea cierto, los rumores dejan de manifiesto tres profundos cambios en curso.

En primer lugar, la posibilidad de asistencia y regulación de la Reserva Federal podría obligar a los bancos de inversión a mantener niveles de reservas similares a los de los bancos comerciales.

En segundo lugar, la financiación bancaria a corto plazo se ve con desconfianza, lo que significa que podría ser cancelada en cualquier momento y poner a un banco como Bear Stearns al borde de la quiebra (Bear ahora es parte de JP Morgan Chase).

En tercer lugar, los mercados de titularización también se han contraído, obligando a los bancos de inversión a reducir sus balances.

En teoría, estos problemas se resuelven al poner un típico banco comercial, grande y aburrido, con depósitos y retornos estables, al lado del especulativo reino de los corredores y la banca de inversión.

Citigroup, el "banco universal" por excelencia, sonaba muy bien en teoría. Pero su desempeño ha sido precario desde su creación después de que el Congreso estadounidense revirtiera los límites impuestos en la era de la Gran Depresión hace una década. Los problemas de Citigroup hacen perder de vista el relativo éxito de J.P. Morgan Chase y Bank of America, los otros dos bancos "universales". "En tres o cuatro años el modelo de la banca de inversión estará llegando a su fin", predice Brian Sterling, co-director de inversión bancaria para Sandler O'Neill & Partners. "Si camina como un banco y grazna como un banco, entonces va a tener razones de capital como un banco".

Por supuesto, ahora es un mal momento para comprar ya sea un banco de inversión o un banco comercial. Ambos todavía están atiborrados de valores y préstamos que son casi imposibles de valorar.

Los máximos ejecutivos de los bancos de inversión harían bien en resistirse a este cambio durante el mayor tiempo posible. Los retornos sobre el patrimonio para un banco de inversión suelen estar por encima del 20%, mientras que los de los bancos comerciales no sobrepasan el 15%. ¿Por qué apresurarse entonces a mermar su propia rentabilidad?

La respuesta tal vez sea que hay que encontrar el mejor socio posible antes de que un rival dé el primer golpe. Entre los grandes bancos comerciales de EE.UU., las acciones de Wachovia se están transando a poco menos de la mitad de su valor en libros. PNC Financial Services Group o SunTrust Banks también pueden resultar atractivos para alguna firma de Wall Street que esté en busca de una base estable de depósitos. Cada uno de estos escenarios asume que una firma de Wall Street será el comprador. Ese, sin embargo, no tiene que ser necesariamente el caso si tenemos en cuenta que un comprador no estadounidense podría interesarse en y sacar provecho de la debilidad del dólar. "Quienquiera que tenga la relación precio-utilidad más alta (de ganancias) va a ser el ganador", dice Sterling.

Durante el auge bursátil de los años 20, el banquero Charles Mitchell, de National City (precursor de Citigroup), se regocijó por "llevar la banca de inversión al pueblo... como parte integral de su día a día". Hoy los bancos de inversión están tan entrelazados con el día a día del sistema financiero, que sus problemas atañen a todos, nos guste o no.

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