11 junio, 2008

Chávez se retracta ante enérgica oposición a sus propuestas

Hugo Chávez
AP
Hugo Chávez

Frente a la enérgica oposición a dos de sus audaces medidas, Hugo Chávez ha respondido con la misma actitud que le ha ayudado a aferrarse al poder durante una década: la retractación.

Después de apoyar a los rebeldes colombianos y decretar una ley de espionaje interno, ahora dice que las FARC deben desistir de su lucha y asegura que jamás obligaría a los venezolanos a espiar a sus vecinos.

Chávez había decretado que cualquier persona que se negara a trabajar como informante para los servicios de inteligencia podría ser sentenciada a una pena de hasta cuatro años de cárcel.

Los opositores denunciaron que se trataba de un intento por imponer un estado policial y desfilaron mostrando carteles donde estaban dibujados sapos. Ser "un sapo", o "sapear" es para los venezolanos sinónimo de delator o delación. Inclusive algunos hablaron de la "ley Getsapo", un juego de palabras con la policía política de Adolfo Hitler y con la palabra "sapo".

Grupos de defensa de los derechos humanos y la Iglesia católica también criticaron con vehemencia el decreto firmado por Chávez.

El martes, el mandatario derogó la ley del sistema nacional de inteligencia y contrainteligencia.

"Se deroga la ley para que se haga otra", dijo Chávez durante un encuentro con trabajadores en el palacio presidencial, al formalizar la eliminación de la legislación, conocida también como "ley de espionaje".

Chávez la había aprobado a finales de mayo, apoyado en un ley del Congreso que le confiere facultades legislativas.

La ley de inteligencia y contrainteligencia, vigente desde el 28 de mayo, preveía reorganizar los organismos de seguridad y obligaba a la población a proveer información a las policías secretas para detectar y neutralizar amenazas a la seguridad nacional, incluido cualquier intento de asesinato o conspiración para derrocar al gobierno.

Chávez señaló que acordó pasar a la Asamblea Nacional, que está integrada en su mayoría por aliados del gobernante, el diseño de una nueva legislación que establecerá los mecanismos para articular los distintos cuerpos de inteligencia que existen en el país.

"Se acaba la diatriba... y me quito yo una preocupación de cómo arreglar eso", comentó el mandatario al referirse a las críticas que realizaron organizaciones humanitarias y opositores que denunciaron que la nueva ley violaba los derechos humanos y la constitución.

Chávez admitió que la ley presenta "inconvenientes" y es "contraria al espíritu que a nosotros nos mueve, es contrario a la constitución".

Una de las grandes destrezas de Chávez es eludir responsabilidades, y actuó con gran astucia para neutralizar las amenazas durante el fin de semana. El sábado criticó por televisión de manera exhaustiva la ley que decretó y firmó de su puño y letra.

Al día siguiente, el domingo, Chávez, que se autotitula "revolucionario", hizo un espectacular cambio de frente y pidió a los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que depongan sus armas y liberen a sus rehenes de manera unilateral. Hace apenas cinco meses, Chávez había solicitado a los líderes mundiales que respaldaran la lucha armada de las FARC. El domingo indicó que los movimientos guerrilleros habían quedado obsoletos.

"Tal vez Chávez decidió que por el momento la mejor estrategia es no hacer olas", dijo Ray Walser, experto en América Latina de la Fundación Heritage, un grupo de estudios conservador.

Electo por primera vez en 1998, Chávez todavía intenta recuperarse de la derrota de diciembre, cuando perdió un referéndum que le hubiera permitido postularse a la presidencia de manera indefinida, y ampliar su poder de otras formas.

Ahora, su partido enfrenta elecciones en noviembre y Chávez busca respaldo para hacer un referéndum en el 2010 que le permita postularse a la presidencia de manera indefinida.

"Chávez no puede hacer caso omiso a la reacción pública" ahora que las elecciones están cerca, dijo Teodoro Petkoff, un ex líder guerrillero que ahora dirige el matutino caraqueño Tal Cual. "El no desea que anden circulando muchos temas polémicos".

Chávez también se retractó este año de las reformas a un manual escolar luego que maestros y padres lo acusaron de intentar adoctrinar a sus hijos con ideas socialistas.

Pero la brusca voltereta en relación a las FARC es el mayor cambio de política para Chávez, después de que hizo una intensa campaña para lograr apoyo a la causa de los rebeldes.

Chávez encontró escaso respaldo a su pedido de que las FARC fuesen quitadas de la lista de grupos terroristas a nivel internacional y ha estado a la defensiva desde que el gobierno de Colombia dijo que documentos encontrados en computadoras capturadas a un jefe de las FARC sugirieron que envió dinero y armas a los rebeldes.

Chávez dice que los documentos son falsos, y negó toda ayuda a los rebeldes, pese a que existen amplias evidencias de que miembros de las FARC usaron territorio venezolano en labores de reabastecimiento.

Posiblemente funcionarios venezolanos "recibieron numerosas advertencias" sobre los problemas que podría tener Chávez si continuaba apoyando a las FARC, por parte de líderes europeos y latinoamericanos en cumbres recientes, dijo Adam Isacson, analista de Colombia en el Centro de Política Internacional, con sede en Washington.

Tal vez la política de Estados Unidos también fue un factor. Algunos legisladores republicanos mencionaron los presuntos documentos en las computadoras como una razón para incluir a Venezuela en la lista de países patrocinantes del terrorismo.

Existe escaso respaldo en el Congreso para incluir a Venezuela en la lista, teniendo en cuenta que la nación sudamericana es un importante abastecedor de petróleo a Estados Unidos. Pero el vocero del Departamento de Estado norteamericano Sean McCormack dejó saber el lunes a Chávez que Washington lo está observando con mucha atención.

"Veremos si esas palabras del presidente Chávez son sólo palabras", dijo McCormack. "Veremos si esas palabras son seguidas por acciones concretas".

Chávez ha dicho que espera mejores relaciones con el sucesor del presidente estadounidense George W. Bush, y acusó el domingo a las FARC de convertirse "en una excusa" para que Estados Unidos "nos amenace a todos".

El candidato presidencial demócrata Barack Obama, aunque expresó su deseo de reunirse con Chávez si es electo, prometió también el mes pasado "arrojar luz sobre cualquier respaldo a las FARC proveniente de gobiernos vecinos". Cualquier gobierno que ayude a las FARC, indicó Obama, debe recibir la condena de la comunidad internacional y, de ser necesario, enfrentar "vigorosas sanciones".

Pero esos cambios de frente también podrían reflejar un descenso de la popularidad de Chávez cuando ingresa en su décimo año de gobierno, según Luis Vicente León, de la firma de encuestas venezolana Datanálisis.

La aprobación al desempeño de Chávez bajó 20% en relación a hace un año, y en abril fue del 56%. Además, más de un 70% de los venezolanos tienen ahora una imagen negativa de las FARC, señaló León.

La encuesta, hecha a 1.300 adultos, y respaldada por un grupo de más de 300 empresas, tuvo un margen de error de 2,7 puntos porcentuales.

No hay comentarios.: