07 junio, 2008

Libre comercio para combatir el hambre

por Gabriela Calderón

Gabriela Calderón es editora de ElCato.org y columnista de El Universo (Ecuador).

Guayaquil, Ecuador— En abril de este año la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) determinó que, en promedio, los precios de los alimentos más básicos habían subido en un 54% desde abril del año pasado.1 Además, estimó que el costo total de las importaciones alimenticias de los países pobres con déficit de alimentos aumentará en un 40% este año.2

Esa volatilidad en los precios ya ha provocado protestas alrededor del mundo. Lamentablemente solo un grupo de países —Egipto, India, Kenia, Maruecos, Las Filipinas— está aplicando una política que podría amortiguar el impacto de estos precios altos: reducir los aranceles a los alimentos importados. No obstante, varios de ellos han combinado esa política sensible con otras perjudiciales como la restricción de exportaciones, la cual en Ecuador se ha aplicado al arroz.

Entre las causas más discutidas de esta crisis mundial de alimentos se encuentran las siguientes:

(1) Biocombustibles: la obsesión de los países desarrollados con reducir las emisiones de dióxido de carbono al reemplazar el petróleo por biocombustibles ha resultado en que una porción considerable del maíz que antes se comía, ahora es destinada al tanque del carro de un ciudadano con conciencia ambiental de un país rico.3

(2) Los chinos y los indios: Entre 2000 y 2007, por ejemplo, se ha triplicado la demanda china de leche.4 Aunque la demanda de estos dos países no es una de las principales causas del aumento en los precios —ambos son casi auto-suficientes tanto en trigo y en arroz— esta si ejercerá una presión hacia arriba en el mercado mundial de alimentos en el futuro.5

(3) El petróleo: La elevación de su precio también afecta a los precios de los productos agrícolas.

Pero para influenciar esos factores hay poco o nada que el gobierno de un país como Ecuador o cualquier otro en vías de desarrollo pueda hacer. Sin embargo hay mucho que puede hacer para influenciar la causa que yo considero que ha sido menospreciada: (4) el proteccionismo agrícola.

Consideremos el caso de los cereales. Según la FAO la producción mundial de cereales en el 2007 logró un récord de 2.108 millones de toneladas y para 2008 se espera un nuevo récord de 2.164 millones. Para 2007, en el caso específico del arroz, solo se comerciaba a través de las fronteras entre 5 y 6% de la producción mundial.6 Y ese porcentaje probablemente se disminuya mientras que se aumenta la lista de países que imponen restricciones a las exportaciones de arroz.

Se suele decir que son los agricultores y empresarios los que almacenan los alimentos para artificialmente subir su precio. Mentira. En este caso son los gobiernos que entran en pánico y restringen las exportaciones de un producto agrícola cuando no hay escasez real a nivel mundial de este, los que crean una escasez artificial. Según la FAO la cantidad de arroz comerciado caerá entre 2007 y 2008 de 34,7 millones a 28,7 millones de toneladas y la cantidad de trigo comerciado de 113 millones de toneladas a 106 millones.7

Lo peor que un gobierno puede hacer para aliviar el hambre es sumarse a la lista de países que ejercen presión hacia arriba en los precios. Lo mejor que podría hacer es permitir las exportaciones y eliminar los aranceles a las importaciones de alimentos. El mundo necesita una nueva ronda de liberalización comercial que por fin integre los mercados agrícolas.

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