09 junio, 2008

Lula busca desmarcarse del gobierno de Caracas

Presidente de Brasil Luis Inacio Lula da Silva.
AP
Presidente de Brasil Luis Inacio Lula da Silva.

Al margen de la retórica de apoyo al presidente venezolano Hugo Chávez, el mandatario brasileño Lula da Silva está promoviendo un distanciamiento discreto pero creciente del gobierno de Caracas, revelaron estadísticas y analistas.

El presidente Lula recientemente calificó a su homólogo venezolano como el "mejor presidente de Venezuela en 100 años'', y constantemente defiende las posiciones político-ideológicas ideológicas de Chávez.

Pero según recientes estadísticas de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), Brasil no compró a Venezuela ni un solo centavo en petróleo durante el 2007, a pesar de que destinó $12,000 millones para la adquisición de crudo en el exterior, principalmente a países africanos como Nigeria, Angola, Argelia y Libia.

Al mismo tiempo, Brasil redujo significativamente sus importaciones de Venezuela a solo 0.3 por ciento de sus importaciones globales, una tendencia que también se repitió el año pasado con Argentina y Bolivia, dos de los países que junto a Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Cuba integran el llamado eje revolucionario "bolivariano''.

A pesar de que en apariencia el presidente Lula es un importante aliado de Chávez, su decisión de no depender para nada del crudo venezolano "es una relación extraña cuando se considera que Venezuela es el productor petrolero número uno en Latinoamérica, y el sexto mayor exportador del mundo'', afirmó el analista Alexandre Marinis, de la firma brasileña Mosaico Economía Política, de Brasilia.

Marinis dijo que Lula podría estar prefiriendo hacer negocios con países lejanos que con vecinos más inestables como Venezuela.

"Mi impresión es que Brasil quiere tener a Chávez a distancia'', explicó a El Nuevo Herald Jerry Haar, decano asociado de la escuela de negocios de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).

"Lula sabe que Chávez es un hombre enloquecido que está montado sobre un chorro de petróleo, ampliando y profundizando su influencia política en la región, y Lula no quiere meterse en la cama con el diablo'', detalló Haar, que es especialista en negocios internacionales.

El experto de la FIU indicó que, lejos de lo que se piensa, Lula no es un aliado de Chávez sino un pragmático que no quiere depender estratégicamente de ningún país, porque ve a Brasil como una potencia mundial, y cuenta con una industria diversificada que busca hacer negocios en todo el mundo, no sólo en su vecindario.

"Mientras Lula se mantiene llevando más bienes ‘Made in Brazil' a las bocas y los hogares de sus vecinos latinoamericanos, ha restringido la compra de bienes en los países más políticamente inestables de la región, como Venezuela, Bolivia y Argentina'', subrayó Marinis.

La relación pragmática que Lula está asumiendo con respecto a Venezuela está beneficiando mucho más al gobierno de Brasilia que al de Caracas, mostraron las cifras económicas.

En el 2007, Brasil vendió $4,700 millones en bienes y servicios a Venezuela, cerca del 3 por ciento de las exportaciones brasileñas. En contraste, Venezuela apenas vendió a Brasil $346 millones, apenas un 0.3 por ciento de sus importaciones brasileñas el año pasado.

Al mismo tiempo, Venezuela perdió importancia en la lista de países proveedores de Brasil. De ocupar el lugar 33 en la lista en el 2006, pasó el año pasado a ocupar el puesto 47.

Una situación similar han enfrentado Argentina y Bolivia. En el 2007, Argentina pasó al tercer lugar como principal proveedor de Brasil, después de Estados Unidos y China, con un intercambio comercial que cayó del 14 por ciento de las importaciones brasileñas, a 8.6 por ciento en el 2007. La balanza comercial argentino-brasileña favoreció a Brasil en más de $4,000 millones.

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