La investigación sobre presuntos sobornos de Alstom se concentra en sus nexos en Brasil
Por David Crawford, en Berlín, Antonio Regalado, en São Paulo, y David Gauthier-Villars, en París
Los fiscales involucrados en la investigación global sobre presuntos sobornos del gigante de ingeniería francés Alstom SA están concentrando sus esfuerzos en una red financiera en la que resalta un misterioso intermediario que podría haber organizado pagos a políticos brasileños a cambio de lucrativos contratos estatales para la empresa.
Los investigadores europeos dicen que entre 1998 y 2003 Alstom usó a un hombre conocido como Claudio Mendes, probablemente un seudónimo, como su principal conducto para los sobornos en Brasil, uno de los principales focos de la investigación. Según los fiscales, Alstom envió cientos de millones de dólares a intermediarios como Mendes para obtener contratos en Sudamérica y Asia a través de una red clandestina digna de una novela de espionaje.
Alstom, un fabricante de turbinas eléctricas, trenes de alta velocidad y vagones de metro, niega haber infringido la ley, pero la compañía tiene mucho en juego. Si los fiscales montan un caso exitoso contra la empresa, Alstom podría enfrentar altas multas o incluso se le podría prohibir participar en las licitaciones por contratos estatales en mercados de rápido crecimiento como Brasil. Hasta ahora, la compañía se ha presentado como la víctima del caso. El mes pasado, Alstom pidió, con éxito, a los fiscales franceses que se unieran a su investigación, una maniobra legal que le podría dar acceso a cierta evidencia. Sin embargo, los documentos incautados por los fiscales y revisados por The Wall Street Journal muestran que la red que Alstom utilizó para canalizar los pagos a consultores independientes en Brasil era dirigida por altos funcionarios de la compañía en París. Los fiscales dicen que la estructura de pagos, que movía el dinero a través de compañías fachada y cuentas bancarias en Suiza, fue usada para borrar las huellas de Alstom en los sobornos. Un portavoz de Alstom no quiso hacer comentarios. Un abogado de la compañía dijo que Alstom estaba cooperando con las autoridades y que no podía comentar sobre aspectos específicos de la investigación puesto que no tuvo acceso a todos los documentos y "de cualquier forma la investigación es confidencial".
La investigación refleja el endurecimiento de los fiscales europeos ante las tácticas que muchas multinacionales emplean para ganar contratos estatales. Uno de los principales competidores de Alstom, Siemens AG, también está siendo investigado en Alemania por presuntos sobornos. En ambos casos, los investigadores creen que las compañías violaron las leyes europeas contra el soborno, las cuales son relativamente laxas. Hasta la década pasada, muchos países europeos no sólo permitían que las empresas pagaran "comisiones" a funcionarios extranjeros, sino que dedujeran tales pagos de sus impuestos. Alemania prohibió esta práctica en 1999 y Francia lo hizo en 2000.
En Brasil, un mercado clave para Alstom, los fiscales investigan varios de los 139 contratos que Alstom firmó con el poderoso estado de São Paulo, por cerca de US$4.600 millones, según funcionarios paulistas. Investigadores europeos dicen que Mendes o sus socios en Brasil recibieron al menos US$5 millones a través de cuentas en el extranjero. Sin embargo, no hay evidencia de que ese dinero llegó a políticos brasileños o que estos hayan utilizado su influencia en favor de Alstom, dicen los investigadores.
José Geraldo Villas Boas, ex presidente de la ex eléctrica estatal Companhia Energética de São Paulo, fue uno de los consultores de Alstom durante ese período. Villas Boas fue contratado para ayudar a Alstom a conseguir un contrato para instalar subestaciones eléctricas para Eletropaulo, el principal distribuidor de energía de la región y actual subsidiaria de la estadounidense AES Corp. Según registros bancarios analizados por The Wall Street Journal, entre 1998 y 2001 Villas Boas recibió pagos de cerca de US$1,4 millones a precios de ese entonces de Alstom a través de una cuenta suiza propiedad de Taltos Ltd., una compañía controlada por él.
En una entrevista telefónica, Villas Boas confirmó que había sido consultor para Alstom, pero dijo que nunca había oído hablar de Taltos. En una entrevista posterior, después que la investigación sobre sobornos se hiciera pública, el ejecutivo dijo que Taltos era una firma de consultoría que creó para recibir comisiones por trabajo en proyectos. Añadió que las cuentas suizas y las compañías eran necesarias para recibir los pagos. "Si se está en una competencia de negocios, tratará de ganar de la forma que pueda. Los fondos están ahí para ser usados y por supuesto que fueron usados. Todo el mundo lo hizo", dijo Villas Boas. Agregó que los acuerdos de consultoría de Alstom eran a menudo "ficciones" creadas "para hacer un pago". ¿Se usó este dinero para pagar sobornos? Villas Boas dice que no recuerda. "¿Qué, quiere que me disparen?", dijo.
En total, los registros muestran el flujo de cerca de US$31 millones desde Alstom a intermediarios en Brasil y otros países través de compañías fachada y cuentas en Suiza y Liechtenstein, según un informe de KPMG analizado por el The Wall Street Journal. Mendes sigue siendo una figura elusiva. Los investigadores no creen que Claudio Mendes sea su nombre verdadero. Su identidad y paradero son un misterio.
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