Con injusticia no se combate el hambre
Por Gerardo Gallo Candolo (*)
En una sociedad donde reina la injusticia es peligroso tener razón. Y en un país donde se reparte discrecionalmente, es peligroso producir riqueza.
Dentro de las obligaciones principales de todo gobierno está la de promover la creación de riqueza y repartir las responsabilidades y derechos en forma equitativa.
El anuncio de la presidenta de los argentinos el lunes 9, no resuelve el problema original del conflicto con el campo sino que lo agrava.
El estado se viene apropiando en forma indebida de ganancias de los productores del campo, incluso en forma ilegítima de acuerdo a muchos constitucionalistas, que afirman que los impuestos los debe establecer el poder legislativo.
El impuesto a las ganancias, que es el gravamen universal, básico, que iguala las cargas y se redistribuye entre las provincias, cede esos recursos a un gravamen distorsivo e injusto que llena cajas a manejar en forma arbitraria por el poder ejecutivo.
Quien más gana más paga, sencillamente eso es el impuesto a las ganancias, sencillez es sinónimo de claridad. Claridad es justicia que aleja posibles fuentes de corrupción.
Parece que este nuevo aumento de las retenciones quema las manos de sus propios hacedores, por lo que decidieron, en algún contubernio cambiarle de nombre, re-etiquetarlo, darle otra imagen “prosocial”, pero siempre manejado y distribuido por el mismo poder ejecutivo.
¿Quienes mejor que las mismas provincias para determinar qué caminos rurales deben mejorar? ¿Quién decide las necesidades sanitarias de un distrito? ¿Porqué las provincias tienen que solicitar a
Al día de hoy todas las cajas ya existentes: fondo hídrico, energéticos, subsidios cruzados etc. son blanco de críticas y observaciones que dejan grandes dudas en su justa distribución.
En resumen, el problema principal de una chequera única que trata de establecerse como permanente, y de la confiscación de esos fondos a los que trabajaron y arriesgaron capitales para producirlos, no solo no se resuelve sino que se agrava.
En efecto, los anuncios que se escucharon el día 9 crean más cajas., es decir mayores posibilidades de fuentes de corrupción. Cuanto mayores fuentes de corrupción más injusticia y peso sobre las espaldas de los verdaderos generadores de riqueza.
El resultado esperado correspondería observar menores inversiones.
La pregunta que nos hacemos, pensando en el bien común, y que parece que el gobierno no evalúa, es porqué Uruguay, Brasil, Chile, por mencionar aquellos países más cercanos, no solo no cobran retenciones a sus productores, sino que por el contrario, rebajan muchos impuestos para atraer inversores ¿son acaso sociedades injustas?.
¿Porqué en esos países las inversiones crecen a diario y en Argentina, por el contrario, vemos fugar los capitales propios?.
Uruguay, con una superficie cultivable quince veces menor que Argentina, y de menor calidad de suelos, ya exporta más carne vacuna que nuestro país, al igual que Paraguay.
En Chile llegan inversiones por un monto cuatro veces superior que a nuestro país.
Falta leche en todo el mundo, sube el precio internacional y decenas de países diseñan políticas públicas para aumentar su producción. Uruguay absorbió más de 30 millones de dólares de capitales neocelandeses para aumentar su producción láctea, inversores que ni pensaron en pasar por Ezeiza.
Es incongruente pedir que arriben inversores externos, después de cambiar (entre la siembra y la cosecha), dos veces las reglas de juego a los inversores locales.
¿Acaso los pooles de siembra no son grupos de inversión?
¿Es tan difícil copiar lo que hacen los vecinos exitosos del Mercosur?
Las exportaciones son fuente de riqueza, de trabajo, de futuro.
Frenar exportaciones, es todo lo contrario.
Desde que se inició el conflicto el gobierno impuso decenas de nuevos intervenciones, burocráticas y perversas para todo el sector agroindustrial. ¿será esa la forma de “poner de rodillas” a los productores?
En el caso de la carne vacuna, los frigoríficos exportadores deben iniciar su tramite ante
Prueba de ello es que a fines de Mayo, casi el 50% de los permisos de exportación estaban “en trámite” ante esa Secretaría.
En el caso de la vaca conserva, carne que no se consume internamente, cuya reapertura de la exportación se anunció hace horas como un logro; está diseñada de tal manera su ejecución que, existiendo decenas de frigoríficos posibles de exportar esa categoría, se implementó de tal modo que la carne “termoprocesada” quedaría su demanda en pocas manos.
Puntualmente, una sola empresa de capitales brasileños puede quedarse con el más del 60% del negocio.
No por nada directivos de esta firma, con ayuda de la embajada de Brasil participaron activamente en reuniones previas a la implementación de la resolución “a medida” de la transnacional brasileña
Granos y subproductos corren con suerte similares a las carnes, la medida publicada hace quince días en el Boletín Oficial, resolución 543/08, crea un sistema de encaje equivalentes para trigo, girasol, maíz y subproductos, siempre manejados por funcionarios de
Como si esto fuese poco,
Todo esto, siempre en resguardo del nuevo dogma de la “seguridad alimentaria” de los argentinos.
Otras normas, como la resolución 684/08 de
Todas estas políticas descriptas brevemente, y otras implementadas desde el 12 de marzo, no solo muestran que el gobierno no desea dialogar con el sector agropecuario, por el contrario, profundiza su avance sobre uno de los sectores más productivos desalentando las inversiones y comprometiendo, paradójicamente, la futura producción de alimentos.
La otra pregunta que correspondería hacernos, entonces, sería ¿Quiénes ganan con la destrucción del aparato productivo del país?
(*) Ingeniero agrónomo, asesor de empresas agropecuarias y analista del sector en medios periodísticos.
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