La escacez golpea a Argentina
BUENOS AIRES --
La huelga de transportistas de carga que reclaman el fin del prolongado conflicto entre el gobierno y los agricultores comenzó a mostrar sus efectos: faltan carnes, aceites, harinas y verduras en los supermercados y escasea el combustible.La compañía La Serenísima informó que en los últimos dos días recibió 500.000 litros de leche de los 4,2 millones que procesa diariamente porque sus camiones no llegan a las usinas por los centenares de cortes de rutas en todo el país. Los otros casi cuatro millones de litros, que alcanzarían para dar dos vasos de leche por día a los 10 millones de niños argentinos menores de 14 años, debieron ser desechados.
Por su parte, las asociaciones de dueños de supermercados advirtieron que las tenencias de lácteos, frutas, verduras y carnes se encuentran en estado crítico. Sin embargo, por ahora, los faltantes son sólo notorios en el interior del país.
"La situación es muy complicada. Hoy ya tenemos faltantes en carnes, lácteos y algunas hortalizas y frutas, pero en la medida en que el conflicto no se solucione... los faltantes se van a generalizar", dijo al diario La Nación Juan Vasco Martínez, director general de la Asociación de Supermercados Unidos, que reúne a las cadenas de supermercados.
El ministro de Justicia Aníbal Fernández, dijo conferencia de prensa que el gobierno garantizará la libre circulación en las rutas de todo el país y ordenó a las fuerzas de seguridad que denuncien ante la justicia a quienes realizan los más de 300 bloqueos de carreteras.
La situación era confusa en la noche del viernes: minutos después de que el ministro de Economía Carlos Fernández y el secretario de Transporte Ricardo Jaime anunciaran en conferencia de prensa el levantamiento de la huelga de transportes, el presidente de la Confederación Argentina del Transporte Automotor por Carga (CATAC), Rubén Agugliaro, aseguró al canal de noticias por cable Todo Noticias (TN) que el paro continúa.
"No levantamos las medidas de protesta", dijo. Sin embargo, algunos caminos comenzaban a ser liberados.
Desde que el gobierno anunció en marzo un aumento en los gravámenes a la exportación de granos, los productores agropecuarios han realizado tres huelgas.
Los transportistas se plegaron a la protesta la semana pasada, argumentando que el prolongado conflicto afecta su actividad.
Pese a que las organizaciones rurales levantaron el lunes el último paro, la comercialización de granos para la exportación sigue virtualmente suspendida.
Las cuatro principales entidades rurales emitieron un comunicado en el que aseguraron que entienden "que las decisiones individuales de los productores de no comercializar responden a la incertidumbre generada por la implementación del esquema de retenciones móviles" y llamaron a los hombres de campo a "manifestarse y movilizarse, con la tranquilidad y firmeza que inspiran las causas justas, sin afectar el orden público ni los legítimos derechos de los demás conciudadanos".
Las exportaciones agroindustriales son la mayor fuente de divisas de Argentina, el tercer productor mundial de soja y trigo y primero de aceite de soja.
La presidenta Cristina Fernández reiteró que las retenciones no se modificarán y las excluyó de toda futura negociación con los productores rurales.
Los efectos de la huelga del transporte también se sienten en la provisión de combustibles.
La titular de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina, Rosario Sica, dijo a radio 10 que la falta de combustibles "es muy crítica... los conductores deambulan por las estaciones de servicio (gasolineras) para a ver cuál tiene combustible".
Las empresas petroleras aseguraron que cuentan con reservas, pero que éstas no llegan a destino por los bloqueos de rutas.
Ante al falta de diesel, las compañías de autobuses de larga distancia cancelaron más de la mitad de sus viajes.
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