El gran viraje
AMERICO MARTIN
Desde el mismo día en que el presidente Chávez envió su sonoro mensaje a Alfonso Cano y luego cuando inesperadamente derogó el decreto-ley sobre inteligencia y contrainteligencia que en tono declamatorio y desafiante había dictado, se levantó un lógico vendaval de interpretaciones. Por supuesto, no era para menos. Y aun cuando ningún analista que se respete ha dejado de ofrecer su opinión, la gente sigue preguntándose por qué semejante viraje. Desde mi punto de vista concurren cuando menos tres causas, cuya incidencia no es transitoria, sino definitiva, razón por la cual cabe esperar que esta vez al presidente le sea difícil dar marcha atrás.
• Primera: la demoledora derrota de las FARC. Como fuerza militar, la organización fundada por Marulanda y Jacobo Arenas hace 44 años, ha perdido su capacidad operativa además de dejar en el terreno comandantes curtidos, experimentados, muy difíciles de reponer. ¿Tendrán las FARC un futuro comeback? No lo creo. Ya había perdido el sustento político y social de su primera hora, de modo que sobre el hondo descrédito interno y foráneo que lo abruma, nada importante puede construirse. No descarto que sobrevivan grupos sueltos, oficiantes de un modo de vivir, fantasmas ambulantes. A los turistas se les informa que Sendero Luminoso aún existe, aunque sólo como parte del paisaje peruano. Chávez había apostado a la victoria militar de las FARC, causa a la que contribuyó caudalosamente. Nunca pudo entender el célebre apotegma de Mao Zedong de que los guerreros deberían sentirse en el seno del pueblo como peces en el agua. El problema es que la pecera de Marulanda se había desaguado. Al percatarse de la magnitud del desastre, el presidente Chávez, quien quiso asociarse a la eventual victoria de las FARC, ahora no quiere naufragar en un barco que se va a pique. Por eso no sólo tomó distancia, sino que --conforme a su costumbre-- lo hizo clamorosamente.
• Segunda: el peligroso aislamiento internacional, comenzando con los problemas de sus aliados más cercanos y siguiendo con los más pragmáticos. Brasil, Argentina y Francia, ya muy desengañados, le pidieron al comandante un terminante deslinde con la guerrilla colombiana. Es preciso resaltar la importancia de la lava hirviente brotando sin cesar de las computadoras del comandante Reyes, que profundiza hasta el vértigo la soledad internacional de un boxeador deseoso ahora de abrazarse al rival que había cubierto de insultos escatológicos. Está en cuestión toda la política internacional de aquella revolución que quería expandirse por la piel del hemisferio. No termina de resolverse el ingreso en MERCOSUR, el ALBA vegeta melancólicamente; una iniciativa que puede ser valiosa como UNASUR, tampoco arranca, lo mismo que BANCOSUR. ¡Si cuando menos gozara Chávez de un gran respaldo interno, semejante al que defendió a Uribe en su peor momento internacional! No es así. Pero al igual que Correa, el presidente venezolano se ha ido secando a lo interno mientras se multiplican las grietas en su movimiento.
• Tercera: las elecciones regionales y municipales del venidero 3 de noviembre amenazan con cambiar profundamente el cuadro político, como con angustia lo ha reconocido el presidente. El acercamiento a las FARC, las teorías de la guerra asimétrica, la amenaza de secuestrar la conciencia de niños y jóvenes con una reforma curricular, que ha sido ampliamente rechazada, y la pretensión de imponer una ley de inteligencia y contrainteligencia digna del sombrío clásico de Orwell, todo eso finalmente ha hecho retroceder al líder que creía estar en el pórtico de una brumosa civilización socialista.
Pero ese gran viraje es positivo para Venezuela y el mundo, aunque sea la montura la que esté arrastrando al jinete.
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